La Cámara Laboral hizo lugar a la demanda interpuesta por un becario contra la empresa para la cual prestaba servicios en la causa “Tarantini, Marcelo Claudio c/ Orígenes AFJP S.A. s/ despido”. El trabajador fue considerado en relación de dependencia y condenaron a la empresa al pago de la indemnización. La empresa, apeló el fallo de primera instancia y sostuvo que la contratación del becario resultaba obligatoria para capacitar al personal que luego se desempeñaría como asesor previsional, y que la beca tenía la función de brindar formación y conocimiento para que luego de rendir un exámen, los becarios queden habilitados para trabajar en el área. Además, la empresa sostuvo que durante ese período no mediaba relación laboral. Las características de la beca son la capacitación y la formación que las empresas otorgan a los becarios, sin embargo, debido al escaso tratamiento que la figura posee en nuestro ordenamiento – sólo es mencionada en la ley 24.241 – muchas veces los tribunales han considerado que se acude a esta figura para encubrir relaciones laborales. En el caso en cuestión, los jueces consideraron que la figura había sido utilizada por la compañía como un “rótulo” para ahorrar cargas sociales y bajar costos indemnizatorios, y que si bien no era extraño que para desarrollar nuevas tareas se requiera un período de aprendizaje, la actividad desarrollada por el becario no ha sido meramente preparatoria. Los jueces sostuvieron que la capacitación supero la finalidad del entrenamiento y redundó en un beneficio para la actividad de la empresa.