El Negocio del cambio climático empezó a seducir a los grandes estudios de EE.UU, cuando los bufetes adviertieron que el tema era una cuestión clave del derecho internacional que afectaría a las multinacionales con sede en Estados Unidos . El Estudio Baker & McKenzie creó en Chicago hace diez años un departamento exclusivamente especializado en materia de cambio climático. Hoy cuenta con 60 abogados que trabajan en ese departamento. Mientras otros despachos como Akin Gump Straus Hauer & Feld; Heller Ehrman y Sheppard Mullin Richter & Hampton apuestan a esta especialización mientras que los abogados del sector inmobiliario y de finanzas se han visto afectados por la crisis subprime. Las empresas de todos los sectores industriales estadounidenses están recurriendo a los bufetes de abogados para que les ayuden a establecer sistemas destinados a monitorizar, informar y verificar las emisiones de carbono. Lo que comenzó hace una década en Chicago como una apuesta de futuro por parte de Baker & McKenzie, se ha convertido en un nuevo nicho de especialización que ya esté generando suculentos ingresos a las firmas y a sus socios.