Luego de la asunción de Diego Bossio en la Administración Nacional de la Seguridad Social, la mujer de dicho funcionario, Valeria Loira, quien se venía desempeñando como síndica general adjunta de la Nación,  renunció a su cargo.

De acuerdo a lo sostenido por Loira en su carta de renuncia, mediante su alejamiento del cargo buscaba evitar cualquier tipo de cuestionamiento que perjudicara la actuación de su marido, negando la existencia de alguna incompatibilidad entre su cargo y el de su esposo.

Dicha funcionaria, había sido acusada de mantener un cargo incompatible con el de su marido, debido a que la Sindicatura General de la Nación (Sigen), tiene el deber de controlar a la ANSeS en la administración de los fondos previsionales.

"La paradoja es que el control interno es noticia y es elogiada la labor de la SIGEN cuando detecta actos desviados, cuando en realidad deberían ser elogiados por lo que no sucede", señaló Loira en su texto de renuncia.

Una situación similar se había configurado con anterioridad durante el gobierno de Néstor Kirchner, cuando la esposa del ministro de Planificación Julio De Vido, se desempeñaba en el mismo cargo que ocupaba Loira.

A pesar de dicha similitud, Alessandra Minicelli, la esposa de  De Vido, conservó su puesto durante el resto de la gestión.

Ante las acusaciones de incompatibilidad, Loira había citado un texto con la resolución administrativa que había emitido la Oficina Anticorrupción en el caso de la esposa de De Vido, con el fin de limitar sus funciones, en el que se señalaba que no era necesario la renuncia en su puesto, sino que bastaba con que se abstuviera de participar en los expedientes vinculados a la órbita del Ministerio de Planificación.

Sin embargo, la situación de Loira era diferente a la de la esposa de De Vido, ya que la ANSeS se encuentra dentro del universo de la SIGEN, mientras que el Ministerio de Planificación es controlado por la Auditoría General de la Nación.