La tecnología y el impacto en la profesión de los abogados
Por Alejandro Anderlic
Director de Asuntos Corporativos, Externos y Legales de Microsoft Argentina

En este contexto de explosión de datos y dispositivos donde las organizaciones emprenden su camino hacia la transformación digital, a los abogados se nos presenta un reto muy importante que pasa por asegurarnos que estas nuevas tendencias tecnológicas hagan que nuestros clientes cumplan con las regulaciones existentes. Es un desafío muy grande, especialmente cuando el marco legal no siempre evoluciona con la misma rapidez que lo hacen las nuevas tecnologías. Ante este escenario, ¿dónde nos ubicamos?

 

Sin dudas que la transformación digital es un hecho, más tarde o más temprano, todas las organizaciones se verán impactadas por ella. La misma está basada en la nube y modificará todas las industrias alrededor del mundo, impulsando nuevos modelos de negocio, productos, servicios y experiencias que tendrán repercusión en toda la sociedad y nuestra profesión no es la excepción.

 

La nube está en plena expansión en Argentina, para que este crecimiento se de en un contexto seguro es importante que haya confianza, y eso se logra haciendo plataformas seguras y privadas, que sean confiables y que, al mismo tiempo, cumplan con la legislación de nuestro país.

 

Cuando una organización mueve sus aplicaciones a la Nube, una de las principales preocupaciones que atraviesan es que ya no tiene el control completo de lo que pasa con los datos y de cómo se utilizan. Esta entrega del control a un tercero -el proveedor de servicios en la Nube- hace que la pregunta por la confianza se vuelva fundamental. Como abogados, tenemos que garantizar que nuestros clientes elijan proveedores cuyos servicios cumplan con todas las leyes, regulaciones y estándares.

 

Un estudio de IDC realizado para Microsoft sobre las percepciones que la comunidad legal en Argentina tiene sobre las nuevas tecnologías, reveló que, en relación a las leyes de protección de datos personales, el 73% necesita de proveedores de Nube que cumplan con la regulación local, es decir, que ofrezcan las garantías necesarias para que sus clientes cumplan con las leyes de nuestro país.

 

Nuestra legislación establece que para transferir datos de terceros a un proveedor de nube al exterior hay que cumplir con lo que establece la ley de datos personales (N° 25.326), esto significa que quien contrata un servicio de nube debe celebrar un Acuerdo de Transferencia Internacional de Datos (DTA) con el proveedor del servicio.  Este acuerdo asegura que a esos datos -estén donde estén almacenados- se les aplique la ley argentina.

 

Se ha hablado mucho sobre este tema, por eso es importante aclarar que la ley actual no restringe dónde tienen que estar los datos. De hecho, hay proveedores de nube que, a diferencia de otros, en sus contratos dan a los usuarios la posibilidad de elegir dónde quieren que estén alojados los datos. Lo que la ley prohíbe, y eso protege a los usuarios, es que quien transfiere datos a un proveedor del exterior no firme un acuerdo de transferencia internacional de datos que, entre otros, exige que a la transferencia le aplique la ley argentina, la jurisdicción local y que la autoridad de aplicación sea el Director Nacional de Protección de Datos Personales, entre otros requisitos.

 

Esto es un criterio sostenido en el tiempo por la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales, está expresamente puesto en una Disposición del año pasado (la 60/2016), o sea que es ley vigente, y no se modifica en el anteproyecto de reforma a la ley de protección de datos personales que recientemente ha propuesto el Director de Datos Personales. O sea que todos los proveedores de nube extranjeros tienen que ofrecer a sus clientes en Argentina firmar un acuerdo de transferencia internacional de datos.

 

Esto aplica tanto a sector privado como a sector público.  La contratación de servicios en la nube de Microsoft es totalmente compatible con la ley argentina de Protección de Datos Personales.

 

Como vemos, no se trata de adaptar la legislación a las nuevas tecnologías sino de garantizar que los proveedores de nube que se contratan cumplan con la misma. En este contexto disruptivo, nuestro rol como abogados es fundamental.

 

 

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