Un ex funcionario del país asiático fue condenado a la pena de muerte por un tribunal de Pekín debido a malversaciones y abuso de poder. El escándalo involucra aproximadamente 129,5 millones de dólares.

Desde la asunción como primer ministro de Xi Jinping, este es el primer gran proceso anticorrupción que se ha llevado a cabo. La premisa del mandatario chino es la tolerancia cero a este tipo de delitos.

Liu Zhijun estaba acusado de haber percibido 64,6 millones de yuanes de sobornos entre 1986 y 2011 a cambio de promociones o concesiones de contratos. Cabe destacar que esta investigación también le costó la imagen a la dirección de los ferrocarriles chinos, los cuales eran alabados por su rápido desarrollo.

Zhijun fue nombrado al frente del Ministerio de Ferrocarriles en el 2003, aunque 8 años más tarde fue revocado de su cargo y en noviembre de 2012 lo quitaron de sus funciones en el Partido Comunista Chino.

Por su parte, la justicia del país asiático estimó que el accionar del ex ministro causó "un perjuicio considerable al bien público, al interés del Estado y del pueblo". La ley china prevé pena capital para infracciones a partir de 100.000 yuanes.