¿Si no hubieses sido abogado que te hubiera gustado ser? “Arquitecto” y, aunque no es una profesión, me hubiese encantado poder ser “pensador”; considero que con buenos pensadores seríamos sustancialmente distintos y mejores. ¿Cuál fue el libro que más te gusto o te impacto en tu vida? Como asiduo lector no tengo uno en particular; si puedo decir que hubieron libros que por su profundidad han sido formadores de mi carácter. Uno que leí muy chico por indicación de mi madre “Desierto de Piedra” de Hugo Wast; es un cuento costumbrista de la vida de una familia en las sierras de Córdoba, que me dejó una clara enseñanza de lo que es fundamental y lo que es accesorio en la vida. Otro es, quizás, “Ignacio de Loyola, solo y a pie” de José Ignacio Tellechea Idígoras; una suerte de autobiografía que evidencia la transformación del hombre común en el idealista, y del idealista en el santo, y como en todo proceso interviene el azar y el afán de superación. Hubieron muchos otros sobre cultura, conocimientos, etc. de gran gusto y muy recomendables para recrear la vida. ¿Un lugar donde te gustaría vivir? Por un tiempo en Londres. ¿Qué te hace feliz? Honrar la vida y ver la creación de valor que deja el trabajo bien hecho, y cómo repercute en las personas. ¿Qué te pone de mal humor? La mediocridad y la negación de lo obvio, en que asiduamente incurrimos. ¿Tu virtud preferida? La perseverancia para enfrentar la adversidad. ¿Cuál es tu principal defecto? Volverme rebelde ante lo que estimo injusto; a veces es preferible detenerse a reflexionar y pedir ayuda a quienes por su posición y experiencia nos pueden dar una visión superadora. ¿Cómo te imaginas en el futuro? Mas viejo y compartiendo el trabajo con uno o más de mis hijos. ¿A quién admirás? Admiro a los “buenos jueces” que se hacen carne del valor de la Justicia. ¿Tu músico favorito? Iván Noble. ¿Qué deporte practicas o te gustaría practicar? “Endurance” (disciplina ecuestre) ¿Qué te gustaría hacer en el futuro que hoy no podes? Escribir una novela