Charles Farr, director de la Oficina General de Seguridad y Contraterrorismo, informó que las redes sociales, al igual que los correos electrónicos de o para ciudadanos británicos, pueden ser monitoreadas.
De esta manera, las cuentas de Google, Facebook, Youtube y Twitter de los cibernautas pueden ser espiadas por el Gobierno británico sin mediar orden judicial que autorice la intromisión.
Por ejemplo, los mensajes privados de Twitter entre usuarios pueden ser interceptados, ya que, de acuerdo a la justificación del Ejecutivo, los objetivos de la acción son legales y legítimos.
Organizaciones de derechos civiles como Privacy International, Liberty y Amnistía Internacional ya han llevado a cabo demandas en las que se acusa al ejecutivo de aprovecharse de vacíos en la legislación.
Cabe señalar que Farr detalló en un informe que cuenta con 48 páginas la doctrina legal por la que se rigen los servicios de información británicos para rastrear datos en la red. Durante el mes de julio, se llevará a cabo una audiencia que tratará el caso.
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