En 1995, dos mujeres salieron sorteadas y ganaron un campo de 327 hectáreas apto para la agricultura. Pero las beneficiadas no pudieron cobrar el premio e iniciaron una demanda millonaria.
Cabe recordar que la rifa fue organizada por una cooperativa de tres escuelas rurales, conjuntamente con una empresa. El objetivo del sorteo era recaudar fondos para las instituciones.
La propiedad, por su parte, no pudo se escriturada ya que se encontraba hipotecada. El campo fue adquirido por una sociedad que se encargaba de ese tipo de iniciativas, pero solo tenía un boleto de compra.
En medio de los conflictos por la escrituración, el campo, que hoy se encuentra valuado en aproximadamente 4,5 millones de dólares, fue a remate judicial y en la actualidad tiene dueño.
Como no pudieron hacerse con el premio, las mujeres denunciaron ante el Juzgado Civil y Comercial número 27 a las cooperadoras, a la provincia y a la empresa. Estos actores fueron condenados a pagar una indemnización, pero, no obstante, el municipio de Chascomús deberá hacerse cargo de los gastos por daños y perjuicios.
Luego de la apelación por parte de las autoridades comunales, la Corte Suprema de Justicia bonaerense resolvió ratificar la resolución de la instancia anterior y el municipio deberá hacerse cargo.
“Es exagerado que sólo la administración municipal aparezca como única responsable de la estafa, porque no organizó la rifa y no se quedó con la plata”, sostuvo el intendente local, Juan Gobbi. Ahora, el Máximo Tribunal deberá decidir la suerte de la Ciudad.
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