El 23 de octubre de 1994, Marcelo Diez, en ese entonces de 30 años de edad, estaba yendo en moto a un almuerzo cuando un automóvil lo embistió provocándole lesiones que lo dejaron en estado vegetativo permanente, sin ningún tipo de actividad cerebral.
Luego de nueve años de lo acontecido, las hermanas del actor solicitaron ante la justicia por una muerte digna. El Tribunal Superior de Justicia de Neuquén, en un primer momento, sostuvo que "la cuestión no requiere de autorización judicial", por lo que debía resolverse en el ámbito familiar.
Luego de esta determinación, la Defensoría General y la entidad médica donde estaba internado Marcelo presentaron un recurso extraordinario y el caso llegó a la Corte Suprema de Justicia.
De esta manera, el Máximo Tribunal pidió un informe al cuerpo médico forense, con un plazo de 10 días, en el que se determinarán "las posibilidades de reversibilidad que podría presentar el cuadro que actualmente presenta el paciente en caso de que se restableciera el tratamiento kinésico, se le efectuara estimulación multisensorial integral y se le suministrase medicación destinada a estimular las células nerviosas".
A su vez, la Corte también solicita "especificar si se encuentran disponibles medidas y acciones para el adecuado control y alivio del eventual sufrimiento del paciente en caso de disponerse la supresión de la hidratación y la alimentación por vía enteral".
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