Envalentonados por el resultado del canje, en el equipo económico ya comenzaban anoche a perfilar los próximos pasos. Y aunque en público el Gobierno presentó el resultado de la operación como la salida del default, se admite que para alcanzar este objetivo restan algunos ítems a saldar. Dos son los inmediatos: lograr colocar un bono en el mercado internacional a tasas razonables y buscar el aval de la Justicia de Estados Unidos para que se pronuncie a favor del fin de la cesación de pagos de la Argentina.
En el Gobierno miran con agrado la evolución de los mercados en los últimos 15 días, y se esperanzan con la posibilidad de que el resultado del canje refuerce el mejor clima que reina entre inversores. En los últimos 15 días el Global 2017, el título que surgió del canje, bajó su tasa 150 puntos básicos al pasar de 13,5% al 12% actual. Y aunque aun está lejos del objetivo de alcanzar un dígito para emitir un bono en los mercados voluntarios de deuda, la tendencia alienta alguna expectativa.
Un dato que destacaban ayer en el equipo económico es que todos los trámites para emitir un nuevo bono ya están realizados, dado que se confeccionaron para el canje. Por lo cual, está lista la aprobación de los organismos reguladores de los Estados Unidos (Securitie and Exchange Commision) y el resto de los países, lo cual agilizaría mucho el proceso de emisión en caso de concretarse.
En la misma línea, también se estudia avanzar en un canje voluntario que incluiría como elemento central el Boden 2012, el título con mayores vencimientos de este año. Se debe pagar en agosto, por u$s 2.500 millones, por lo que la operación se podrían lanzar en los próximos 45 días si las condiciones financieras están dadas. La primera opción que hoy maneja el Gobierno es entregar a cambio del Boden 2012 el citado Global 2017, dado que es un título con la serie ya abierta y cuya estructura de pagos y amortización agrada a Economía.
En paralelo, los abogados del Palacio de Hacienda en tandem con el estudio jurídico que asesora al Gobierno en los Estados Unidos (Cleary, Gottlieb, Steen & Hamilton) comenzaron a evaluar la estrategia legal para realizar una presentación ante el juez del distrito sur de Manhattan, Thomas Griesa, quien sigue las demandas contra la Argentina.
Como adelantó El Cronista, el ministro Amado Boudou busca algún hueco legal que le permita forzar a la minoría que no ingresó al canje a aceptar las condiciones de la mayoría. Es decir, a tomar los nuevos bonos y deponer sus demandas e intentos de embargos. Es una movida destinada a presionar a los fondos buitres que aun tienen títulos en default por alrededor de u$s 3.000 millones.
La estrategia judicial de la Argentina pasará por convencer a Griesa de que el país ya dio dos oportunidades a los inversores para salir del default (2005 y la actual) y que 92% del total ingresó. Lo que restan son poco más de u$s 6.000 millones, de los cuales u$s 2.000 millones son títulos públicos perdidos o extraviados, los citados u$s 3.000 millones en manos de fondos buitres (que más allá de nuevas propuestas, apuestan a cobrar embargos) y un residual mínimo de u$s 1.000 millones.
En este contexto, el argumento oficial en los tribunales de los Estados Unidos será que no tiene sentido realizar nuevas propuestas, porque ya no hay potenciales interesados. La Argentina –desde el prisma oficial– habría demostrado su buena fe en las negociaciones con los acreedores.
El 66% alcanzado por el Gobierno ayer en el canje es clave. Estos dos tercios es el porcentaje que se suele utilizar para decretar mayorías mediante la Ley de Quiebras que se usa en el caso de los privados. Una de las vías legales que bucea el equipo de Boudou es articular una suerte de Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE) y su homologación. Así, quienes no ingresaron el canje deberían aceptar la decisión de la mayoría. De todas formas, la suerte de esta estrategia es incierta, dado que no hay antecedentes a nivel internacional.
Fuente:Cronista.com
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