Una particular disputa en el seno de la judicatura brasileña se ha desencadenado como consecuencia del arresto de un banquero, quien fuera detenido durante el transcurso de la semana pasada, acusado de corrupción y de ser integrante de una organización criminal. Los protagonistas de tal desencuentro son el presidente del Supremo Tribunal, Gilmar Mendes, y el Ministro de Justicia, Tarso Genro. El banquero involucrado en la investigación, Daniel Dantas, había sido detenido por la policía Federal brasileña en el marco de una operación anticorrupción que se prolongó durante cuatro años. Particularmente, a las pocas horas de ser detenido, el presidente del Supremo, decidió dejarlo en libertad, luego de hacer lugar al habeas corpus presentado por la defensa. Posterior a la liberación, un juez federal, ordenó nuevamente el arresto del acusado, mientras que el presidente del Supremo nuevamente dispuso su liberación. Entre la documentación requisada al acusado en los operativos llevados a cabo por la Policía Federal, se expresaba que lo único preocupante para el acusado era el proceso que se desarrollase durante la primera instancia, ya que en dicha documentación, se afirma que el imputado posee una forma de controlar las instancias judiciales superiores. Por su parte, tras la decisión del magistrado, el Ministro de Justicia, manifestó en  alusión a la decisión del magistrado, que la aplicación de la ley debe ser igual para todos, a la vez, que ironizó diciendo que las esposas deben ser iguales para pobres y ricos. En respuesta a tales declaraciones, el presidente del tribunal, esgrimió que el ministro no posee competencia para poder opinar sobre el tema.