La palabra como punto de partida
Entre los abogados, la capacidad de escoger la palabra, el término preciso, se nos ha convertido en una obsesión. Los abogados sabemos que la palabra genera realidad. A veces de modo dramático. Y lo consigue por su eficacia a la hora de comunicar el mensaje que carga.Quién como nosotros ha pasado horas de insomnio enfrentado a quince opciones alternativas para atrapar un significado deseado en estado puro.Una idea precisa con la máxima fidelidad. El mensaje exacto que logre su cometido.Los abogados sabemos de insomnio y conocemos el arduo camino de la selección del significante y por lo tanto de su exégesis. En resumen sabemos del poder de la palabra.
Los abogados también reconocemos que irradiamos todo tipo de señales que también trasmiten significados importantes.Los señales visuales por caso. Siempre lo supimos, por eso todavía calzamos empolvadas pelucas en los tribunales de ciertos países y por eso solíamos cubrir nuestra humanidad con togas negras en aquellos estrados, en otros tiempos.
Y por eso hoy sucumbimos sofocados por la asociación ilícita que conforman el implacable mes de febrero de nuestra amada Buenos Aires con sus cuarenta grados de calor a la sombra, el nudo de nuestras corbatas y el abrazo constrictor de nuestro traje que con tanto esmero descolgamos en la mañana.Los abogados confiamos en su poder de generar realidad.
Y es en este punto donde me surge una pregunta.Aquel colosal énfasis que dedicamos a la minuciosa labor de escoger la palabra portadora del mensaje jurídico que pretendemos trasmitir se equipara con la atención que le dedicamos al resto de las señales que irradiamos al interactuar con nuestro entorno?
La palabra crea realidad y la imagen también
En el juego de las negociaciones permanentes que surgen de las diversas formas de ejercer el derecho la apariencia ocupa un rol fundamental y para nada superficial.
Al igual que cierta tendencia del ambiente de la moda de hoy, nos parece importante hablar de las apariencias o de la imagen que proyectamos; y el mundo de lo jurídico no escapa a este fenómeno.
La imagen de una persona crea la realidad como abogados, empresarios, emprendedors, CEO de empresa, comerciantes, etcétera. La imagen y el estilo de la persona son la suma de sus comportamientos; la forma en la que interactúa con el mundo. Esto es el sello personal de cada uno. No importa que nivel de compromiso tenga la persona con su imagen y con su estilo, siempre estará comunicando algo.
Nuestra imagen o apariencia tiene que ver con el mundo de la comunicación, con lo que le transmitimos al otro: un jefe, un cliente, un juez, etcétera. Qué comunicamos y cómo lo hacemos. Cuando reflexionamos acerca de nuestra imagen, cuando nos proponemos un acercamiento a su estructura y a sus significados, cuando le reconocemos su capacidad para transportar mensajes, cuando nos introducimos en el análisis de la naturaleza y el comportamiento de los signos, las señales, los símbolos, nos aproximamos al campo de la semiología y la semiótica. La peculiaridad del enfoque semiológico responde al siguiente interrogante: “¿Por qué y cómo en una determinada sociedad algo – una imagen, un conjunto de palabras, un gesto, un objeto, un comportamiento, etcétera – significa?
Existe un buen número de perfiles y formas de ser abogado, así como existen diversos estilos de vestir y llevar las diferentes prendas, que tienen que ver en definitiva con la personalidad.
Además existe la distinción de los sexos en el vestir, las mujeres tienen más posibilidades en cuanto a prendas y elección de colores. Esto a su vez se ve reflejado en general para toda la vida no sólo en el plano laboral y profesional; en las tiendas de indumentaria hay más ofertas y opciones para el sexo femenino, fenómeno que tiene que ver más con una perspectiva de consumo que además se observa desde niños en los locales de ropa infantil.
Este aspecto se relaciona históricamente con el surgimiento de la revolución industrial, en el que el hombre se vió forzado a utilizar indumentaria más simple que la mujer para salir a trabaja. Y es así como surge el “traje” cuyos patrones siguen aún vigentes. El traje hace su aparición como una necesidad de uniformar y simplificar, aunque en un momento de la historia los diferentes géneros y modos de ser llevados reflejaban cierto status social. Perohoy, el traje es la prenda por excelencia para hombres y mujeres que deseen darle un marco de formalidad a la actividad que desarrollan. En un principio fue una prenda masculina y luego con el paso del tiempo el traje con falda o pantalón fue adoptado por las mujeres también.
A medida que avancemos en nuestra observación notaremos que el empleo de los colores, por caso, en nuestro atuendo cobra relevancia ya que constituye una vía sumamente eficaz a la hora de interactuar con nuestro entorno.
El estudio de los colores y de lo que estos comunican, se relaciona con el mensaje que queremos transmitir en ese preciso momento, no es bueno dejar al azar o para último momento, la elección del atuendo correcto para un evento determinado, ya sea una reunión con clientes o jefes, un cóctail, una audiencia importante, una entrevista laboral, etcétera. Los colores a su vez, tienen su propio poder y significado, por ejemplo el azul refleja autoridad, decisión y liderazgo, proyecta un liderazgo dinámico si se combina con el blanco o rojo, se utiliza para no llamar demasiado la atención, es el color ideal para un entrevista de trabajo pues no es tan autoritario como el negro ni tal accesible como el gris; el marrón provoca sobriedad y equilibrio, no se recomienda su uso para reuniones de alto nivel ejecutivo ya que es un color modesto y poco poderoso; el blanco es un color neutro transmite limpieza, pureza, higiene, honestidad y liderazgo, ideal para entrevistas de trabajo o juntas de alto nivel; el negro es el color de luto en la sociedad occidental, proyecta misterio, vanguardia, poder, elegancia y distinción, si se utiliza en exceso provoca el distanciamiento de las demás personas; el celeste representa frescura calma y confianza, es ideal para citas de negocios donde se desea inspirar la confianza sin ser autoritario, útil para disminuir una prenda oscura como un traje negro;el rosa proyecta confianza, ternura, delicadeza, ideal para reuniones de negocios en las mujeres y además es muy femenino, en los hombre inspira accesibilidad y autoconfianza, el gris es el color que domina la vestimenta masculina - el traje – en sus diferentes versiones y tonos, combina con todos los colores que mencioné antes, es serio, discreto y elegante, el gris claro proyecta accesibilidad, respeto, confianza y amabilidad, el camel es versátil y combinable, ideal para vestimenta casual sport; el gris oscuro proyecta liderazgo no autoritario, equilibrio, inteligencia y profesionalismo. Esta nómina de colores que hice se debe a que en general son aquellos que son utilizados en la parte superior e inferior del cuerpo por quienes tienen actividades que implican cierta formalidad.
Como bien sabemos los profesionales del derecho, la palabra y en nuestro caso, la imagen pueden resultar funcionales a objetivos contrapuestos: transmitir verdad o disfrazar la verdad.
La transmisión de esta verdad o no, tiene que ver también con los conceptos de ser y parecer. A los que se les debe añadir la importancia de la vida interior de las personas, visión que compartimos con la socióloga de la moda Susana Saulquin. Al presentarnos ante el mundo debemos identificarnos con los colores y prendas que vestimos, esto implica ser auténticos y sinceros con nosotros mismos. De lo contrario estaríamos actuando un personaje. Ese mensaje no es positivo, además es impracticable e insostenible en el tiempo. Ser transparentes, amar lo que hacemos, tener metas y objetivos claros, se reflejan indefectiblemente en nuestra imagen.
El branding personal y las redes sociales
Otros aspectos que hacen al branding personal son: el cuidado y la prolijidad de las manos, cabello, el corte de cabello, el peinado, la forma del rostro, el uso de gafas para leer, el uso de la barba y bigote en los hombres, el make up en las mujeres, el estado de la piel del rostro, los tatuajes, el perfume, las manos y pies en el caso de las mujeres, la morfología corporal, los modales y el protocolo o ceremonial de cada actividad,la web de un estudio, la fotografía de la biografía, las tarjetas personales. En definitiva hacen al modo en que nos presentamos ante los otros: futuros clientes, medios de comunicación, ambientes académicos por ejemplo.
Estos aspectos se combinan con algunos tips a tener en cuenta, como no perfumarse demasiado ya que hoy se considera invasivo y una falta de respeto hacia los pares, la barba y el bigote del hombre deben ser pulcros si se usan, el uso adecuado de los accesorios, el make up de las mujeres es de buen gusto cuando es natural, el verse saludable y aseado es primordial los modales deben ser correctos de acuerdo a las circunstancias que nos rodean.
Por último quisieramos mencionar el rol de las redes sociales, cuyo protagonismo en el mundo actual se ha transformado en una realidad innegable.Ya que todo lo que es tendencia se incuba allí, así como también en los blogs de estilo de vida y esto repercute en toda la sociedad en general. De un tiempo a esta parte se viene observando un fenómeno que tiende a desformalizar el atuendo de los abogados por ejemplo: que en época estival se pueda asistir a una oficina vestido en forma casual pero elegante, en algunos lugares el uso de las zapatillas con traje, los casual Fridays, el desuso de la corbata,la idea de lo sustentable, entre otras tendencias que fueron traídas del mundo de los negocios y se han replicado específicamente a los abogados.
Más dudas que certezas
A modo de corolario, les dejamos a nuestro entender más dudas que certezas sobre la cuestión abordada, sin embargo hemos brindado herramientas para la práctica moderna y exitosa de esta profesión que en definitiva resultarán seductoras a la hora de contratarnos; así como también nos encargamos de señalar aquellas prácticas que generan rechazo y algunas formas de evitarlas también.
Desbanalizar el poder de una buena imagen resulta un desafío para las generaciones futuras del derecho en todas sus expresiones.
Citas
(*) Abogada, especialista en litigios en derecho del individual del trabajo y derecho tributario. Egresada de la Universidad del Salvador, con Especialización en Derecho Tributario y Financiero. Premiada en 2010 por el FORES (Foro de Estudios sobre la Administración de Justicia) con el premio PEA de la excelencia académica, Profesora Universitaria de Derecho Procesal Civil y Comercial (USAL) y del PEA (FORES), realizó varias tareas de Asesoramiento Legal en organizamos estatales, actualmente ejerce la profesión de manera independiente, litiga y además asesora legalmente con perspectiva en el coaching organizacional a diversas consultoras en negocios y empresas
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