Fintech. Banca Digital. Plataformas de crédito. Desgravaciones impositivas para ser competitivas
Por María Gabriela Peralta(*)

En Argentina, son muchas ya las empresas digitales quienes han podido responder con éxito a la transformación digital, explotando la tecnología y desarrollando nuevos modelos de negocio basados en plataformas digitales. Muchas de ellas, son plataformas que procesan en el exterior o tienen su residencia o domicilio en el exterior. Este esquema ha permitido dominar en términos de crecimiento, beneficios a gran escala y capitalización creando al mismo tiempo un habitad interesante de explorar en todo aquello que podemos definir como “on line”. El avance de estas empresas (de origen o no nacional) es vertiginoso. Lo digital tiene un efecto positivo sobre la competitividad y ayuda a que las economías obtengan, logren y generen más valor de un modo más sostenible. El desafío para Argentina será pasar de la Internet del consumo a la Internet de la producción, sostenerla y adecuarse a los esquemas que a nivel mundial se vienen dando, respetando las reglas tributarias que en cada caso se imponen.

 

Entre los cambios operados en el comercio global como consecuencia de la irrupción de Internet, pueden mencionarse la desaparición de los límites geográficos en los negocios electrónicos; la sustitución de numerosos elementos que participan en el comercio tradicional, por transacciones electrónicas; un incremento en la competitividad de los oferentes de productos y servicios en la red; la reducción y supresión, en algunos casos, de los canales de distribución; la reducción de los costos de producción y comercialización de los bienes; la aparición de nuevas oportunidades de negocios. Esta nueva modalidad de comercio presenta en la actualidad numerosas oportunidades

 

El comercio electrónico puede entenderse de múltiples maneras, ya que encuentra una faceta en las comunicaciones, proyectando distribución de la información, productos, servicios, transacciones financieras, a través de redes de telecomunicación multimedia o  multiservicios, alineando y ejecutando sistemas de información, de modo que conformen nuevas estructuras empresariales de carácter virtual. También consiste en la utilización de tecnologías que faciliten el soporte y la automatización de los flujos de trabajo y procedimientos de negocio de la empresa, consiguiendo eficiencias en los costos, mejora en la calidad de los servicios y acortando el tiempo de los ciclos de los procesos, y desde ya es el instrumento o herramienta que permite establecer nuevos canales y nuevos mercados para el intercambio de productos, servicios e información en tiempo real

 

Fintechs

 

Los avances en materia tecnológica y digital han llegado también a la industria financiera y bancaria, abriendo paso a que surjan las fintech que no es otra cosa que la abreviación de financial technology —tecnología financiera— que es como se llama a la industria que aplica soluciones tecnológicas innovadoras a las ya existentes en la industria financiera.

 

En el seno de las fintechs, podríamos decir que han surgido distintos “modelos de negocios”, entre los que se destacan los bancos digitales, los métodos de pagos electrónicos, las compañías de préstamos dinerarios online, y las criptomonedas o dinero electrónico, entre otros. Resulta necesario mencionar que uno de los estandartes sostenidos por los líderes y promotores del sector fintech es la “democratización” del dinero, de la economía y de las finanzas, buscando crear soluciones más efectivas, veloces, cómodas y ágiles, que permitan que a corto plazo, la mayor parte de la población quede incluida dentro del sistema financiero y crediticio digital, acercando nuevas propuestas que sean más simples y sin engorrosos requisitos.

 

Ahora bien, en lo que hace a los denominados bancos digitales, estos son muy similares a los bancos tradicionales que ya conocemos, aunque con un cambio revolucionario, no ofrecen atención al público en locales físicos. Los bancos digitales solo ofrecen atención a través de medios exclusivamente digitales, ya sea por una página web o bien por una aplicación (app) que el usuario puede descargar en su smartphone, lo que quiere decir que el banco está al alcance de la mano del usuario, de forma literal. Ese desarrollo ya comenzó a ver la luz y su auge es tan inminente que los diseños impositivos deberán acelerar su tratamiento para no dejar vacíos o lagunas jurídicas en la materia. De esta manera, el público puede realizar, ahora, todas las operaciones que realizan las instituciones bancarias tradicionales exclusivamente online, es decir, que se puede abrir una cuenta bancaria desde un teléfono celular, constituir un plazo fijo, realizar la denuncia de extravío de una tarjeta, o solicitar una chequera, entre otras, sin siquiera moverse del lugar en que uno esté y sin tener que concurrir a una sucursal bancaria. Este es un gran avance en materia bancaria que se venía gestando desde hace unos cuantos años con los denominados homebanking, y que alcanzó su punto cúlmine con el lanzamiento de la banca digital, lo que en cierto punto ya era demandando por el mercado. Sin embargo, algo no menor es que el tratamiento tributario de la banca digital en nada difiere con el tratamiento tributario que se le dispensa a los bancos tradicionales. Hoy son varios los bancos que se encuentran lanzando sus propios bancos digitales para no perder competitividad ante sus nuevos rivales y, como quien dice, para “no quedarse atrás” en la era de la globalización acelerada. Dentro de esta industria merece también hacer mención a las plataformas de crédito digitales —las hay de micro crédito, de préstamos personales y de préstamos hipotecarios, incluso—, cuyo giro está dado por otorgar préstamos al público a través de plataformas que funcionan online en un acotado tiempo. Así, el usuario ingresa a la página web de la fintech y solicita un crédito ingresando sus datos, lo que pone en funcionamiento el motor de riesgos de la página que analiza el historial crediticio del solicitante y arroja el monto del crédito aprobado, lo cual si es aceptado por el usuario genera que en unos pocos minutos este pueda contar con el dinero depositado en su cuenta bancaria luego de aceptar los TyC —Términos y Condiciones— del sitio web que hace las veces de “contrato”, gestando y generando la relación jurídica que se origina ipso facto con el otorgamiento del crédito. En lo que hace al tratamiento tributario de estos sitios web de créditos, estos no presentan ninguna diferencia considerable en relación con los negocios financieros que se pudieran dar entre privados fuera del ámbito de Internet.

 

El BCRA aprobó la regulación de las "Fintech", emrpesas de tecnología financiera.  El Banco Central de la República Argentina, a través de la Comunicación A6859, estableció normas que ordenan el funcionamiento de las cuentas de pago ofrecidas por los Proveedores de Servicios de Pago (PSP), que otorgan mayor transparencia al sistema e incrementan la protección a los usuarios financieros.  Una de las medidas dispuestas consiste en que los fondos de los clientes acreditados en cuentas de pago ofrecidas por los PSP deberán encontrarse en cuentas a la vista, en pesos, en entidades financieras del país y, en todo momento, disponibles con carácter inmediato ante su requerimiento, por un monto al menos equivalente al que fue acreditado en la cuenta de pago.

 

Sin perjuicio de ello, los PSP podrán, a pedido de sus clientes, aplicar los saldos de las cuentas de pago en fondos comunes de dinero y se requerirá al PSP que los saldos invertidos se informen de manera separada del resto. Estas disposiciones deberán estar implementadas, como máximo, al 31 de enero de 2020.

 

 Lo nuevo, lo esperado? Comunicación del BCRA

 

La Comunicación A 6859 estableció las normas para ordenar el funcionamiento de las cuentas de pago ofrecidas por los Proveedores de Servicios de Pago (PSP). A diferencia de lo que barajaba la industria, fue mucho más "light" de lo esperada y dejó contento a más de un banquero "4.0".

 

Era esperado que la AFIP avanzaría sobre las CVU (Cuenta Virtual Uniforme) de personas jurídicas y en el marco de  pedido recurrente de los bancos, la idea era que al menos aumente la presión impositiva sobre sus competidores.

 

A esto se sumó una nueva comunicación en la noche del jueves 30 de enero, la A 6885, que apunta a complementar el marco normativo general para los PSP que ofrecen cuentas de pago.

 

De esta manera, el Central establece que las FINTECH deberán inscribirse antes del 1° de abril de 2020 en un registro formal de proveedores y encuadrarse en un régimen informativo y de vigilancia para monitorear su evolución.

 

El registro, si bien fue confirmado a altas horas de la noche, Lo cierto es que las fintech se preparaban para la puesta en marcha de la nueva reglamentación y con ello anticiparse a que el BCRA puede monitorear el funcionamiento de los PSPs.

 

No podemos dejar de inferir que estos últimos movimientos del Central actúan como una amenaza sobre un sector que, hasta ahora, había gozado de plenas

 

Mercado Libre, ya fue apuntado con los cañones del gobierno luego de la suspensión de la Ley de Economía del Conocimiento. Y todo gira en torno a que mas sigue??

 

En la reunión que mantuvieron representantes de la industria y funcionarios del BCRA luego de las medidas para regular el sector ya se había adelantado que el próximo paso consistiría en controlar más de cerca a las financieras digitales.

 

Así, la autoridad monetaria creará un registro de PSP, como denomina el Banco Central a las fintech que ofrecen cuentas virtuales (identificadas con CVU, el equivalente a la CBU bancaria) y que permiten el vínculo entre quien realiza un pago y quien lo recibe.

 

Para inscribirse, las compañías deberán obtener un usuario y contraseña a través de la página de AFIP, ingresando con la clave fiscal de la empresa. Además de los datos de la empresa, este registro contará con información personal y de contacto de responsables legal, de seguridad de datos, de sistema de pago y de régimen informativo.

 

También deberán detallarse los accionistas que tengan al menos el 20% del capital o los votos, es decir, quienes poseen el "control final" sobre la firma.

 

De esta forma, las fintech deberán aportar información –en carácter de declaración jurada– sobre los movimientos que realicen los usuarios, ofrecer medios de información en tiempo real al BCRA y permitir inspecciones en las instalaciones y documentación.

 

Es decir, la autoridad monetaria dejará de estar "a oscuras" sobre lo que hacen las fintech y ejercerá un control similar al que efectúa sobre los bancos.

 

Se van a tener que inscribir durante marzo y desde el 1º de abril deberán informar, tal cual hacen las entidades financieras

 

Sin embargo, no todas deberán brindar los mismos detalles.  Los requisitos de régimen informativo se van a fijar según cada caso particular, en base a su cantidad de operaciones"

 

La norma parece apuntar a Mercado Pago, como uno de los players más importante del país.

 

La Comunicación A 6859 fue el primer avance en ese sentido. El principal punto de esta normativa estableció que los fondos de los clientes acreditados en cuentas de pago ofrecidas por los PSP debe encontrarse en cuentas a la vista, en pesos, en entidades financieras del país y, en todo momento, disponibles con carácter inmediato ante su requerimiento, por un monto al menos equivalente al que fue acreditado en la cuenta de pago.

 

En otras palabras, el dinero de los usuarios se debe resguardar en cuentas corrientes y el objetivo del BCRA es garantizarse que el saldo que sus clientes tengan en un monedero virtual se líquido y no se utilice por las FINTECH para obtener ganancias propias.

 

Los PSP podrán, a pedido de sus clientes, aplicar los saldos de las cuentas de pago en fondos comunes de dinero y se requerirá al PSP que los saldos invertidos se informen de manera separada del resto.

 

Esto no afectará a los Fondos Comunes de Inversión que ofrecen empresas como Mercado Pago, ya que en estos casos las personas aceptan invertir en esos instrumentos para obtener una renta. Asi las cosas, expresa que : "Para la realización de transacciones por cuenta propia (pago de proveedores, pago de sueldos, etc.), los PSP deberán utilizar una cuenta a la vista "operativa" (de libre disponibilidad) distinta a la cuenta donde se encuentren depositados los fondos de los clientes".

 

Aun nos queda ver qué hará AFIP y  cómo actuará la sobre las CVU jurídicas con los ya comentados impuestos a créditos y débito. 

 

Hay que recordar el concepto que las Fintech no están en el ecosistema de las entidades financieras, y se debe "beneficiar impositivamente los medios de pago digitales en detrimento del efectivo, que es el medio natural de la informalidad. Si le sumas retenciones y otros gravámenes incentivás el cash y la informalidad que acarrea". Reiterando lo que se viene diciendo desde hace ya varios meses.

 

Un punto no aclarado es qué es lo que pueden hacer las fintech para que su operatoria no sea considerada intermediación financiera. Solo aumenta controles pero no define nada.

 

La Comunicación A 6859 expresa que : "Los Proveedores de Servicios de Pago (PSP) y los miembros de sus órganos de gobierno, administración y fiscalización, por los incumplimientos que se constaten respecto de las disposiciones previstas en esta comunicación, serán pasibles de la aplicación de las sanciones conforme a lo previsto en los artículos 41 y 42 de la Ley de Entidades Financieras y disposiciones concordantes".

 

De verificarse que una financiera digital está dando préstamos con sus depósitos y no con fondos propios, como dicen hacer, la decisión es iniciar sumarios, y reclamar multas.

 

Plataformas de crédito (ej. wenance) vs bancos digitales (ej.: wIlobank)

 

Existe una cuestión importante que hace que la actividad de las plataformas de crédito online contraste con la actividad de la banca digital y es que estas últimas no se encuentran reguladas por ningún ente público. Los bancos digitales, al igual que los bancos tradicionales, se encuentran regulados por el Banco Central de la República Argentina y deben cumplir con rigurosos requisitos y controles, tal como colocar los encajes correspondientes. Esta es una de las principales razones por las cuales la banca (tanto digital como tradicional) ha proclamado y expresado ferviente reproche en torno a que no se dan las condiciones de igualdad con los sitios de crédito online relacionado con las mencionadas plataformas de crédito online. Ante tal reclamo los sitios de crédito online (como Moni, p. ej.) han respondido que, a diferencia de los bancos, no toman ahorro del público, sino que todo el dinero que manejan y que prestan corresponde a “capital propio”, lo que ha motivado que el BCRA se abstenga de incluirlas dentro de los entes que el mismo regula. Ello, en razón de que la Ley de Entidades Financieras expone en su art. 1º que comprende a aquellas entidades que realicen intermediación entre la oferta y la demanda de recursos financieros de forma habitual, lo que significa que el Banco Central de la República Argentina solo regula aquellos entes que capten ahorro del público para luego prestarlo, tal como los bancos con los plazos fijos y los servicios financieros que ofrecen. Por otro lado, encontramos una de las aristas que más revuelo ha generado a nivel social y mediático: las criptomonedas —v.gr. los Bitcoins—. Las criptomonedas son una moneda digital, es decir, que una criptomoneda es un valor, si bien inmaterial y digital, que pueden ser compradas, vendidas, intercambiadas de forma digital y cuya operatoria se encuentra asegurada mediante un medio de control descentralizado que se conforma por una cadena de bloques, en el cual cada bloque se encuentra ligado al anterior y no puede ser destruido ni borrado de forma alguna, sirviendo como una anónima e inalterable base de datos de las negociaciones de las mismas. En lo que hace a la tributación respecto de estas debe aclararse que, al tratarse de un activo totalmente nuevo y extraño, ellas no estaban alcanzadas por impuesto alguno por darse un supuesto de vacío legal, no obstante este vacío fue subsanado con la sanción de la ley 27.430 gravando con el impuesto a las ganancias las rentas que los particulares (personas humanas) pudieran obtener de la negociación de monedas digitales, estableciendo una alícuota del 15% cuando ocurra la enajenacion. Se destaca que constituye una renta financiera, aplicándose así todos los preceptos de la renta financiera —previsto en los agregados a continuación del art. 90 de la Ley de Impuesto a las Ganancias— a las operaciones de criptomonedas. Asimismo, en lo que hace al impuesto sobre los bienes personales, las criptomonedas quedan excluidas del mismo por tratarse de bienes inmateriales, mientras que en lo que hace al IVA (impuesto al consumo) también quedan excluidas, por el mismo motivo. Por último, cabe aclarar que las operaciones de criptoactivos solo se verán alcanzadas por el impuesto sobre los ingresos brutos en caso de que sea la actividad habitual del enajenante. Dentro de este capítulo cabe dar un lugar a los medios de pago electrónicos, resultando al respecto interesante remarcar que la operatoria de las empresas dedicadas a tal actividad se encuentran exentas del impuesto a los créditos y débitos en cuentas bancarias y otras operatorias, o mejor conocido como impuesto al cheque, ello por aplicación del art. 10 inc. d) del anexo del dec. 380/2001 al que remitimos su análisis crítico. En lo que hace al resto de los impuestos, estos se aplican sobre el margen de comisión que percibe el agente por el servicio prestado a sus clientes. Este negocio comenzará a crecer a pasos agigantados y, desde ya, resulta necesario estar abiertos a regular el complejo esquema que con cada uno de los supuestos llega desde lo comercial e impositivo en especial.

 

 NO podemos igualar las Fintechs con el resto del ecosistema Bancario

 

Ya expresamos cómo arribaron las Fintechs a nuestro país, llamadas billeteras virtuales, utilizadas en millones de transacciones no solo para compras y ventas sino para transferencias de sumas de dinero. No podemos igualar ni su sustancia ni su operatoria a las entidades financieras Ley 21.526, reguladas por el Banco Central, por sus características y su formato particular. Ello hace que no podamos dar el mismo tratamiento tributario. Sin embargo, las autoridades fiscales encuentran la forma de asimilarlas a los efectos de poner nota de gravabilidad. Así las cosas, cualquier operación que se realice a través de una billetera virtual podría verse afectada por diferentes percepciones afectando directamente los movimientos, operaciones y transacciones que por estas plataformas se ejecutan.

 

No se puede igualar lo que no es igual, no se puede gravar una idea innovadora. La billetera virtual no es una cuenta bancaria. Si se busca no mover efectivo, traer este esquema de bancarización es mejorar. Pero ahora, algunos fiscos provinciales, prevén una retención a cuenta del impuesto sobre los ingresos brutos, a pesar de que se trate de movimientos similares a los que se ejecutan entre cuentas propias. Según el fisco la retención es legal, toda vez que presume que los fondos son objeto de retención en la instancia en la que ingresan al circuito financiero. Tal afirmación no contiene la foto completa de la operatoria, ya que si una persona vende a través de una plataforma e-commerce (mercado libre por ej) que ya es signada como agentes de retención, se le retiene lo que ingresa a Mercado Pago. Si ocurre una posterior transferencia de dinero a una cuenta bancaria, la misma tributa, nuevamente. En esos supuestos, ese vendedor luego tendrá que reclamar el saldo a favor en cada fisco provincial. Y en el caso de pago a proveedores entre empresas grandes, la transacción puede sufrir una triple imposición.

 

La DGR Salta emitió RG 20/2019, acoplándose a Prov. de Buenos Aires en la implementación de un régimen de retención del ISIB para pagos a través de medios electrónicos.

 

Si buscamos ser competitivos, debemos revisar estos esquemas. Las Provincias, deberán respetar el Consenso Federal como para colaborar con la disminución de la presión fiscal.

 

 

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(*) Abogada, Especialista en Derecho Tributario y Aduanero

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