El 1º de mayo de 1980 el gobierno militar transformó al viejo Canal 7 en Argentina Televisora Color (ATC), dando formalmente inicio a la era de las transmisiones a color. A partir de ese momento, y durante 20 años, la marca fue sinónimo de la televisión pública nacional. Ayer, Cristina Kirchner decidió ponerle punto final a esta historia con la designación de un funcionario que se encargará de finalizar el proceso de liquidación de esta sociedad anónima. Lo hizo a través de un decreto publicado en el Boletín Oficial que también lleva las firma del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández; y del ministro de Economía, Amado Boudou, y que designó a Bernardo Iturraspe como “liquidador”. Se trata de un abogado que ya ocupó cargos en el gobierno porteño donde hasta 2008 fue fiscal del Ministerio Público Nº 1 de la Procuración General. Su designación llega en momentos de debate por la Ley de Medios Audiovisuales, frenada por la Justicia.
Iturraspe se hará cargo de la defunción de una marca estrechamente vinculada a la era de esplendor de la televisión oficial menemista. Si bien su origen tuvo que ver con la transmisión del Mundial del 78, su apogeo llegó en la década del ‘90 cuando pasó de ser una Sociedad del Estado a una Sociedad Anónima, ya que la intención de Menem era privatizar la señal debido al fuerte déficit que acumulaba en manos del Estado y al errático camino que había emprendido su programación. Luego, la gestión de Fernando de la Rúa recuperó la señal como Canal 7 Argentina, y creó el Sistema Nacional de Medios Públicos. Este ente, que financió y operó la emisora, fue reemplazado por Radio y Televisión Argentina Sociedad del Estado, creada por el kirchnerismo al amparo de la nueva ley de medios.
Lo que sí perdura y lo hizo tanto en este como en los anteriores gobiernos fue la tentación de utilizar ATC o como se denomine a la TV estatal como una herramienta política del poder de turno.
Fuente:Cronista.com
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