Por Guadalupe Aristarain -
Castelli, Aristarain, Valls & Rossi
El Acuerdo de París contra el cambio climático entró en vigencia el pasado 4 de noviembre a menos de un año de su firma en diciembre de 2015.
Resultaba necesario que al menos 55 países, que representen la generación del 55% de las emisiones mundiales, lo ratificaran para entrar en vigencia. A principios de octubre, a menos de un año de firmarse el Acuerdo, se logró el número suficiente de países ratificantes. Argentina ratificó el Acuerdo en septiembre a través de la Ley 27.270.
El Protocolo de Kyoto-pacto antecesor al Acuerdo- necesitó 8 años para alcanzar las ratificaciones necesarias para su entrada en vigencia. El tiempo record de entradaen vigencia del Acuerdo no es más que la manifestación de la urgencia y necesidad de no postergar más los temas vinculados al calentamiento global.
El Acuerdo persigue que el aumento de la temperatura en el planeta a final de siglo no supere los 2 grados respecto los niveles preindustriales. Si esto no ocurriese los científicos sostienen que las consecuencias resultarían catastróficas.
Los gases de efecto invernadero, principalmente el dióxido de carbono (CO2), se acumulan en la atmósfera e impiden que las radiaciones infrarrojas que emite el planeta al calentarse se liberen al espacio. La temperatura sube.
Si bien éstos gases siempre han estado presentes en la atmósfera, la industria, el transporte y los usos del suelo han aumentado su concentración. La temperatura sigue subiendo.
De acuerdo a estudios desarrollados porNaciones Unidas, si el ser humano continuaraaumentando al ritmo actual las emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura media global subiría entre 4 y 5 grados en 2100 respecto al nivel preindustrial. Además de provocar un aumento de la temperatura, cambios en las corrientes oceánicas, aumento del nivel del mar, incendios, sequías, fenómenos climáticos extremos;también generará una alarmante cantidad de refugiados ambientales que tendrán la necesidad de migrar a otros sitios del planeta. Las consecuencias son difíciles de imaginar.
A diferencia del Protocolo de Kyoto, donde sólo los países desarrollados estaban obligados a reducir sus emisiones, todos los firmantes del Acuerdo de París deben presentar planes de reducción. Pero estos planes son voluntarios, es decir, cada país fija la meta de reducción que considera oportuna.
Los planes de reducción aplicarán a partir de 2020 y deben contener objetivos para 2025. Cada cinco años los Estados deberán presentar nuevos planes y tendrán la obligación de rendir cuentas de su cumplimiento. Mientras tanto, hasta el 2020, resulta aplicableel Protocolo de Kyoto.
Los próximos cuatro años son relevantes para el Acuerdo de París ya que deben establecerse mecanismos claros de control y contabilidad de las emisiones y financiación para las políticas de adaptación. En el marco de estos trabajos en noviembre de 2016 se desarrolló en Marruecos la 22ª reunión de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP22).
La Argentina se encuentra trabajando en el desarrollo de políticas tendientes a la lucha contra el cambio climático. En este marco, recientemente se ha creado -a través del Decreto 891/2016- el Gabinete Nacional de Cambio Climático cuya función principales la de "articular los procesos participativos y de sinergia entre las diferentes áreas del gobierno nacional, así como entre éste, las provincias y la ciudad autónoma de Buenos Aires”. Se trata de un organismo integrado por los ministerios de Energía y Minería; Producción; Agroindustria; Transporte; Desarrollo Social; Relaciones Exteriores y Culto; Educacióny Deportes; Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva; Interior; Obras Públicas y Vivienda; Hacienda y Finanzas Públicas; Cultura y, por supuesto, el de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
No tendría mayor sentido que la problemática fuera abordada solamente por la cartera ambiental si los demás ministerios no incorporaran el cambio climático en sus políticas, con igual fortaleza y capacidad resolutiva.
No existe otro camino si se pretende dejar a las próximas generaciones un planeta en condiciones aptas para la vida humana. Resultan necesarias las acciones conjuntas para generar cambios en las culturas del consumo. Resulta esencial acelerar la transformación hacia el bajo consumo de carbono y para ello es necesario contar con cambios verdaderos en todos los niveles de gobierno y negocios.
Es posible que no exista un sentido de urgencia pues el desafío que implica el cambio climático se presenta como un fenómeno que recién tendrá lugar a fines de siglo o en sitios lejanos y ajenos. Sin embargo, ocurre aquí, ahoray resulta necesario instrumentar medidas para mitigarlo y reducir la vulnerabilidad de quienes más sufrirán sus impactos.
Entró en vigencia el Acuerdo de París, primer pacto vinculante que compromete a todo el planeta contra el cambio climático. Resulta un hecho histórico y una oportunidad única en la lucha contra el cambio climático y en el desarrollo de energías renovables que promuevan una economía baja en carbono y un desarrollo sostenible.
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