Durante muchos años desarrollé mi profesión como abogado in house en distintos Bancos en Argentina. Ya hacía más de 10 años de haberme recibido y tenía un gran anhelo. Tener muchos juicios a mi cargo. Sentía con 34 años que para ser un verdadero abogado tenía que tener mis propios juicios. Supervisar Estudios Jurídicos externos, asesorar internamente o colaborar con los Directores del Banco en aspectos legales vinculados con la actividad bancaria, no eran suficientes para sentirme abogado.
En aquella época supervisar causas a cargo de Abogados Externos era una tarea que consistía en el análisis de un informe, que por lo general implicaba un pedido de información adicional generando, muchas veces, la repetición de pedidos de informes la mayor carga laboral. Es decir la labor era recopilar información. Algunos abogados in house más indiscretos o con Gerentes de Legales más incisivos, hacían alguna muestra y recorrían algunas mesas de entradas de Juzgados para ver algunos expedientes.
Pasaron los años, fundé un Estudio y la pandemia me encontró con una cartera de juicios sobre mis espaldas de más de 45.000. Vaya si cumplí mi deseo de tener juicios a mi cargo!. Sin embargo hoy con casi 50 años puedo entender que la profesión de abogado es tan amplia y hasta puede ser tan excitante que podemos ser enérgicamente disruptivos para cambiar todo nuestro trabajo.
Siempre fui un usuario inquieto en cada herramienta informática que se me presentó en mi vida laboral. Hoy, pandemia de por medio, tengo una obsesión por la transformación digital que no es original. El mundo está siendo atravesado por una ola monumental de transformación digital que nos acorta un proceso que se estaba recorriendo en por lo menos 5 años.
Muchos colegas seguramente están sintiendo, vivenciando y cambiando hacia un rumbo sin límites digitales. A los otros los invito a recorrer este nuevo mundo de la robotización en los procesos legales que sin duda es una nueva revolución industrial que traerá productividad, precisión y riqueza.
Transformación digital y el derecho. Robotización
Está en el tapete la transformación digital y como decíamos nos está atravesando en la vida entera. Desde que nos levantamos hasta que nos dormimos estamos viviendo nuevas tecnologías digitales que nos están modificando nuestra vida, nuestra convivencia, nuestra forma de compartir el mundo.
Algunos lo estamos viviendo conscientemente y lo llevamos en nuestros poros. Ir a nuestra clase de tenis y decirle al profesor que use canasto automático busca pelotas y que se haga un App para coordinar su agenda y así hacer más productiva la clase, es sin duda estar mimetizado con la transformación digital.
La actividad de un abogado no debe estar ajena a esta revolución digital. Esquivarla nos deja afuera o por lo menos nos pulveriza la oportunidad de optimizar nuestros procesos, de hacerlos más eficientes y ser más productivos.
Decimos que la pandemia ha acelerado 5 años la digitalización es una realidad si observamos los principales fueros de Argentina agrupados en los portales del Poder Judicial de la Nación (PJN), Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires (MEV y SCBA) y el Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires (EJE). Es un hecho que la digitalización es de aplicación, casi exclusiva, con distintas variantes en dichos Portales. Algunos con aplicación de firma digital y otros en trance con firma electrónica momentánea.
En general, salvo pocos juzgados, se admiten los procesos judiciales en forma digital a excepción, por ahora, de la notificación de la demanda que debe realizarse al domicilio físico del demandado. Una vez presentado el proceso continúa digital.
No es materia de esta publicación, pero un cambio revolucionario será cuando todas las personas físicas o jurídicas registren un domicilio electrónico válido para notificar demandas. Pensemos un segundo que implicaría esto. Nos evitaríamos el tedioso proceso de notificación física y permitirá una aceleración en los juicios y hasta me animaría a decir reduciría la litigiosidad (los demandados verán que ahora los juicios son verdaderamente una amenaza), reduciría la morosidad de los créditos e incluso favorecerá la reducción de tasas de interés.
Solamente hasta acá, es elocuente la transformación digital. Tomemos consciencia y observemos las bondades que trae aparejado esto. Imaginemos recorrer juzgados de Lomas de Zamora, de Quilmes, Inmigrantes, etc,
Ahora bien, esto nos permite, desde cualquier lugar del mundo, revisar nuestras causas e impulsar expedientes. Pero si tenemos cantidades importantes que juicios que revisar e impulsar, el problema pareciera que persiste. Es decir, necesitamos ingresar expediente por expediente, revisar los movimientos, confeccionar el escrito y subirlo.
Para ello, la transformación digital y la robotización de procesos hizo lo suyo.
Hoy ya existen en Argentina y creado por Estudios jurídicos Argentinos, Robots que automatizan procesos, por ejemplo:
- Robots que inician masivamente juicios. Esto es, desde una base de datos (SQL, EXCEL, TXT) carga los datos en un modelo de demanda, firma, copia, pega o adjunta en el Portal judicial y acompaña la documental en forma automática pudiendo iniciar de a miles de juicios por día.
- Robots que durante la noche revisa expediente por expediente y si detecta algún movimiento, descarga el proveído e incluso lo actualiza en plataformas de seguimiento de juicios para que a la mañana el abogado impulsor pueda detectar como novedad ese proveído y generar el escrito necesario para su impulso. Basta de recorrida de expedientes!
- Robots que detectan notificaciones. Hoy ya recibimos por mail notificaciones pero los Robots agrupan notificaciones y actualizan plataformas de seguimiento de juicios y alerte de inmediato al teléfono del abogado impulsor la notificación con plazos.
- Robots que elaboran escritos según modelos pre armados que toman datos de una base, los convierte en PDF y los deja listos para subir a los portales judiciales.
- Robots que firman electrónica o digitalmente los escritos y los sube durante la noche en cada uno de los respectivos expedientes.
- Robots que generan de a cientos de escritos masivamente para luego firmarlos y subirlos digitalmente en forma automática y masiva.
Si ésta no es la cuarta revolución industrial en los procesos judiciales, cual será.
No hay dudas que esta transformación digital es excitante. Solo pensarlo un instante podremos observar los beneficios que esto genera.
La robotización en los procesos judiciales permiten:
- Altísima impulsividad procesal
- Minucioso control de vencimientos
- Data Mining permitiendo tomar las mejores decisiones.
- Robusto procesos automáticos de reportería para nuestros Clientes.
Inteligencia artificial y la abogacía
No podemos estar hablando de la transformación digital sino hacemos mención a la inteligencia artificial. También la abogacía hace uso de la innovación de la inteligencia artificial. Solo a modo de ejemplo podemos mencionar algunos software que ya viene desarrollándola.
En Argentina EL DIAL.COM cuenta con un buscador cognitivo y anonimizador automático muy útil para la actividad de un abogado. También en el ámbito jurisdiccional hay herramientas novedosas. Un caso es PROMETEA del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires y el Laboratorio de Innovación e inteligencia artificial de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires que combina detección y asistencia inteligente y predicción automática a través de un chat por voz y escrito interactuando con un operador jurídico y luego de la lectura de miles de casos, predice un dictamen para un determinado caso.
En EEUU se desarrolló un Software de nombre Premonition que permite, cargando una serie de variables como va a resolver determinando conflicto un Juez, una Cámara o un Tribunal. Esto permite a los abogados poder predecir el resultado de los pleitos según sea el sorteo de radicación. En base a esta predicción los abogados pueden elaborar su mejor estrategia. Este software permite averiguar que abogados ganan los pleitos por materia. Esto permite elegir a abogados especialistas, sus honorarios e incluso su perfil agresivo o moderado.
Otro software que se desarrolló en EEUU hace ya varios años es Compas (Correctional Offender Management Profilingfor Alternative Sanctions) calcula la probabilidad de que una persona cometa un nuevo delito y sugiere que tipo de supervisión necesita el condenado en prisión.
Volviendo a lo doméstico, no hay dudas de las ventajas en la utilización de la inteligencia artificial en los procesos judiciales masivos.
Imaginemos la posibilidad de que la herramienta nos identifique los criterios judiciales (de fondo o procesales) de cada juzgado de nuestros juicios? Esto nos permitiría que los Robots se adecuen a esos criterios permitiendo, sin duda, eficiencias en cada paso.
Si avanzáramos un poco más en la utilización de esta herramienta, imaginemos la utilización de esquemas predictivos de inteligencia artificial para la labor de los jueces? Pareciera que en procesos judiciales, tipo ejecuciones fiscales, sería muy útil herramientas que colaboren con la impulsividad y presente modelos predictivos de resoluciones.
Consideraciones finales
No pretende este articulo profundizar sobre un debate sobre las vicisitudes de la aplicación de la Inteligencia Artificial ni desarrollar técnicamente como operan los Robots en los procesos judiciales.
Hay artículos, investigaciones, espacios académicos muy interesantes que desarrollan con basta información local y global la aplicación de la tecnología en el mundo del Derecho.
La iniciativa de esta publicación es una promoción e invitación a todos los colegas a subirse a la ola de la transformación digital. Esto no requiere grandes inversiones o desarrollos de programadores de alto valor agregado. Se puede comenzar con herramientas ya existentes y al alcance de cualquier colega argentino.
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