Las leyes no son creadoras de desarrollo ni de riqueza. Pero ciertamente pueden estimular tanto el primero como la segunda.
La ley uruguaya de zona francas – una ley que con modificaciones data de 1987- es seguramente uno de los mejores ejemplos.
La reflexión viene a cuento de una resolución del Poder Ejecutivo de la semana pasada que autorizó la creación de una nueva zona franca en el departamento de Colonia. Se trata de una zona franca orientada exclusivamente al sector servicios -esto es, se excluyen las actividades comerciales e industriales-, donde se proyecta la construcción de un edificio de cinco niveles con más de 11.000 mts2 construidos. La autorización fue concedida por el plazo de 30 años, prorrogables.
La resolución es explícita en cuanto a la filosofía que le inspira: “El Poder Ejecutivo entiende pertinente el desarrollo de este instrumento económico -la zona franca- como herramienta para promover la exportación de servicios y la captación de capital y conocimiento para satisfacer los requerimientos de empresas internacionales de primer nivel”.
Por Ignacio Torres Negreira y Domingo Pereira
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