Según un fallo de la Justicia Civil, un abogado deberá indemnizar a su cliente por hacerle perder un juicio de daños; cuando faltó a los deberes que la ley impone, al haber permitido que con su inacción que se cierre la causa. La Sala D de la Cámara Civil ordenó pagar al letrado la suma de $ 70.000 a una madre y su hijo que lo habían contratado para que llevar adelante la causa. El fallo consideró que el letrado hizo que se decretara la perención de la instancia, es decir que la causa se cierre por la falta de impulso de los demandantes, y por lo tanto privó a sus clientes de obtener la indemnización que les correspondía. Los camaristas sostuvieron que los profesionales que desempeñan un actividad deben poseer los correspondientes conocimientos tanto prácticos como teóricos y actuar de acuerdo con las reglas y métodos pertinentes y la diligencia debida. Además, es el abogado quien desarrolla la estrategia judicial del caso en el que trabaja, conoce las opiniones doctrinales y las variaciones de la jurisprudencia. Si bien el letrado argumentó que no había impulsado la causa porque la persona a la que le reclamaban la indemnización sus clientes era insolvente, y la compañía de seguros no debía responder en este caso; los camaristas desestimaron los argumentos del abogado.