Una de las novedades ocurridas en torno al Consejo de la Magistratura ha sido una alianza de amplio espectro. Un vasto sector independiente que ya se había unido al sector tradicional del Colegio de Abogados, llevando como candidato para el Colegio Público de Abogados a Guillermo Lipera, se ha aliado a otro amplio sector que aglutina desde hace varios años a abogados de diferentes vertientes  de la Asociación de Abogados, independientes, y con profesionales agrupados  en la UBA.
 
Esta alianza de tan variada gama hace algunos años hubiese sido difícil y es una reacción ante la política kirchnerista y su estrategia de dominación del Poder Judicial, montada desde sus miembros en el Consejo de la Magistratura y la cooptación del representante de los abogados.
 
Este cuerpo constitucional tiene 13 miembros y los dos abogados –uno elegido en el interior  y otro en la Capital- pueden desbalancear el eje del poder: si a los seis votos que usualmente posee el gobierno, sea kirchnerista o no, se suma uno de esos abogados, el control del cuerpo cae en manos del gobierno de turno.
 
Eso es lo que dicen ha sucedido desde hace 4 años, cuando fue elegido el Dr. Montaña, propuesto por el grupo Gente de Derecho que ahora postula a su jefe, Jorge Rizzo. En este último período el consejero Montaña ha ayudado al oficialismo y a los diputados Kunkel y Conti en mas del 80% de las votaciones y sobre todo en los casos clave, como el de Oyarbide.
 
Pero ahora, si ganase en la Capital el sector llamado Cambio Pluralista, que lleva como candidato titular a Alejandro Fargosi y como suplente a Juan P. Zanetta, el escenario podría ser netamente desfavorable al kirchnerismo.
 
Según ha declarado el abogado Fargosi, “si en 2010 la Justicia está mal, la responsabilidad del Consejo de la Magistratura es evidente” porque según este candidato “hay jueces que no pueden seguir siéndolo, y otros que han ganado sus concursos y están postergados por decisiones solo políticas.”
 
Por su parte, Zanetta se niega a hacer nombres porque eso implicaría el riesgo de ser recusado por los jueces o postulantes involucrados, en caso de ser elegido. Pero es terminante en la responsabilidad del Consejo y en la necesidad de que el amplio sector abogadil tome partido y se haga cargo del problema. Dicen ambos candidatos que “no es posible que tantos sigamos quejándonos de cómo marcha el país y la profesión y la justicia en nuestras charlas de sobremesa o de café, y no hagamos nada. Es imprescindible ocuparnos de este tema de manera directa, aún asumiendo los riesgos personales y profesionales que esto implica y por eso he aceptado ser candidato y de ser electo, sin dudarlo actuaremos de manera independiente e inmune a aprietes y tentaciones.”
 
El candidato de Cambio Pluralista es muy duro con el estado de cosas actual: según él, “es inadmisible que sigamos no solo con problemas de personas, o sea con jueces que no deben serlo y con vacantes que no son cubiertas, sino que también es incomprensible que la Justicia se rija por procedimientos y sistemas de la época del Código Civil, es decir de hace 150 años, sin darse por aludida de todos los cambios tecnológicos que han sucedido desde entonces y que no terminaron en la máquina de escribir”
 
Fargosi, que es académico en la moderna área de la ley conocida como el Derecho de las Comunicaciones, insiste en que “en el mundo de Internet, MP4, Twitter y tantos otros avances, es inconcebible que sigamos perdiendo tiempo con la forma de redactar un oficio o un mandamiento, y que los abogados y los clientes sigamos atados a maneras de pensar del siglo XIX, juzgados por jueces que en algunos casos son claros casos de incompetencia por su falta de conocimiento, de honestidad o de imparcialidad.” Todo eso, remarca, también es responsabilidad del Consejo de la Magistratura, que tiene mucho por hacer.