La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo decidió declarar la nulidad de un convenio celebrado entre un encargado de un edificio que fue despedido y el consorcio de dicho edificio. Dicha decisión se debió a que los magistrados demostraron que la voluntad del encargado estuvo viciada, debido a que fue engañado por el profesional que le brindó asesoramiento en el momento de suscribir el acuerdo. Los miembros de la Sala I, en los autos caratulados “Consorcio de propietarios del edificio de Av. Figueroa Alcorta 3062/66 c/ Burgos Juan Roberto s/ consignación” , aplicaron en el caso lo contemplado en el artículo 925 del Código Civil. Los letrados, pudieron comprobar que se produjo un error sobre aspectos fundamentales de la persona y de sus cualidades, los cuales son determinantes del acto que se encuentra en debate. Los letrados, sostuvieron al argumentar su decisión, que el error se produjo sobre la persona de su asesor letrado. Según el criterio adoptado por los mismos, dicho error es excusable, ya que fue consecuencia del dolo utilizado en un engaño. Los integrantes del tribunal, entendieron que el consentimiento de trabajador se encontraba viciado, ya que fue engañosamente inducido a celebrar dicho convenio, por lo cual, tiene derecho a que sea anulado. La cuestión se originó cuando el encargado luego de ser despedido del edificio en el que se desempeñaba, firmó un convenio ante el SECLO con el consorcio, en el cual se estableció una indemnización por antigüedad. El encargado despedido, para celebrar dicho convenio había contratado a un estudio jurídico para que le prestase el debido asesoramiento. El problema se suscita cuando se enteran de que el letrado que le había prestado el asesoramiento en la audiencia, no pertenecía a ese estudio, sino que se había hecho pasar como integrante del mismo. Los magistrados, expresaron en el fallo, que se pudo comprobar que dicho abogado tenía una causa ante el Tribunal de Disciplina del Colegio Público de Abogados.