La emisión de bonos verdes - valores negociables que se utilizan exclusivamente para la financiación de proyectos con fines ambientales - alcanzó en 2018 una emisión de 167,6 mil millones de dólares a nivel mundial, representando el 74% sobre el total de Bonos SVS (Sociales, Verdes y Sustentables).
Estados Unidos y China encabezaron el mercado, emitiendo por 34 y 31 mil millones de dólares respectivamente. Desde 2007, la emisión alcanzó los 521 mil millones de dólares, teniendo como sectores principales transporte, energía y agua.
Los bonos SVS pueden clasificarse en tres tipos, dependiendo de su utilización:
- Sociales: destinados a financiar o refinanciar, en forma total o parcial, proyectos nuevos o existentes con beneficios sociales.
- Verdes: destinados a financiar o refinanciar, en forma total o parcial, proyectos nuevos o existentes con beneficios ambientales.
- Sustentables (“Bonos SVS”): destinados a financiar o refinanciar, en forma total o parcial, proyectos nuevos o existentes con beneficios ambientales y sociales conjuntamente.
Con respecto a la distribución por industria: transporte, energía y agua son los sectores más alcanzados por los proyectos de Bonos Verdes.
En Argentina, la Comisión Nacional de Valores ejerce el control que legalmente le compete respecto de los instrumentos financieros sometidos a la oferta pública y mediante la Resolución General N° 764/2018 y el Anexo RG N° 788, establece la competencia de los mercados respecto del control de las características verdes, sociales y/o sustentables de este tipo de emisión.
“La norma (en la que PwC participó de la consulta pública para su elaboración), establece los lineamientos de Argentina para la emisión de valores negociables sociales, verdes y sustentables y los reconoce como una forma efectiva de movilizar capital privado hacia sectores prioritarios y así promover el desarrollo de infraestructura resiliente baja en carbono, que permita un desarrollo equitativo y sustentable. Además, reconoce a los Green Bond Principles (GBP) y al International Climate Bonds Standard (CBS) como los estándares que deberán ser considerados para la emisión de Bonos Verdes. Asimismo, recomienda las definiciones del Comité Ejecutivo del ICMA, detalladas anteriormente”, comenta Diego López, socio de PwC Argentina especialista en Sustainability.
Existen mejores prácticas internacionales para guiar a los emisores y proporcionar seguridad a los inversores sobre la credibilidad de la etiqueta del bono. Una de las herramientas sugeridas consiste en las revisiones externas, cuyas formas más comunes son: segunda opinión, verificación y certificación y calificación de evaluación.
Dentro de los beneficios, se identifican, por un lado, aquellos para los inversores, como obtener retornos financiero comprables con los del track convencional, con la adición de beneficios ambientales y/o sociales; contribución en la adaptación climática nacional, seguridad alimentaria, salud pública, abastecimientos energéticos; satisfacer los requisitos ambientales, sociales y de gobernanza; y aumentar la transparencia y la rendición de cuentas sobre el uso de los ingresos.
Por el otro lado están los beneficios para los emisores: proporcionar una fuente adicional de financiamiento sustentable; mayor sincronización de la durabilidad de los instrumentos con la vida del proyecto; mejorar la diversificación de los inversores, capturando nuevas oportunidades de negocio al aprovechar la creciente demanda de desarrollo sostenible, y atraer capital de largo plazo.
A través del proceso de verificación externa, PwC realiza un trabajo de seguridad limitada en las instancias de pre-emisión de bonos verdes, y en los Informes de seguimiento anual, con base en la norma ISAE 3000 (“International Accounting Standards Board”). Esto incluye la verificación de los procedimientos establecidos (pre-emisión) e implementados (seguimiento anual) correspondientes a:
- Uso de los fondos
- Evaluación y selección de proyectos
- Gestión / administración de fondos
- Elaboración de Informes
El trabajo concluye con la entrega del Informe de seguridad limitada independiente, que certifica los procesos verificados.
“Año a año, los bonos SVS, y en particular los bonos verdes, continúan consolidándose como la mejor alternativa de financiación para aquellas empresas que incorporan la Sostenibilidad dentro de su estrategia corporativa. Las expectativas de crecimiento son importantes sobre todo en contextos como el de nuestro país, donde las energías renovables están cobrando cada vez más relevancia, teniendo en cuenta que es la segunda industria a nivel global que tiene como destino la utilización de este tipo de fondos. Constituyen una excelente oportunidad en el camino de la igualdad social y el cuidado del medio ambiente, uno de los grandes retos de nuestros tiempos.” finaliza Diego López.
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