Una de los litigios judiciales más mediáticos y que lleva varios años desde su inicio es el protagonizado por dos de las empresas tecnológicas más importantes del mundo: Apple y Samsung.

Los enormes procesos judiciales que concluyen con extensas facturas y victorias, por lo menos, dudosas hacen pensar si realmente vale la pena iniciar el arduo camino de la disputa.

La velocidad con la que evolucionan los dispositivos electrónicos y el ritmo que maneja la justicia para resolver las causas son dos elementos dispares y a considerar por parte de las compañías.

Asimismo, y tomando de ejemplo un despacho Español de primer nivel, los gastos por una demanda en defensa de una patente pueden ser astronómicos. En ocasiones, las erogaciones superan el millón y medio de euros por todo el proceso.

Cabe destacar que or el otro lado se encuentra el esfuerzo personal y la inversión económica para la generación de una invención y su posterior patentamiento, lo cual incentiva a las compañías a defender sus logros.

Una de las vías alternativas que se manejan es la de arbitraje. A pesar de los elevados costos, esta modalidad es más rápida que los tribunales judiciales. Una de las desventajas que se puede percibir es que el origen de muchos conflictos son extracontractuales, lo que imposibilita el arbitraje que debe ser acordado por las partes.