En el marco de la disputa que mantiene con el gobierno de los Estados Unidos a raíz de los subsidios al algodón en el país del norte, el gobierno brasileño publicó en el boletín oficial una lista preliminar de patentes y derechos de propiedad intelectual de Estados Unidos que va a incumplir en su represalia comercial a dicho país, en caso de no alcanzar un acuerdo sobre el algodón.

Entre los rubros difundidos por el gobierno se incluyen medicamentos y productos químicos o biotecnológicos para el agro, existiendo la posibilidad de decretar la prohibición de importar medicamentos y otros productos protegidos por patentes durante un tiempo determinado.

Por otro lado, entre las nuevas sanciones que se plantean por la antigua disputa mantenida por ambos países en la Organización Mundial del Comercio (OMC), Brasil analiza la suspensión del pago de los derechos de autor y de propiedad intelectual en las áreas de música, libros y películas.

Durante el transcurso del año pasado, la OMC autorizó a Brasil a aplicar sanciones por 829 millones de dólares al año en respuesta al rechazo norteamericano a eliminar los subsidios al algodón, lo que perjudica considerablemente a las exportaciones brasileñas de dicho producto.

Del mencionado monto, la OMC contempla 238 millones de dólares como sanciones que pueden ser aplicadas a la propiedad intelectual norteamericana, mientras que con relación al resto, Brasil publicó una lista de 102 bienes estadounidenses que recibirán aumentos del arancel a las importaciones de entre el 20% y el 100%, encontrándose entre tales productos algodón, ropa, autos y trigo.

Si bien de parte del gobierno brasileño dieron por completada su revancha comercial anual contra Washington con la lista de las medias publicadas, desde EE.UU aún esperan una salida negociada al conflicto, siendo necesario para ello que el Congreso de dicho país apruebe una reforma al programa del algodón para satisfacer el reclamo brasileño.

Entre las principales características del presente conflicto, se destaca que es uno de los pocos casos en que la OMC ha permitido represalias cruzadas, en el que la parte perjudicada puede tomar represalias contra un sector no involucrado en la disputa.