El Gobierno blanqueó finalmente lo que ya era un secreto a voces en los pasillos de la Casa Rosada: que la presidenta Cristina Fernández vetará el incremento de las jubilaciones mínimas que alientan los bloques de la oposición si el Congreso sanciona la iniciativa.

La determinación oficial fue confirmada ayer por el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien reclamó “racionalidad” a los diputados y senadores para que el Gobierno no tenga que rechazar el proyecto de ley, que calificó de “demencial”.

“Lo que está buscando la oposición es el veto”, acusó Fernández, que también rechazó las versiones acerca de que el Gobierno diseñaba una propuesta alternativa para disponer una suba progresiva de las jubilaciones en línea con la iniciativa opositora de llevar el haber mínimo al 82% del salario mínimo, vital y móvil. “Eso es falso. Y entre mentiroso y antipático, prefiero ser antipático”, afirmó el jefe de Gabinete.

En ese sentido, fuentes gubernamentales señalaron que la única previsión oficial respecto a la mejora de los haberes del sector pasivo se vincula con el incremento que regirá desde septiembre, de acuerdo con la fórmula de movilidad dispuesta en la última reforma previsional. Según algunas estimaciones provisorias, ese ajuste (calculado sobre la evolución de los salarios y la recaudación de la seguridad social) rondará entre 10% y 12%, con lo que si se suma el aumento de marzo (8,21%), el incremento anual de las jubilaciones replicará la magnitud de los aumentos salariales de docentes (23,5%) y empleados de la administración pública nacional (21%).

Pese a anticipar la posibilidad de un veto presidencial, el jefe de Gabinete puso en duda que los bloques de la oposición logren los votos necesarios para sancionar la iniciativa. La expectativa del kirchnerismo se concentra, en ese caso, en la posibilidad de sumar aliados para frenar el avance en el Senado, ya que descuentan que el proyecto logrará un trámite sin complicaciones en Diputados, donde la mayoría de las bancadas opositoras y hasta algunos legisladores que suelen alinearse con las iniciativas oficiales, parecen decididos a apurar su aprobación.

En medio del impacto que la avanzada opositora por el aumento de las jubilaciones generó dentro del Gobierno, una fuerte versión que circuló ayer en despachos oficiales mencionó que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, preparaba importantes cambios en el Secretaria de Seguridad Social, que incluirían el reemplazo del actual titular de ese organismo, Walter Arrighi, por la ex funcionaria del Ministerio de Economía Ofelia Cédola, y la creación de una nueva subsecretaría del área, que quedaría a cargo de Emilia Roca.

Según esa versión, la idea de esos cambios apuntaría a asignar “un rol más activo” a la Secretaría de Seguridad Social en la definición de políticas destinadas al sector pasivo y a establecer “vínculos más fuertes” entre la cartera laboral y la Anses.

Cobos insiste

Por otra parte, el vicepresidente Julio Cobos volvió ayer a marcar sus diferencias con la administración Kirchner en relación al aumento para los jubilados y contra el discurso oficial sostuvo que “siempre es el momento para discutir” una eventual mejora en los haberes previsionales.

“Si el país tiene las condiciones de recuperación de su economía y de sus ingresos, hay que aplicar esos ingresos a los que ya no pueden esperar más y están más afectados”, afirmó Cobos a la vez que sostuvo que “es muy importante que el dinero de la Anses sea para la Anses, para los jubilados, y estudiar muy bien el destino de otras asignaciones porque se necesita el recupero de la rentabilidad para asegurar justamente los fondos en el día de mañana”.

Fuente: Cronista.com