Con 63 votos positivos y solo 3 negativos fue designada la fiscal Alejandra Gils Carbó como nueva procuradora general de la Nación. Cabe señalar que el apoyo de la oposición fue clave en la decisión.

En tal sentido, el nombramiento fue respaldado por el bloque del Frente para la Victoria, el Peronismo Federal y casi todos los radicales, exceptuando a Mario Cimadevilla y Laura Montero.

En lo que respecta a la intervención de Carbó en el Congreso, la fiscal había mostrado cierta independencia política en varias temáticas que son preocupación actual del Gobierno.

En su momento, la nueva jefa de los fiscales había asegurado que el Estado debe cumplir con las sentencias impuestas por la Corte Suprema de Justicia relacionadas con el pago de los jubilados.

Por otra parte, había afirmado que “no se puede avalar un uso discriminatorio de las pautas oficiales” hacia medios de comunicación y, además, criticó la disolución de la Fiscalía de Investigaciones Administrativas.

De esta manera, Gils Carbó logró el apoyo de una mayoría y fue nombrada como procuradora general de la Nación a pesar de aislados cuestionamientos de legisladores referidos a las preguntas realizadas durante la audiencia pública.