El giro de una senadora radical y otro bussista le garantizará a Cristina su ley de medios. La oposición no había logrado anoche consensuar un dictamen propio. El conductor del bloque kirchnerista en el Senado, Miguel Pichetto, se prepara para reivindicarse de la caída de las retenciones móviles en el Congreso. Desde las 10 de hoy, el rionegrino bajará al recinto de la Cámara alta confiado en superar los 40 votos y aprobar con holgura la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner quería tener antes de que se renueve el Parlamento. A pesar de ese escenario, la sesión derrochará polémicas. Comenzará, por caso, cuando todavía resuenan las acusaciones y los reproches por el sorpresivo giro de la cobista correntina María Dora Sánchez, quien apoyará el texto artículo por artículo. El mejor escenario que maneja el oficialismo, con 70 senadores sentados en sus bancas –dos están de licencia por enfermedad– es para la votación en general, en la que contaría con 44 votos favorables, contra 26 de la oposición. Entran en ese cálculo los aliados, los giros sorpresivos de algunos opositores y el acompañamiento anticipado de otros, como el socialista Rubén Giustiniani, quien desde que la iniciativa se aprobó en la Cámara de Diputados anunció su voto favorable. Para el debate en particular, en tanto, se prevén discusiones álgidas y votaciones algo más ajustadas. Sin embargo, aún en los artículos más controvertidos, el kirchnerismo se siente ganador. Para la votación de la conformación de la autoridad de aplicación; el otorgamiento de las licencias más importantes en manos del Ejecutivo, y el año de plazo para la desinversión cosecharía unos 36 ó 37 votos, frente a los 35 ó 34 de la oposición. Fue clave para llegar a esa posibilidad el anuncio de la senadora radical Sánchez, quien aseguró que no rechazarán ningún artículo de la ley. Con su voto le garantizó, entonces, la aprobación sin cambios al kirchnerismo. Quedó por ello en el centro de todas las miradas, intentó aclarar ayer su cambio de postura a través de un comunicado. “Mi voto no tiene otra explicación que el deseo de lo mejor para mi provincia, en el marco de un contexto que no puede ser recortado”, aseguró. Su definición, sin embargo, resulta llamativa si se revisa el archivo periodístico. Hace apenas dos semanas, Sánchez consideraba que el proyecto era “un mamarracho” y “realmente peligroso”. El presidente de la UCR, Gerardo Morales, le negó la comprensión que la senadora reclamaba. La acusó, sin vueltas, de ofrecer su voto a cambio de impunidad para su referente político, el gobernador Arturo Colombi (de lo que se informa aparte). El vicepresidente Julio Cobos no fue más sensible. Ayer habló con los senadores electos por Corrientes Eugenio “Nito” Artaza y Josefina Meabe de Mathó sobre la decisión de Sánchez. “Es preocupante tanto condicionar como dejarse condicionar. Es distinto actuar por convicción que por conveniencia, sea cual fuere la motivación de ésta última”, sentenció luego. Enfrascados en esta interna, los radicales no habían logrado hasta el cierre de esta edición presentar un dictamen de minoría, aunque voceros del bloque consultados por El Cronista aseguraron que ese texto se plasmaría finalmente sobre el filo de la sesión e incluiría, entre otros, a la senadora de la Coalición Cívica, María Eugenia Estenssoro, y al senador de Buenos Aires Federal, Samuel Cabanchik. Mientras que senadores del Grupo Federal, que expresa al justicialismo disidente, ratificaron ayer en conferencia de prensa su rechazo al proyecto. Así, con las posiciones definidas, se espera un debate álgido, pero sin sorpresas que cambien el rumbo de la ley. La discusión en general, que insumirá unas 12 horas, sumada al debate en particular, harán que esa definición se concrete entrada la madrugada del sábado. Fuente: Cronista.com