El pasado 25 de junio la Corte Suprema de Estados Unidos emitió un fallo histórico, en el que analizó por primera vez la competencia en lo que los economistas llaman “mercados de doble cara”. En el caso concreto, se trató del mercado de tarjetas de crédito, en el que cada transacción tiene como eje al sistema de la propia tarjeta, frente al consumidor –por un lado- y frente al comercio –por otro lado- (de ahí el concepto de “doble cara”).
El asunto en discusión fue el efecto de las cláusulas que American Express incluye en sus acuerdos con los comercios, prohibiéndole a estos dirigir a sus clientes a otras tarjetas. La Corte falló a favor de American Express, y sentó un precedente que será observado en todo el mundo, según el Alfonso Vilaboa, que está realizando un máster en la Universidad de Georgetown en Washington DC.
“El caso era entre el Estado de Ohio contra American Express. La Corte Suprema de los Estados Unidos, analizó estas cláusulas llamadas ‘antisteering’. El efecto de estos acuerdos entre AmEx y los comercios que aceptan sus tarjetas, es que éstos últimos se obligan a no privilegiar otras tarjetas por sobre AmEx, frente al consumidor. Es decir, los comercios no pueden promocionar, por ejemplo, Visa o Master de forma más prominente que AmEx, u otorgar descuentos a los clientes que paguen con Visa o Master y no a los que paguen con AmEx”, explicó Vilaboa.
“Estas cláusulas nacen porque AmEx –en general- cobra comisiones más altas a los comercios que sus competidoras, y muchas veces éstas trataban de disuadir de alguna forma a sus clientes de usar AmEx, para que usaran, por ejemplo, Visa o Master. Es justamente para impedir esto que nace la cláusula”, recuerda.
Según Vilaboa “el gobierno (demandante en este caso), logró demostrar que los comercios terminaban pagando comisiones más altas en todas sus transacciones con tarjeta. Es obvio: para Visa y Master no tiene sentido cobrar comisiones más bajas a los comercios que también aceptan AmEx, si no pueden sacar rédito de ello. Ese rédito sería a través de que el comercio exprese preferencia por Visa o Master (que por supuesto se traduzca en más ventas, o mejor dicho, más transacciones con sus tarjetas)”.
Para el experto “este argumento sería suficiente si se tratara de un mercado tradicional, pero aquí hay ‘dos caras’: la extensión de crédito al consumidor y el procesamiento del pago al comercio. El fallo de la corte analiza ambas transacciones en conjunto, sentando precedente”.
Según Vilaboa, allí es que apareció el problema para el gobierno: “no pudo demostrar que la suba en las comisiones a los comercios se tradujeran en mayores precios a los consumidores o menos uso de tarjetas de crédito en general. Por eso es que la corte le da la derecha a AmEx”.
Para Vilaboa “Uruguay -como todo país que está iniciando su práctica de competencia (la ley es recién de 2006)-, la importancia de los precedentes tanto Europeos como Americanos es clave. Sobre todo en casos como este, que es la primera vez que la Corte Suprema de Estados Unidos analiza los efectos en este tipo de mercados. El fallo respalda enfocar el asunto de los ‘mercados de doble cara’, en conjunto”.
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