Al momento de concretar el lugar geográfico para el desarrollo de un proyecto audiovisual, Uruguay se ha posicionado como un destino de referencia dentro del rubro.
Su estabilidad macroeconómica, su rentabilidad, liquidez, seguridad jurídica y sus garantías constitucionales han generado un hub de innovación que merece ser destacado.
Dentro de la región, Uruguay ha logrado mitigar varios de los riesgos emergentes que tanto inversores como organismos internacionales, toman en cuenta para el financiamiento de nuevos negocios.
En el rubro audiovisual, Uruguay logró climatizarse a la “era digital” transformando su modalidad de prestación de servicios a través de plataformas digitales, generando nuevas formas de distribución y consumo que funcionan de manera exitosa.
Actualmente, la alta demanda de técnicos y profesionales vinculados a esta actividad ha generado un porcentaje de desempleo casi nulo y los contenidos digitales creados en el país se han ido sofisticando y diversificando a lo largo de la última década.
Resulta igualmente importante remarcar el impacto positivo “en cadena” que el rubro origina. La sola actividad de rodaje provoca la demanda de servicios y productos conexos, tales como hotelería, catering, medios de transporte y demás, los cuales han visto en la actividad audiovisual, una oportunidad de crecimiento económico alternativa al clásico sector turístico.
Durante el período 2020 – 2021, los estrictos protocolos sanitarios aplicados en la industria, a consecuencia del virus SARS COVID 19 no fueron impedimento para el desarrollo de esta actividad. La cual genera un valor agregado al país, no solamente por el fenómeno de acumulación de proyectos internacionales que aterrizan aquí, si no por la creación de contenido uruguayo el cual se vende como una marca registrada al resto del mundo.
Por Sofía Humaian
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