En un inédito fallo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación reconoció la condición de veterano de guerra a un suboficial que durante la Guerra de Malvinas en el año 1982, se desempeñó en las bases militares de Puerto Belgrano y de Río Grande.
En una sentencia que constituye un precedente para los 9500 ex soldados conscriptos que durante el conflicto bélico cumplieron tareas en la zona de despliegue continental, al sur del paralelo 42, el Máximo Tribunal resolvió que le correspondía la pensión vitalicia que en la actualidad perciben quienes participaron en el teatro de operaciones, de la cual se encuentran excluidos quienes estuvieron en las bases militares establecidas en la Patagonia.
En la causa iniciada por el suboficial retirado Carmelo Antonio Gómez, la Corte interpretó que si bien el reclamante no había sido destinado a las propias islas ni al Teatro de Operaciones del Atlántico Sur (TOAS), se encontró expuesto a “situaciones de riesgo” como consecuencia de haber permanecido en la costa patagónica, lo cual convalidaba su condición de veterano de guerra.
La misma situación de riesgo que Gerez mantuvieron los 9500 ex conscriptos junto con los oficiales y suboficiales que no ingresaron en el teatro de operaciones, por lo que en caso de extenderse el beneficio, el Estado debería desembolsar 120 millones de pesos por año.
Cabe resaltar que la pensión vitalicia que perciben los veteranos de guerra es equivalente al haber mínimo de la jubilación ordinaria, que en la actualidad es de 1046 pesos.
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