Aunque el liderazgo es en sí una condición general para todas las profesiones, gran parte de los abogado siguen con el desconocimiento de como practicarlo y al final los resultados que esperan de sus equipos no son los esperados, pero especialmente, por su propia culpa.
Un Socio que gestione un equipo debe inicialmente analizar que es lo que tiene en cuanto a necesidades técnicas, ver a continuación la plantilla que tiene y como es cada uno y hasta dónde puede llegar.
Aunque pareciera justo el pedir a todos lo mismo, la realidad es que no debe ser así, ya que cada uno tiene su punto de saturación y eficacia en distinto nivel, (al igual que su sueldo y experiencia tampoco van a coincidir). El ideal es saber donde está el límite de los de su equipo y eso merece un momento de dedicación a ello.
Si es normal en el mundo jurídico pensar y analizar un caso desde el punto de vista técnico, es una obligación el dedicar un tiempo a escuchar y analizar de sus colaboradores cuales son sus posibilidades y sobre todo considerar que:
Si un equipo trabaja siempre al límite de horas, lo más seguro es que falle.
Si a un equipo se le mete más presión de la debida, aparte de fallar, en cuanto tengan la primera ocasión sus componentes se marcharán.
Si a un equipo no se le escucha como debe, será fuente de problemas
Si un equipo teme hablar con el jefe por las preguntas que pueden emanar de él, es que el liderazgo es deficiente y las cosas no marchan.
Si un equipo no muestra alegría en el trabajo, el problema en general es del superior.
Si un equipo no aprende del jefe, éste no funcionará.
Si un equipo está pagado por debajo de mercado, no rendirá por faltarle un bien esencial.
Por el contrario si cualquier profesional trabaja a gusto con su jefe, aprende de él y tiene unas condiciones laborales adecuadas, esto llevará a la fórmula de éxito total.
Aunque el abogado piense que lo sabe todo, si es director, le pediría que hiciera una breve reflexión al respecto, ya que no solo hay que actualizarse en cuestiones técnicas sino también en habilidades de gestión, especialmente cuando se trabaja con abogados, ya que son sus principales herramientas de trabajo y a los que un trato inadecuado, solo repercutirá en su contra.
Demos tiempo a la reflexión y a compartir con nuestros equipos, ya que ellos nos lo agradecerán y los resultados serán visibles de inmediato.
Por Pilar Tortosa
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