En la provincia de Córdoba, un fiscal que había sido destituido por unanimidad por un Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados de dicha provincia, decidió atrincherarse en su despacho al día siguiente de conocerse la resolución en su contra, impartiendo instrucciones durante un plazo de cinco horas como si se encontrara en posesión de dicho cargo. Tal situación, se produjo luego de que Juan Manuel Roco Colazo, fuera destituido de su cargo tras un Jury, donde los miembros del mismo consideraron que se encontraban largamente probadas las acusaciones en contra del mismo planteadas por el Fiscal General de la Provincia, Darío Vezzaro. Entre las acusaciones, se destacan  haber actuado sin racionalidad, con desidia y favorenciendo a sus familiares. A la mañana siguiente de conocerse la decisión, el fiscal destituido había decidido presentarse en su despacho de los tribunales, impartiendo directivas a los empleados como si se encontrara en ejercicio de sus funciones. Según declaraciones efectuadas por acercados al fiscal, el mismo, argumentó su postura al considerar que la decisión del Jury de Enjuiciamiento no estaba firme, debido a que había anticipado su decisión de apelar ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación dicha decisión. La incertidumbre provocada por la actitud del fiscal destituido, se prolongó hasta la hora 14, momento en el cual se desarrollo un operativo policial, donde le jefe de la Departamental General Roca de  Policía, le entregó al atrincherado una exhortación del fiscal de la ciudad de Río Cuarto, Julio Rivero, quien se encuentra a cargo de esa fiscalía de manera interina, con el fin de que deponga su actitud. Luego de ello, Roco Colazo decidió abandonar su postura, dirigiéndose a su domicilio, luego de conocer que el fiscal Rivero había impartido instrucciones de desalojar por la fuerza la oficina del atrincherado en caso de ser necesario.