Hace unos meses el MINVU publicó el Decreto 58 que modificó la OGUC permitiendo la construcción de los denominados “techos verdes” en nuestras ciudades. Esta modificación faculta el uso del 75% de la superficie de las azoteas de edificios para destinarla a terrazas, piscinas, vegetación, jardineras, e incluso paneles solares. Además, la modificación aumentó del 20% al 25% la superficie en las azoteas para colocar salas de máquinas, salidas de cajas de escaleras, chimeneas, y estanques.
Es una noticia muy positiva en materia urbana el hecho de ampliar y facilitar el uso de la quinta fachada de edificios. Es que el cambio es significativo. Del 20% de superficie utilizable en nuestras azoteas, cuyo fin era prácticamente la instalación de equipos, pasamos a un 100% de superficie a ser utilizada no solo por sistemas y equipos comunes propios de los edificios, sino también por jardines, quinchos, y en general por nuevos espacios comunes para el disfrute de los residentes de condominios en altura. De paso se regulariza un asunto que generaba problemas y abusos por parte de propietarios de departamentos que usaban azoteas sin las correspondientes autorizaciones.
Esta modificación debiera ser tomada por desarrolladores inmobiliarios y residentes de condominios como una oportunidad para crear mayores espacios verdes en nuestras ciudades. La evidente escasez de áreas verdes en nuestras ciudades es un problema respecto del cual los nuevos proyectos tienen algo que aportar, especialmente dado la tendencia a la densificación. Nuevos proyectos inmobiliarios que contemplen elementos constructivos suficientes para instalar techos verdes solucionaría esta problemática al menos en parte.
¿Qué ocurre con los techos verdes en proyectos inmobiliarios ya desarrollados? Dado que originalmente estos proyectos no cuentan con permiso ni recepción municipal que contemplen obras necesarias para su instalación, y en algunos casos tampoco con elementos constructivos aptos para ello, la tarea se hace un poco más compleja. Será necesario convencer a los propietarios de estos condominios que una inversión en techos verdes debiera mejorar la calidad de vida de los residentes, lo que seguramente sería traspasado al valor de las unidades que cuenten con ellos en un futuro.
Por Tomás Rosemary
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