Planes de Ahorro Automotor, una oportunidad de mejora
Por Julián Burgo(*)

La devaluación del peso

 

Todas mis observaciones son de carácter personal.

 

Siempre digo que, en las peores circunstancias, cuando parece que no se puede estar peor, cuando los problemas agobian, hay que abrir la cabeza y ver a través de otros cristales para ver la ventana de oportunidad, esa que nos permitirá salir de esa circunstancia y en lo posible, no volver a repetirla.

 

A mediados de mayo del año pasado comenzó una escalada en el valor del tipo de cambio del peso frente al dólar estadounidense sin escalas intermedias, que provocó que entre enero y diciembre de 2018, el valor fuera de los $ 18 a picos de $ 42 (septiembre 2018) provocando en una devaluación anual del peso de alrededor del 140 %. Devaluación que se acentuó de manera exacerbada luego de la votación PASO de este 2019, saltando entonces de aproximadamente $ 46 a $ 60 el tipo de cambio del peso frente al dólar estadounidense.

 

Entre las múltiples consecuencias que tal demoledora devaluación tuvo, fue el aumento del precio de los vehículos (todos, tanto nacionales como importados). Recordemos que la mayoría de los vehículos que se venden en la Argentina son de origen importado ergo, al devaluarse la moneda corriente peso los bienes que son importados en dólares aumentan irremediablemente.

 

Por caso, un vehículo cuyo costo FOB o CIF en enero de 2018 era de $ 200.000.-, en Septiembre del mismo año era de $450.000.-     .

 

Aun así, estas devaluaciones no son trasladadas por las Terminales automotrices en su totalidad a los precios finales, ya que existe la posibilidad de absorber algunos costos en las cadenas intermedias, también en función de algunos costos internos.

 

Obra además como elemento disuasorio para el traslado pleno de la devaluación al precio de los vehículos, el fenómeno consecuente de la reducción del mercado a raíz del alza de precios, que hace imposible el traslado absoluto bajo pena de seguir perdiendo aún más mercado. En esos momentos de incertidumbre el mercado tiende a contraerse y, si se trasladasen los aumentos en su totalidad, las ventas se desplomarían totalmente.

 

Todo esto además en pleno período eleccionario.

 

La devaluación y los Planes de Ahorro

 

1) El valor de los vehículos según el valor móvil.

 

El derecho como Ciencia Social está irremediablemente entrelazado con las políticas económicas y sus correspondientes consecuencias en la economía real.

 

Para comenzar, y dar una breve mirada al sistema, podemos decir que los contratos de plan de ahorro de automotores son sistemas solidarios, es decir, son los mismos suscriptores, quienes en grupos de ciento sesenta y ocho personas van comprándose unos a otros dos vehículos (por sorteo o licitación) por mes en el transcurso de  siete años o menos.

 

Los consumidores firman contratos de plan de ahorro cuyas cláusulas fueron aprobadas por la Inspección General de Justicia previa intervención de la Secretaría de Comercio y de la Dirección Nacional de Defensa del Consumidor.

 

El valor de la cuota de los planes de ahorro se fija en función del valor de los vehículos al momento de la compra del mismo, compra que la Administradora hace a la Terminal automotriz.

 

El valor del vehículo técnicamente se llama valor móvil ya que varía justamente en función del valor del vehículo al momento de cada compra.

 

Es decir, por más que hoy un ahorrista reciba por sorteo o licitación un auto cuyo valor actual es cien pesos, si mañana ese auto vale doscientos pesos según la Lista de Precios Vigente, la cuota se fijará en función de doscientos pesos (no de los cien pesos que ese consumidor pagó al momento de retiro del vehículo). La Lista de Precios Vigente es la guía del valor móvil del vehículo sobre la que mes a mes los adjudicados pagan la mensualidad y a su vez compran para el resto de los ahorristas (no adjudicados) los vehículos pendientes de entrega.

 

Todo ello independientemente del valor del vehículo ya entregado en la calle, recordemos que cada compra de un vehículo dentro del grupo es un cero kilómetro que se compra al valor que la Terminal fija en cada oportunidad e informa a la Inspección General de Justicia (autoridad de aplicación y contralor del sistema de planes de ahorro) mediante la Lista de Precios Vigente.

 

2) Las Administradoras, su función

 

Las Administradoras de Planes de Ahorro, sociedades constituidas con objeto único, administran fondos de terceros (como administradores fiduciarios en fideicomisos financieros, por ejemplo), y su función es cobrar y percibir de los ahorristas los fondos necesarios para que todos ellos en algún momento de la vida de su plan de ahorro reciban su vehículo. Como dije, estas Administradoras son supervisadas por la Inspección General de Justicia en base a Resoluciones que se han ido dictando durante los pasados años (la más reciente y abarcativa, la Resolución 8/2015).

 

Mensualmente las Administradoras proveen información múltiple a la I.G.J. sobre los avances de los grupos, deudores de los Grupos, cantidades de pesos que se recaudan, balances de grupos, liquidación de grupos, acciones judiciales de recupero, etc., es decir, se rinde cuenta mensualmente en detalle y de manera minuciosa  siguiendo multitud de reglas sobre el cumplimiento regular y legal de las Administradores sobre los fondos que administra bajo la regla de la prudencia y diligencia del buen hombre de negocios (como si fuera un paralelismo, concepto receptado en el Código Civil y Comercial de la Nación bajo el Contrato de Fideicomiso, art. 1674).

 

Vale aclarar que lo que explico más arriba de manera simple y tratando que sea comprendido por cualquier lector, adquiere múltiples variantes, sofisticación y detalles que hacen del Plan de Ahorro un sistema sumamente complejo de administrar.

 

3) Impacto de la Devaluación en los Planes de Ahorro

 

Dicho lo anterior, habiendo hablado de devaluación y Plan de ahorro, podemos entender entonces cuál es el impacto directo e inmediato de ese fenómeno económico en un sistema que desde su génesis no contempló o no pudo anticipar que algo totalmente irracional y único se volviera en algo habitual y cíclico como parte constante de la vida económica de la Argentina.

 

El aumento del tipo de cambio trasladado al valor de los vehículos tuvo un impacto directo sobre el valor móvil de los vehículos, y en consecuencia sobre el monto de las cuotas de los Planes de Ahorro.

 

Esas cuotas entonces se vieron afectadas por la devaluación antes señalada, aumentando las mismas, si bien no en la misma proporción.

 

Cabe aquí aclarar que las Administradoras no pueden dejar de trasladar esos aumentos, bajo pena de impedir al resto de los ahorristas no adjudicados hacerse de sus vehículos pudiendo provocar la desfinanciación de los respectivos grupos.

 

Este aumento de los valores de las cuotas de los planes de ahorro tuvo gran repercusión y afectó mayormente a los consumidores que no tuvieron un acomodamiento de sus ingresos acorde a esa devaluación o de estratos socio económico más bajos o a la misma velocidad que el traslado de la devaluación a precios.

 

Las administradoras de Planes de Ahorro para automotores se encontraron durante el año 2018 con una situación compleja que surgió a raíz de la devaluación demoledora del peso en ese año.

 

La última vez que ocurrió algo similar se planteó durante los desajustes ocurridos con la salida de la convertibilidad.

 

Transcurrieron 18 años y nada cambió en los planes de ahorro, o por lo menos (así como en muchos otros aspectos de la vida argentina) se sigue sin tomar nota de tales problemas, de sus posibles consecuencias y de los métodos o alternativas que existen para poder contrarrestar o disminuir los efectos de esos embates macroeconómicos que han dejado de ser imprevistos dada su habitualidad.

 

4) La propuesta de solución a futuro

 

Mediante esta resumida nota quiero introducir la posibilidad de encontrar una mejora al sistema de planes de ahorro, que permita a los cientos de miles de suscriptores futuros evitarse los dolores de cabeza y angustias por las que muchos de ellos pueden estar pasando en la actualidad.

 

Al contrario de las terminales automotrices, el sistema financiero tomó nota hace muchos años de cómo se debe hacer para, en momentos de fluctuación, sostener a las entidades financieras y a sus ahorristas frente a determinados eventos que afecten el normal desenvolvimiento del sistema.

 

5) El llamado “seguro de depósito”

 

Así, en muchos países del mundo, dentro del sistema bancario funciona un sistema llamado “seguro o garantía para depósitos”.

 

Básicamente, ese sistema consiste en un fondo fiduciario administrado por terceros ajenos a los bancos que es utilizado en caso de corridas bancarias o ante la misma caída de bancos para atender a los clientes bancarios o a los mismos bancos.

 

Por ejemplo, en Estados Unidos es el Federal Deposits Insurance Corporation (FDIC de 1933, creado luego de la Gran Depresión), en Inglaterra es el Financial Services Compensation Scheme (FSCS), en Francia el Fonds de Garantie des Depots (FGD), en Brasil el Credit Guarantee Fund (FGC) y en Argentina el Fondo de Garantía de los Depósitos (en adelante el FGD).

 

En la Argentina, ese FGD es administrado por una sociedad, SEDESA (Seguro de Garantías de Depósitos S.A., cuyos accionistas son todos los bancos del sistema financiero, incluido el BCRA).

 

6) Un Fondo de Garantía para Ahorros (¿FGA?)

 

Lo que quiero proponer entonces no se trata entonces de algo novedoso, sino de usar experiencias y sistemas ya probados y trasladarlos en la medida de las posibilidades, realizando los ajustes que correspondan, al sistema de Planes de Ahorro para adquisición de automotores.

 

Varios puntos a considerar para comprender a este sistema de garantía:

 

¿Cómo se generan los fondos que administran estos sistemas bancarios de garantías de depósitos?

 

Cada vez que una persona realiza un depósito en el sistema bancario, el 0,015 % del mismo va a parar al Fondo de Garantía de los Depósitos (FGD), un fondo que, como dijimos, es administrado por una sociedad llamada Seguro de Depósitos Sociedad Anómina SEDESA (ver www.sedesa.com.ar).

 

Cuando un banco del sistema bancario cae o necesita ayuda financiera, o sufre un retiro de depósitos que le impide cumplir con la devolución del resto de los mismos a sus ahorristas bancarios, este FGD proporciona los fondos y cubre los depósitos (en Argentina hasta $ 1.000.000 por persona, en Estados Unidos hasta US$ 250.000 y en Europa hasta Euros 100.000) devolviendo a cada ahorrista bancario hasta esa suma.

 

La misma página antes señalada permite ver la multitud de casos atendidos desde su constitución hasta hoy.

 

Es un sistema que funciona, probado, ¿y qué tiene que ver esto con los planes de ahorro?

 

Bien, ¿por qué los ahorristas y adjudicados de los planes de ahorro no podrían tener un sistema similar? Un sistema que les garantice a los suscriptores de planes de ahorro automotor que frente a determinadas situaciones objetivas previstas por la regulación, ese fondo actúe como seguro o garantía de sus ahorros o de sus pagos.

 

Como dije, cada crisis tiene que tener una oportunidad que nos enseñe a no caer en lo mismo en el futuro.

 

Y creo que esta es una oportunidad para mejorar los planes de ahorro, herramienta que sigue siendo fundamental para que millones de argentinos accedan a su primer vehículo, mayormente cuando no existe crédito financiero que suplante ese sistema.

 

7) ¿Cómo funcionaría este sistema de garantía del cliente de plan de ahorro?

 

Similar a como ocurre con los bancos, con las obvias particularidades del sector.

 

En líneas generales, mi propuesta es que sea un sistema de los consumidores y para los consumidores.

 

Que con cada cuota mensual el ahorrista o adjudicado aporte con su pago de cuota mensual un porcentaje ínfimo se derive a un fondo fiduciario.

 

El Fondo de Garantía para Ahorros (FGA).

 

Esa contribución mensual saldrá del cálculo actuarial necesario para poder descubrir cuanto se deberá ahorrar por consumidor y en cuanto tiempo.

 

Ese fondo fiduciario debería ser administrado por (aquí quiero evitar burocracias) un Comité que se constituya ad hoc y de ocurrir alguna de las situaciones previstas de manera objetiva (en la regulación). No creo que el sistema de planes de ahorro a pesar de su tamaño deba tener una sociedad para administrarlo, debemos evitar burocracias y costos mayores.

 

Así, un posible reglamento podría indicar que frente a determinadas situaciones objetivas, se constituya un comité de administración de ese fondo integrado por el Inspector General de Justicia (autoridad regulatoria de las Administradores de Planes de Ahorro), dos representantes de los consumidores (el Director Nacional de Defensa del Consumidor) y el Presidente del COFEDEC (Consejo Federal del Consumo) y un representante de las Administradoras (Presidente de la Cámara de Administradoras de Planes de Ahorro).

 

El fondo podría ser invertido de manera permanente mediante un plazo fijo en un banco del estado (Banco de la Nación Argentina). Repito, el FGA debe ser un fondo de los consumidores para los consumidores.

 

¿Y cuáles serían esas situaciones objetivas frente a las cuales este fondo de contingencia se dispararía?, por ejemplo, sólo a modo de ejercicio.

 

a) Frente a una devaluación en que el valor del peso frente al dólar estadounidense se deprecie en más de un 20 % en un determinado período de tiempo, trimestre por ejemplo.

 

b) Aumento de cuota mayor al 20 % en un determinado período de tiempo.

 

c) Aumento del valor móvil de los vehículos en más a un 20 % en un determinado período de tiempo.

 

Muchos se preguntarán, ¿Por qué tomo un 20 %?

 

Si bien es una propuesta sujeta obviamente a discusión y debate, en los contratos de planes de ahorro ese es el umbral (20 %) a partir del cual las Administradoras tienen la obligación de notificar a los clientes adjudicados de manera fehaciente sobre el cambio de un modelo de ahorro por otro, entre otras cuestiones.

 

Se trata entonces, de lo que aquí se propone, de un fondo anticíclico que pueda responder al ahorrista o adjudicatario, que llamaremos FGA.

 

Entonces, de producirse algunas de las situaciones antes enumeradas, se reuniría tal comité y podrían proponer y disponer de ese fondo para distribuir a prorrata de los suscriptores en base a determinados valores y circunstancias, aminorando entonces los impactos que los mismos reciban, reduciendo incertidumbres y brindando certeza y estabilidad al sistema y a la economía personal de las familias argentinas.

 

8) Creo que vale la pena aquí explicar algo adicional

 

Cuando ocurren los fenómenos económicos antes descriptos, las Administradores no son ajenas ni dejan de brindar soluciones, que en la mayoría de los casos son alicientes menores dada su escaso patrimonio.

 

Una de las maneras mediante las cuales las Administradoras de Planes de Ahorro tratan de brindar soluciones a los consumidores es dando lo que se llama diferimientos.

 

Estos diferimientos tienen como objetivo bajar el valor de las cuotas de los planes primariamente, sea mediante fondos propios de las Administradoras (es decir las Terminales que venden los vehículos terminan financiando estos “diferimientos”) o mediante los fondos de los mismos suscriptores, para lo cual necesitan autorización de las Inspección General de Justicia.

 

Es decir, se habla de “diferimientos” cuando el suscriptor debe pagar pesos 100 ya los efectos de brindar una ayuda, la Administradora ofrece pagar una cuota menor, pesos 80 por ejemplo, quedando entonces un saldo impago de pesos 20 que se difiere en su cobro y recupera en las próximas cuotas. Aquí el suscriptor solo dejó de pagar por un tiempo una parte de su cuota, que deberá pagar en algún otro momento.

 

Ese FGA podrá financiar esos diferimientos, o simplemente cancelarlos para no acrecentar de manera innecesaria la cuota prorrateada.

 

Ese diferimiento es posible gracias a los fondos de otros suscriptores con permiso de la I.G.J. o aún sin permiso de la I.G.J. cuando se usan fondos propios de las Administradoras, generalmente financiados por las terminales automotrices como dijimos.

 

Este fondo debería entonces, entre otras cosas, venir a cubrir ese diferimiento de manera de poder fijar cuotas a valores menores y que las diferencias no deban ser asumidas por los consumidores más adelante sino que, de manera extraordinaria queden cubiertas por los ahorros que los mismos suscriptores ingresaron en el FGA.

 

Recordemos que los consumidores de Planes de Ahorro automotor se dividen en dos grandes categorías, los ahorristas (todos aquellos que pagan mensualmente la cuota y que aún no han recibido su vehículo) y los adjudicados, todos aquellos que continúan pagando sus cuotas o que han finalizado e integrado el 100 % del valor del vehículo y que han recibido el mismo.

 

Conclusión

 

Entiendo que cuando se producen los fenómenos cambiarios económicos antes detallados, los más perjudicados son los “adjudicados”, es decir, todos aquellos consumidores que poseen el vehículo y que no pueden dejar de pagar bajo apercibimiento de ejecutarse la prenda sobre el mismo.

 

Los “ahorristas” (todos aquellos que pagan pero que no tienen el vehículo) podrían dejar de pagar en todo caso de verse apremiada su situación, no perderán su dinero, pero si deberá esperar al fin del grupo cuando mediante su liquidación se le devuelva su ahorro actualizado.

 

Con lo anterior quiero esbozar un sistema justo que atienda episodios puntuales y que brinde estabilidad y certeza a un sistema que durante los últimos 20 años entregó más de 4 millones de vehículos.

 

Evidentemente es un sistema que funciona, con muchas cosas a mejorar, que ha ayudado al argentino promedio a acceder a su primer vehículo durante décadas y que genera, entre otras cosas, empleo en las Administradoras, Concesionarias, Agentes de Planes, Aseguradoras, Fábricas de Vehículos, entre otros, sin contar con el impacto económico además en pago de impuestos, etc.

 

Estoy seguro me olvido multitud de detalles y variables, pero creo que es un esbozo y acercamiento plausible para atender situaciones específicas en pos de continuar con el crecimiento de la economía argentina.

 

Humildemente propongo discutir esta idea con el mayor federalismo posible y considerarla como una alternativa realmente superadora a mediano y largo plazo para la mejora del instrumento Plan de Ahorro.

 

 

Citas

(*) Abogado, con estudios de Posgrado en el ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires), MIT (Massachusetts Institute of Tecnology), Maestrando en Finanzas en la UCEMA, actualmente dirige la gestión legal del Grupo FCA Fiat Chrysler Automobiles en la Argentina.

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