España
¿Un estudio jurídico global en pantuflas? Sí, pero solo si hacés esto antes.

Gracias a Internet, podés liderar un estudio desde el cuarto de invitados y asesorar a clientes en Londres, Bogotá o Zaragoza… sin moverte del escritorio.

Pero no es magia.

Para que eso funcione, no alcanza con tener buen Wi-Fi, Zoom y diplomas enmarcados.

Tenés que ser excepcional en lo que hacés.
No “bueno”. No “eficiente”. Excepcional.
Porque los clientes están a un clic de alguien mejor.

Y para eso, necesitás algo más que títulos: necesitás un equipo que esté a la altura.
Y ahí es donde muchos estudios se desinflan.

Tus clientes nunca serán más felices que tus abogados.

La energía no se finge. Se transmite.
Si tu equipo está agotado, frustrado o atado a procesos absurdos, se nota. Y lo paga el cliente.

En cambio, cuando alguien se siente valorado, escuchado y libre para aportar… rinde más, responde mejor y aporta ideas.

Y ahí es cuando un escritorio en casa se convierte, de verdad, en una central operativa legal sin fronteras.

¿Tu equipo está tan comprometido como tus clientes están satisfechos? Porque una cosa depende de la otra.

5 formas reales de cuidar a tu equipo (y no incluyen ni ping pong ni desayuno saludable)

Reconocé el esfuerzo cuando nadie aplaude. Esperar al resultado es llegar tarde.

Compartí lo que sabés sin miedo a que te pasen por encima. Liderar no es acumular poder, es multiplicarlo.

Predicá con el ejemplo o soltá la silla. La coherencia no se delega.

Poné el objetivo y soltá el control. Ellos saben mejor que vos cómo llegar.

Preguntá antes de decidir. Escuchar no es ceder: es inteligencia práctica.

¿Tenés un consejo que haya funcionado en tu estudio? Dejalo en los comentarios.
Compartamos lo que sirve y dejemos de quemar talento como si fuera parte del contrato.

 

 

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