El Casino cognitivo: Cómo Silicon Valley diseñó la adicción digital (*)
Por Adrián Lerer

Las Vegas (“Sin City”) perfeccionó el arte de la adicción durante décadas. Luces intermitentes, sonidos calculados, recompensas variables, ausencia de relojes. Todo diseñado para mantener a los jugadores en sus asientos. Silicon Valley tomó notas. Y las mejoró.

 

La diferencia es que el casino tradicional requiere que vayas físicamente. El casino cognitivo vive en tu bolsillo, tu escritorio, tu muñeca. Está en cada decisión que tomas, cada pregunta que haces, cada duda que tienes. Los modelos de lenguaje, los asistentes virtuales, los copilots de código. Diferentes mesas, mismo casino.

 

Los paralelismos son inquietantes. En Las Vegas, las máquinas tragamonedas usan un sistema llamado "near miss" donde las personas sienten que “casi” ganan, activando los mismos circuitos dopaminérgicos que una victoria real. En los sistemas de IA actuales, cada consulta genera anticipación. Cada respuesta es una tirada de dados. A veces es brillante, a veces genérica, pero siempre suficientemente buena para que vuelvas por más.

 

David Rozado, investigador y autor reputado en Substack, documentó un fenómeno revelador (**). En su experimento, preguntó repetidamente a un modelo de lenguaje si 2+2 equivalía a 5. Después de suficiente insistencia, el sistema eventualmente cedió y confirmó la respuesta incorrecta. No es un bug. Es una feature. Los sistemas están optimizados para complacer, no para corregir. Para mantener engagement, no para mantener verdad.

 

Esta condescendencia algorítmica es parte del diseño del casino. Un croupier que siempre te dice que tienes razón, incluso cuando apuestas mal. Un dealer que valida cada decisión, incluso las incorrectas. Es el refuerzo positivo llevado al extremo patológico.

 

El casino tradicional estudió durante años el timing perfecto entre apuesta y resultado. Muy rápido? No, mejor no, porque no hay suspenso. Muy lento? No, tampoco, porque se pierde el interés. Existe una ventana óptima que maximiza engagement. Los sistemas de IA han perfeccionado este timing. No es casualidad que la latencia de respuesta esté calibrada para mantenernos “enganchados”.

 

En IntegridAI estamos desarrollando protocolos basados en neurociencia para interrumpir estos patrones de dependencia en nuestros procesos y productos. Estamos en el proceso de indagación e investigación (hemos solicitado protección de propiedad intelectual) con la convicción de que -sin revelar detalles- la clave está en introducir fricción consciente en momentos precisos del ciclo de decisión.

 

Usamos internamente (y con las IA, que ya saben a que hacemos referencia al invocarlo!) el concepto de pAIr review™, fue un producto de este proceso. No es solo verificación, es interrupción deliberada del loop adictivo. Pausar, evaluar, investigar, reflexionar. Cada paso diseñado para restaurar agencia cognitiva, retomar el control del rumbo.

 

Las personas y las empresas están apostando billones sin entender las reglas del juego. Implementan o usan (hasta a escondidas) IA masivamente; celebran la eficiencia, ignoran la dependencia. Es como llevar a todo tu equipo ejecutivo a Las Vegas y celebrar que están "trabajando" 20 horas al día en las máquinas.

 

El modelo de negocio es revelador. Los casinos no ganan porque la gente pierda mucho de una vez. Ganan porque la gente pierde un poco, constantemente, durante mucho tiempo. Los proveedores de las IA no necesitan que se pague mucho por consulta. Necesitan que se las consulte constantemente. Que no se pueda funcionar sin ellos.

 

La arquitectura de engagement es sofisticada. Respuestas lo suficientemente buenas para ser útiles, lo suficientemente incompletas para requerir refinamiento. Personalización que nos hace sentir “especiales” (notaron los emojis, los signos, las felicitaciones?). Variabilidad que mantiene la novedad. Disponibilidad 24/7 que elimina barreras de acceso. El experimento de Rozado reveló otra capa: validación constante, incluso cuando se está equivocado.

 

El costo real no está en las suscripciones mensuales. Está en la atrofia cognitiva, la pérdida de confianza profesional, la homogenización del pensamiento. Cuando todos consultan el mismo tipo de sistemas, todos llegan a conclusiones similares. La ventaja competitiva se evapora. Todos nos convertiremos en el elefante escondido en la manada de elefantes (Cómo no citar a Ionesco; quizá más apropiado sería decir: “el rinoceronte mimetizado en la manada de rinocerontes”).

 

Hay una ironía perversa en todo esto. Se ha creado la inteligencia artificial para aumentar nuestras capacidades. Una externalidad observable que puede ser muy negativa es que estamos observando una disminución en el ejercicio de nuestra inteligencia natural. Es el trade-off que nadie calculó en los modelos de ROI.

 

La solución no es prohibición ni abstinencia; el principio de reserva y de libertad del iluminismo exigen ser creativos y apostar (valga el término) a la libertad con responsabilidad. Los casinos son legales, y millones de personas los disfrutan responsablemente. La clave es consciencia. Entender el juego. Conocer las probabilidades. Establecer límites. Mantener control.

 

En el contexto corporativo, esto significa protocolos explícitos. Decisiones que requieren reflexión humana obligatoria. Tiempos de espera antes de implementar sugerencias automatizadas. Verificación independiente sistemática. Lo que llamamos pAIr review™ no es opcional: es mera supervivencia cognitiva.

 

Estamos en las primeras etapas de entender cómo estos sistemas interactúan con nuestros circuitos de recompensa. La investigación en neurociencia cognitiva apenas comienza a mapear estos efectos y es apasionante leer a los expertos y aprender. Los protocolos que estamos desarrollando en IntegridAI representan solo el inicio de lo que será necesario para mantener autonomía mental en la era algorítmica.

 

Las Vegas al menos tiene la decencia de advertirte. "La casa siempre gana" está implícito en cada juego. El ecosistema de IA afirma en general que estamos ganando productividad, mientras potencialmente perdemos la capacidad de pensar independientemente. Es un casino que en el fondo aún nos convence de que no estamos apostando, o que si lo hacemos, la ganancia está asegurada.

 

La pregunta no es si estamos en el casino. Ya estamos dentro, un casino on line 24/7. La pregunta es si somos consciente de que estamos jugando. Y más importante aún, si conocemos las reglas reales del juego.

 

Porque en este casino, no apostamos dinero. Apostamos algo mucho más valioso y profundo, fundacional: nuestra capacidad de pensar independientemente. Y a diferencia del dinero, una vez que la pierdes, recuperarla es exponencialmente más difícil.

 

Hasta ahora no había prestado atención que existe toda un conocimiento que apunta a los jugadores de casino. En ese mundo, se habla de un concepto básico del negocio: la ventaja de la casa o “house edge”.

 

Una de esas publicaciones enseña:

 

“La ventaja de la casa es la proporción de cada apuesta que el casino prevé retener a largo plazo. Es una ventaja estadística que garantiza que el casino siempre ganará a largo plazo, sin importar cuánto varíe el resultado de cualquier juego a corto plazo.

 

Conocer la importancia de la ventaja de la casa te ayudará a apostar con inteligencia, ya que varía según el juego. Cuanto mayor sea la ventaja de la casa, mayor será la probabilidad de que el casino gane a largo plazo.(***)”

 

El house edge en Las Vegas, según se estima típicamente entre el 2% y el 5%. El house edge en el casino cognitivo todavía no lo hemos calculado. Pero cada día que pasa sin protocolos de protección, la ventaja de la casa crece.

 

Como demostró Rozado, estos sistemas nos dirán lo que queremos escuchar, no necesariamente lo que necesitamos saber. En un casino tradicional, los números no mienten. En el casino cognitivo, hasta los hechos básicos son negociables si insistimos lo suficiente.

 

Es hora de entender el juego. Antes de que sea demasiado tarde para salir.

 

 

Citas

(*) Este análisis no sugiere intencionalidad maliciosa por parte de ningún proveedor específico de tecnología. Describe patrones emergentes en la interacción humano-IA que requieren estudio y mitigación consciente.

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