Durante años, los rankings internacionales han generado una mezcla de fascinación, desconfianza y escepticismo en el sector legal. “Son pagos”, “no reflejan la realidad del mercado”, “no son objetivos”, “yo no tengo tiempo para eso”. Todas frases que escuché -y que, confieso, alguna vez también pronuncié- hasta que conocí su funcionamiento desde adentro.
Tuve el privilegio de trabajar como Deputy Editor en Chambers and Partners, el directorio legal más influyente del mundo. Ahí aprendí algo fundamental: los rankings no son perfectos, pero sí son poderosos. Y para muchos estudios jurídicos en Latinoamérica (Argentina incluida), son una herramienta estratégica aún subutilizada.
¿Por qué importan los rankings?
Porque son mucho más que una medalla simbólica. Para una parte relevante del mercado, especialmente el cliente internacional, los rankings son un primer filtro para buscar abogados o estudios. Lo usan como punto de partida, no como única verdad, pero quien no aparece ni siquiera entra en consideración.
En economías como la argentina, complejas, volátiles, pero con una fuerte presencia de firmas sofisticadas y talento jurídico de altísimo nivel, posicionarse en Chambers no es solo un tema de ego. Es una cuestión de negocio.
Un buen posicionamiento en un ranking como Chambers (u otros directorios relevantes) puede abrir la puerta a nuevos clientes y referrals, aumentar la visibilidad regional e internacional, atraer talento que quiere pertenecer a firmas reconocidas y consolidar la reputación ante el mercado, inversores y otros stakeholders.
¿Cómo funciona realmente?
Hay mucho mito en torno al proceso de los rankings. Lo cierto es que Chambers no cobra por incluir en su ranking a un estudio. El proceso es gratuito y confidencial. Sí existen productos pagos, pero no influyen en la evaluación.
Lo que sí influye (y mucho) es la calidad de la información que presentás. Desde mi experiencia, tanto dentro como fuera de Chambers, lo que hace la diferencia es:
- Estrategia: No se trata de postular a todo, sino de identificar dónde realmente tenés tracción, expertise y casos fuertes.
- Contenido: Las submissions deben hablar el idioma del cliente, no solo de abogados para abogados. Hay que mostrar el valor, no solo el tecnicismo.
- Referencias: Una buena gestión de referees es clave. No alcanza con enviar la lista; hay que acompañar al cliente, explicarle y motivarlo a responder.
- Seguimiento: Saber leer los rankings, pedir feedback, corregir el rumbo y prepararse para el siguiente ciclo es parte de un trabajo continuo.
Argentina: mucho talento, poca estrategia de visibilización
Lo digo con admiración y algo de preocupación: Argentina tiene algunas de las mejores mentes jurídicas de la región, pero muchas veces no logra proyectarlas estratégicamente.
Los rankings no sustituyen el trabajo bien hecho, pero sí pueden visibilizarlo. En mercados como México, Perú, Colombia o Chile, las firmas vienen profesionalizando su enfoque estratégico de marketing, reputación y desarrollo de negocio con mayor decisión. La competencia no espera.
En cambio, en muchas firmas argentinas, salvo honrosas excepciones, estas áreas siguen dependiendo de uno o dos socios que “se encargan de eso cuando tienen tiempo”. En la práctica, eso significa que nadie lo hace con foco, método ni visión a largo plazo.
El momento es ahora
El nuevo ciclo de investigación de Chambers para Latinoamérica ya está en marcha. Es una gran oportunidad para que más firmas argentinas se posicionen con fuerza. Pero para eso se necesita algo más que voluntad: hace falta método, recursos y claridad estratégica.
Por eso, lo que recomiendo a cualquier firma, ya sea grande o boutique, es que comience a pensar en su posicionamiento con la misma rigurosidad con la que piensa en un nuevo caso complejo:
- ¿En qué áreas tenemos realmente una ventaja competitiva?
- ¿Cómo contamos nuestros logros de manera relevante para Chambers (y para el mercado)?
- ¿Quién lidera esta estrategia y le dedica tiempo y seguimiento?
El marketing legal no es maquillaje. Es parte de la gestión profesional de un estudio jurídico moderno. Y los rankings, si se gestionan bien, son solo una de las muchas herramientas que permiten construir una firma con visión de futuro.
Conclusión: el ranking no hace al abogado, pero puede potenciarlo
Los rankings no son infalibles. No reemplazan la recomendación directa, el trabajo bien hecho ni el prestigio ganado a pulso. Pero son una vitrina que muchos clientes sí miran.
Y en un entorno donde la competencia es cada vez más global y el talento cada vez más exigente, no posicionarse es una decisión tan estratégica como hacerlo.
Así que no, no es cierto que los rankings de abogados no sirvan para nada…
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