Por Ana Belvedere
Dividido en cruz, compuesto por cuatro cuarteles o cantones y un quinto cantón superpuesto sobre su corazón obedeciendo a la idea de establecer los cuatro periodos básicos que configuran la historia de nuestra patria y destacar, en el quinto el motivo central del propósito, se representa el escudo que refleja, la historia, principios y motivos de nuestra Aduana Argentina.
El primer cantón que podemos observar muestra una carabela colombina surcando las aguas del Plata a velas desplegadas, representando la primera de las épocas: la de la Conquista y Fundación.
El segundo señala al Cabildo, monumento cumbre de nuestra nacionalidad y del que surge nuestra Patria como país libre y soberano, interpretándose así el fin de la época colonial y dependiente, y la tenaz e inquebrantable voluntad de independencia.
Debajo del primero, la Constitución de 1853, Primera Carta Magna, Ley Fundamental de nuestra organización como Estado, irradiando brillante e imperecedera luz sobre las vías férreas tendidas a lo largo y ancho del país como símbolo de progreso, y a la vencida y claudicante carreta, imagen de un pasado fragoroso que cede a un venturoso porvenir.
Y el cuarto muestra una rueda mitad dentada y mitad ornada con espigas de trigo, representación de la industria y divisa de comercio, significándose así el fin de la época de tiranías y caudillajes, de disensiones y discordias y abriendo, simultáneamente, las puertas al período de la ya definitiva Organización Nacional, acrecentada y fortalecida por el trabajo noble y fecundo de todos los argentinos.
En el medio, superpuesto destaca a la Aduana, núcleo central del motivo sobre la que convergen las cuatro épocas precitadas y al pie coincidiendo su centro en la punta del escudo la leyenda en latín clásico: NATIONALEM CÖEGIT INSTITUTIONEM AC ROBORAVIT que, traducida, significa: CONSOLIDO LA ORGANIZACIÓN NACIONAL, coronado todo por la efigie de la República, símbolo supremo, excelso de nuestra Patria Argentina".
SU ORIGEN
Siendo la Aduana Argentina la institución más antigua, encuentra sus orígenes en los tiempos de la conquista y colonización y los primeros derechos aduaneros fueron establecidos en la Capitulación " celebrada entre Carlos V y Don Pedro de
Mendoza para la conquista del Río de la Plata. Por Real Cédula del 19 de julio de 1534. Don Pedro de Mendoza, quien llego a nuestras costas con sus naves en 1536 y fundó la población que denominó "Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Aire", a la entrada del puerto y brazo norte del Riachuelo. Mendoza había llegado investido con el título de Adelantado, Gobernador, Capitán General de las Provincias del Río de la Plata y Alguacil Mayor, fue así la primera autoridad que ejerció funciones aduaneras y policiales en el puerto y en la ciudad de Buenos Aires. La puesta en funcionamiento de la Aduana del Rio de la Plata fue durante la segunda fundación de Buenos Aires, en 1580 por Don Juan de Garay con el nombre de "Ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires". Es este último quien nombra a Diego de Olabarrieta Receptor de Rentas Aduaneras de la Ciudad de Buenos Aires, en la ya Aduana, llamada “ADUANA Y REGISTRO”.
LA PRIMERA IMPORTACION
Arribadas en la carabela Nuestra Señora del Rosario el 1ero de Junio de 1586 a cargo del capitán Alonso de Vera y Aragón, las mercaderías procedentes de las costas del Brasil, constituyen el primer registro oficial que se conserva de una operación de importación.
LA PRIMERA EXPORTACION
Artículos Textiles, oriundos de la región, como frazadas, sombreros, cubrecamas y algunos otros artículos, zarpaban en la carabela San Antonio el 2 de septiembre de 1587 con destino a los puertos de Brasil.
DESDE EL VIRREYNATO A LA REVOLUCION DE MAYO Y LA ACTUALIDAD.
Durante la existencia del Virreinato del Rio de la Plata, el desarrollo de la actividad aduanera estuvo ligada al lento crecimiento de la población de la región del Plata, donde había poca actividad comercial y sobre todo reducida en recaudación, sumado a ello el monopolio comercial impuesto en el siglo XVI, afectando al Rio de la Plata. Esta situación comenzaría a cambia cuando el rey Carlos III de España, por Real Cédula del 1ero de agosto de 1776, decidió crear el Virreinato del Río de la Plata con capital en Buenos Aires.
El primer virrey en el Río de la Plata fue Pedro de Cevallos, un experimentado jefe militar español que había sido gobernador de Buenos Aires.
Pedro de Cevallos, el 6 de octubre de 1777 daba comienzo al gran cambio, y autorizaba a que Buenos Aires comercializara libremente sus productos con los Virreinatos del Perú, Nueva España, Nueva Granada y Guatemala. La medida fue confirmada y ampliada por la Real Cédula del 2 de febrero de 1778, por la cual Buenos Aires se incorporó al libre comercio con España y comenzó así su reactivación comercial. Abierto entonces el puerto de Buenos Aires al comercio directo y libre con numerosos puertos de la Península, siendo necesario organizar la aduana, que se encargará de la precepción de las rentas.
Así nacía de la mano del Rey Carlos III a la ADUANA DE BUENOS AIRES, creada por Real Cédula del 25 de junio de 1778 y se designaba como primer administrador de Aduana y Ramo de Alcabala a don Francisco Ximénez de Mesa. Constituía la Aduana no solo un ente recaudador sino también cumplía funciones consultivas, sumado a ello, la lucha contra el contrabando e intensificar el control del comercio portuario. Y si en la policía Aduanera pensamos, esta tuvo su origen en el cuerpo militar denominado Blandengues de la Frontera y más adelante Regimiento de Caballería de la Patria, quien mantiene la vigilancia de las costas, mares y fronteras terrestres. Su funcionamiento fue reglamentado el 10 de marzo de 1896 por decreto del Presidente José Evaristo Uriburu.
Hacia 1810…la libertad comercial establecida mediante un Reglamento marcó el fin del vínculo colonial con España. La Aduana pasó a ser la responsable del sostenimiento económico del nuevo gobierno, y la responsable de la administración de esas rentas.
Los primeros gobiernos patrios, tuvieron la responsabilidad de mejorar los servicios de la aduana, combatir el contrabando, aumentar la recaudación, no solo nacional sino también provincial, de las aduanas interiores.
Números fueron los intentos, desde 1826, por unificar las Aduanas, pero fracasaron.
Luego de la caída de Rosas, en el Acuerdo de San Nicolás, se determinó que los impuestos en las importaciones y exportaciones tendrán carácter nacional, y las mercaderías de origen extranjero, una vez nacionalizadas, podrán circular libremente de una provincia a otra.
En la historia contemporánea de la Aduana Argentina Don Cristóbal Aguirre, fue el primer funcionario que recorrió todos los grados del escalafón aduanero, desde 1844 a 1872 hasta llegar a ser el Director, fue el autor de las Ordenanzas de Aduana, aprobada por Ley de la Nación número 810, el 5 de octubre de 1876 y que estuvieron vigentes hasta el actual Código Aduanero en 1981, se lo considera el creador de la Aduana moderna, posteriormente fue Ministro de Hacienda en las presidencias de Mitre y Sarmiento, falleció en la Ciudad de Buenos Aires a los 72 años, el 21 de junio de 1892.
En la actualidad…. La Dirección General de Aduanas es la autoridad competente en la aplicación de la legislación que regula el despacho aduanero, así como los sistemas, métodos y procedimientos a que deben sujetarse las aduanas. Entre otras cosas, la Aduana debe, intervenir en el estudio y formulación de los proyectos de aranceles, cuotas compensatorias y demás medidas de regulación y restricción del comercio exterior; dar cumplimiento a los acuerdos y convenios que se celebren en materia aduanera; realizar el seguimiento y control de la operatoria de comercio exterior de los distintos operadores que actúan en todo el país a través de las distintas Aduanas; controlar que el ingreso y egreso de mercaderías, pasajeros y medios de transporte se realice de acuerdo a lo establecido en el Código Aduanero y el MERCOSUR; procurar el cumplimiento de los derechos aduaneros y ejercer los mecanismos de control que prevean y eviten la comisión de delitos como el contrabando, tráfico de armas y de narcóticos. Todo ello necesario para la disminución de la comisión de delitos y el cumplimiento voluntario de las obligaciones aduaneras por parte de los operadores y usuarios; modernizar el sistema aduanero; combatir el contrabando; transparentar la imagen del servicio aduanero, como lo expresa el mismo organismo.
Hoy por hoy estas metas son posibles mediante un proceso de informatización a través del cual busca incrementar el cumplimiento voluntario de las obligaciones aduaneras con el fin de facilitar a sus usuarios los distintos trámites que se realizan en todo el país. La informatización permite maximizar el seguimiento y control de las diferentes operatorias, tanto se trate de lo físico como de lo documental.
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