En el marco de un divorcio, un cirujano norteamericano le reclamó a su esposa que le devuelva el riñón que le donó ocho años atrás, luego de que el médico acusase a la mujer de haberlo engañado con el kinesiólogo  que la atendió a ella cuando se lastimó la rodilla. Ante el juez y en un estado de despecho amoroso, Richard Joseph Batista Junior, le reclamó a su esposa la devolución del órgano trasplantado o un millón de dólares a cambio, considerando que la misma era  una desagradecida al haberlo engañado luego de que él le salvase la vida. A su vez, el cirujano alegó que su esposa había dejado a la vista ropa sucia del kinesiólogo con el fin de que este tomara conocimiento del engaño concretado. Ante el reclamo tramitado en el Tribunal Supremo del Poblado de Mineola, la comunidad médica manifestó su desacuerdo, ya que la donación de un órgano es un acto gratuito que no puede ser valuado económicamente, agregando que por cuestiones éticas no se puede solicitar dinero por un órgano, a la vez que afirmaron que ninguna persona puede ser sometida a una operación contra su voluntad. Por su parte, la letrada que representa al cirujano, expresó que el comportamiento del mismo se debe en gran medida a las dificultades que interpuso su mujer para que no pudiera ver a sus hijos, destacando que no se puede reclamar un órgano, sino que lo que buscan es una compensación económica por el equivalente del mismo.