La actora se desempeñaba como gerente de marca de Argentina, Uruguay y Paraguay para Kimberly Clarc, empresa multinacional dedicada a la fabricación de productos para la higiene.
Luego de diez años de relación laboral, la dependiente quedó embarazada y, según explicaron los médicos, a los siete meses de gestación se detectó un déficit de crecimiento del bebé producto del estrés.
Cuando regresó a la empresa para desempeñarse en su puesto, se encontró con que su escritorio estaba ocupado. La empresa le había asignado un nuevo proyecto, en el que debería reemplazar a una compañera que estaba de licencia en un puesto menor al de ella.
La empleada se sintió discriminada y envió cartas documento para que la reincorporaran. También recurrió a un sistema interno de sumarios. Finalmente, y ante la ausencia de respuesta, se dio por despedida e inició acciones legales.
“Reclamamos todos los rubros indemnizatorios por el despido, la multa adicional del artículo 178 de la ley de contrato de trabajo (indemnización especial por maternidad: un año de remuneraciones), las multas de la ley de empleo (existían rubros del salario que ella cobraba que no estaban debidamente registrados), daño moral (por discriminación) y salarios caídos por las licencias por enfermedad (producidas por el estrés de la situación) que no le reconocieron”, sostuvo Matías PareraGaviña, abogado de la demandante.
Además, remarcó que “Kimberly le imputa a Guillermina que “estaba prefabricando un despido. Cuando en realidad, lo que se pedía era que se le reintegren las tareas que tenía antes y que cesaran las maniobras discriminatorias”. Ahora el expediente se encuentra radicado en el juzgado laboral N° 46 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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