Rodolfo Christophersen trabaja en el área de legales de Mercado Libre hace 9 años. Luego de ocupar distintos roles en la estructura, desde el año pasado lidera el área de Legal Operations dentro del líder regional en e-commerce y fintech. Desde allí, brinda servicios a otras secciones dentro del departamento legal, principalmente buscando oportunidades de mejora y la optimización de procesos a través del uso de la tecnología. De esta manera, genera eficiencias y ahorro de costos pero, sobre todo, permite que cada abogado dedique su tiempo y conocimiento allí donde agrega valor, dejando a la tecnología las tareas más rutinarias.
¿Cómo surgió el área de Legal Operations en Mercado Libre?
El disparador inicial fue explorar la utilidad de la tecnología para optimizar el trabajo del área de Legales de la compañía. Nos focalizamos en apalancar y rediseñar procesos para encontrar soluciones específicas y puntuales, principalmente pero no sólo con la tecnología como recurso. Tenemos ciclos de reuniones con los equipos legales de Mercado Libre con el objetivo de entender cuáles son los problemas y compartirles qué iniciativas estamos llevando adelante. Una vez que encontramos una necesidad, trabajamos hacia una solución. Puede abarcar desde el rediseño de un proceso para eliminar burocracia, la implementación de un nuevo sistema y/o la co-creación y la búsqueda de oportunidades de mejora para los proyectos.
¿Cómo funciona la interacción con las otras áreas legales de Mercado Libre?
Estamos 100% enfocados a ayudar a los equipos de práctica de Legales, para que ellos puedan optimizar el servicio interno que brindan. Se trata de un área que debe gestionar grandes volúmenes de contratos, o reclamos, por poner algunos ejemplos, a escala regional, en su mayoría repetitivos. Los procesos tecnológicos toman ese trabajo para que las personas puedan agregar valor desde su conocimiento y con mentalidad estratégica. La tecnología no viene a reemplazar al ser humano, sino que lo potencia. En términos concretos, puede avanzar con la primera redacción de un contrato o la contestación de una demanda, para que después una persona lo potencie desde su conocimiento. Se trata de poner en práctica el lema “Human + Machine”.
¿Es necesario ser abogado o abogada para participar del equipo de Legal Operations?
Iniciamos nuestras actividades en enero de 2020 y en la actualidad somos seis personas en el área, con una particularidad interesante: los perfiles son multidisciplinarios. No se trata de contar sólo con abogados, sino que nos nutrimos con analistas de datos, ingenieros en sistemas, especialistas en finanzas y licenciados en administración de empresas, entre otras disciplinas. En ese sentido, aún reportando al área de Legales, en la estructura ideal tendríamos que buscar todavía más perfiles con destrezas en IT e incluso de gestión de equipos, para identificar y planificación de proyectos. Por supuesto, tener vinculación con el Derecho siempre será un gran aporte para interpretar mejor las problemáticas.
¿Qué estándares de calidad avalan las prácticas de Legal Operations?
El área de Legal Operations se gestiona a través de modelos madurativos, en base a los marcos de trabajo que establecen entidades de prestigio como ACC (Association of Corporate Counsel) y CLOC (Corporate Legal Operations Consortium). Para darnos una idea, hoy trabajamos en 120 iniciativas que están enmarcadas en competencias como Business Intelligence, Litigation Support Financial Management of Knowledge Management, entre otras. Esto incluye soluciones de automatización de respuestas a través de software, modelos predictivos para evitar litigios, el desarrollo continuo de un chatbot que permita aliviar la carga laboral de los abogados y la optimización de los proceso de gastos legales. Por supuesto, el relevamiento de datos es el elemento clave que cruza a todas las iniciativas, pues puede crecer de manera casi infinita.
La verdad es que la industria jurídica no ha sufrido grandes cambios en los últimos 100 años, por lo que entendemos que estas iniciativas no colisionan con el llamado arte de ejercer el Derecho. Más bien lo contrario: la automatización allana el territorio para que los expertos en leyes puedan aportar su conocimiento único y experto.
Mercado Libre opera en 18 países. ¿Cómo se alinean los procesos con los distintos marcos regulatorios?
Esos distintos marcos regulatorios ya están contemplados al momento de que los procesos de Inteligencia Artificial empiezan a generar los borradores de contratos. En caso de existir modificaciones de códigos, se la hace impactar una sola vez en el sistema, sin la necesidad de corregir cientos de documentos. Por supuesto, en todo momento los abogados del equipo están involucrados en el proceso, para achicar el margen de error al máximo.
¿Con qué indicadores de éxito miden su eficacia?
Nos basamos en tres indicadores principales: los beneficios por performance, tiempo o dinero, en comparación con el año anterior. Si bien la performance puede ser un atributo inicialmente intangible, podemos notar las mejoras cuando medimos los avances en tiempo y dinero. De ese modo, hoy podemos decir que en el año ya llevamos ahorrados el equivalente a 500 días laborales de abogados, en tareas donde muy probablemente el abogado no hubiese agregado valor. Pero, como decíamos, uno de los aspectos más importantes que la automatización de los procesos permite al área de Legales es potenciarse a partir de los datos y aportar su valor agregado en casos que son realmente necesarios.
¿Cuán aceptadas en el mundo están estas prácticas? ¿Existen jueces o entidades regulatorias que rechacen trabajar con materiales generados por computadoras?
Hay distintas realidades. Los tribunales en París, por caso, pusieron frenos a estas herramientas tecnológicas, así como en Estados Unidos se miran cada vez más a los algoritmos para basar las decisiones judiciales. Importante: la computadora no toma la decisión, sino que aporta los datos para que un juez o un regulador las tome. Así como muchas veces los usuarios de Spotify o Netflix eligen sus recomendaciones, los jueces admiten las recomendaciones de la inteligencia artificial, pero pueden perfectamente no hacerlo. En la Argentina, Juan Corvalán es uno de los principales impulsores en implementar sistemas de inteligencia artificial para eficientizar la Justicia, desde su trabajo como Director del Laboratorio de Innovación e Inteligencia Artificial de la Universidad de Buenos Aires. Conozco muchos miembros del Poder Judicial y estudios de abogados que están actualizándose en ese sentido, entonces no debería ser motivo de sorpresa. Solemos vincularnos con los profesionales que piensan de esa manera y entendemos que habrá cada vez más en seguir adaptándose a esta nueva realidad. Las empresas con base tecnológica, como Mercado Libre, son las que están moviendo el paradigma.
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