Nueve de los Principales Despacho Españoles Cambian sus Cúpulas en 2009
Durante este año Garrigues, Landwell-PwC, Baker & McKenzie, Deloitte Abogados, Hammonds, Simmons & Simmons Mochales & Palacios y DLA Piper han cambiado a su socio director, mientras que Clifford Chance y Cuatrecasas, Gonçalves Pereira han renovado su segunda línea de dirección. Puede que se trate simplemente de una casualidad, pero lo cierto es que durante el año 2009 nada menos que nueve de los principales despachos de abogados del derecho de los negocios en España han aprovechado para renovar sus cúpulas. Siete de ellos han optado directamente por sustituir a su máximo ejecutivo al frente de la firma, es decir a su socio director, como es el caso de Garrigues, Landwell-PwC, Baker & McKenzie, Deloitte Abogados, Hammonds, Simmons & Simmons Mochales & Palacios, y a final de este mes DLA Piper, mientras que los otros dos -Clifford Chance y Cuatrecasas, Gonçalves Pereira- han optado por reorganizar su segunda línea de dirección, bien reajustando las áreas con algunas caras nuevas, o suprimiendo puestos, como el de senior partner. La mayoría de los cambios de socios directores han estado motivados por una finalización del mandato ordinario al frente de las firmas. Si bien el número de años que un socio puede estar como máximo al frente del despacho suele estar definido claramente con antelación, no es igual de fácil ni transparente el proceso para la elección de un nuevo socio director que gestione el bufete en comparación, por ejemplo, con Estados Unidos. Generalmente existen dos modelos de elección, que no suelen depender del origen geográfico del despacho sino de la cultura interna de cada firma. Uno es por votación directa de los socios, que es el sistema que siguen por ejemplo Baker o Garrigues, resultando elegido como socio director quien obtiene una mayoría cualificada. El presidente de Bao & Partners Signium International y experto del sector legal, Ignacio Bao, afirma que “las firmas que utilizan este sistema en España suelen buscar un consenso previo a la votación para evitar fragmentar el despacho”. El otro sistema que se utiliza para elegir nuevo socio director es por designación directa de la firma matriz personificada en la figura del presidente global, consejo o socio responsable de la zona geográfica, como ocurre por ejemplo en Hammonds o DLA Piper. Si no hay candidatos internos que reúnan todos los requisitos exigidos se puede acudir a un candidato externo. Sin embargo, pocos bufetes en España optan por elegir a un profesional externo para dirigir la firma, y menos aún que no sea abogado. Lo que sí es cada vez más común es que el socio director delegue las labores más propias de organización a un gerente o director general, en ocasiones no abogado, que se responsabiliza de la gestión administrativa y financiera del despacho, permitiendo al socio director centrarse en la abogacía y el desarrollo de la firma. Abogados y gestores En cuanto a si los socios directores siguen ejerciendo o no la práctica de la abogacía, no hay regla fija, aunque según ha comprobado EXPANSIÓN, la gran mayoría de líderes de los despachos del derecho de los negocios en España sigue en contacto con sus clientes, aunque en menor medida que antes. “Es algo que se debe mantener, aunque sea un contacto mínimo, para en el caso de cesar en el cargo, poder seguir ejerciendo sin dificultad y no perder la conexión con el cliente”, apunta Bao. Pero no es fácil compatibilizar ambos trabajos. Como afirma la experta en gestión de despacho, María Jesús González-Espejo, “algunos abogados no consiguen amar la gestión, porque el Derecho ejerce una fuerza atractiva sobre ellos, y esperan con paciencia finalizar su mandato. Otros, sin embargo, encuentran en la dirección y gestión un campo de aprendizaje que no abandonan ya durante su carrera”. Pero, a la hora de cambiar de socio director, ¿qué perfil debe tener un aspirante? Los expertos del sector y los bufetes que han sufrido cambios este año consultados por este periódico, coinciden en que debe gozar de un reconocimiento y respeto como profesional en el mercado (que ya debe ser una realidad) y tener capacidad de liderazgo (que ya se ha demostrado en otros cargos inferiores como director de área, comité u oficina). Una vez elegido el mejor socio para el puesto, el cambio de cartera no suele ser brusco en los bufetes. Los directores salientes suelen quedarse en la firma bien como socios o como of counsels, lo que facilita una buena transición. Además, la mayoría de los principales bufetes tiene protocolos de actuación cuando se produce un relevo de socio director. El último será a finales de este mes, ya que Juan Picón volverá a dirigir la oficina española de DLA Piper, tras la promoción de Javier López Antón, que pilotará la expansión de la firma en Latinoamérica. Picón compatibilizará su nuevo cargo con sus actuales responsabilidades a nivel global. Nuevas caras en las grandes firmas Tras 9 años en la dirección, Garrigues sustituyó a Miguel Gordillo y José María Alonso por Fernando Vives y Ricardo Gómez-Barreda tras cumplir su mandato ordinario. También Maite Díez, Luis Crespo y Francisco Guijarro dejaron la gestión de Baker, Deloitte y Hammonds, respectivamente, a Luis Briones, Luis F. Guerra y Rafael Alonso, tras superar los años estipulados. Por su parte, Juan Ramón Ramos pasó el testigo a Santiago Barrenechea al frente de Landwell-PwC por motivos personales. Andrés Mochales asumió la dirección de Simmons al culminarse la fusión con su firma local. Juan Picón volverá a dirigir DLA, tras el nuevo cargo de Javier López en Latinoamérica. Renovación en la 2ª línea de Clifford y Cuatrecasas Tras años de una dirección bicéfala, Clifford ha suprimido en 2009 el puesto de senior partner en España, que tenía Jaime de San Román (ahora en Uría), tras haber dejado de ser en 2007 co-socio director junto a Ignacio Ojanguren. La figura del senior partner es un rol de la estructura global de la firma desde 2003, y que algunas oficinas, como la española, adoptaron de forma temporal. Fuentes del bufete explican que ahora "a nivel local se prevé que sólo exista un órgano único directivo: el managing partner”. Por su parte, Cuatrecasas ha tenido un año con muchos cambios. A nivel organizativo, el Consejo de Administración de la firma se renovó a finales de 2008 y pasó de 15 a sólo 8 miembros. Por otro lado, este Consejo decidió que las seis áreas que existían hasta el momento se convirtieran en cuatro y entraran nuevas caras en la dirección de éstas. También se renovaron en 2009 las direcciones de las oficinas de Madrid y Barcelona. Fuente: Expansion.com

 

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