La compañía protagonizó, en mayo de 2012, una de las quiebras más importantes de un estudio de abogados en España. El cierre se llevó a cabo para "preservar los activos y liquidar el negocio de la forma más ordenada y eficiente".

Ahora Stephen Davis, Stephen Dicarmine y Joel Sanders, director, director ejecutivo y jefe de finanzas, respectivamente, fueron acusados de más de sesenta cargos de robo, fraude y falsificación.

Luego de dos años de investigación sobre los supuestos delitos se realizó la acusación, que también involucra a Zachary Warren, jefe de relaciones con los clientes.

Cabe señalar que los directivos ocultaron la situación real de la empresa antes de la bancarrota. El fiscal del distrito, Cyrus Vance, remarcó que los ex funcionarios están acusados de "preparar y supervisar un gran esfuerzo para manipular las cuentas de Dewey & LeBoeuf. Sus malas artes contribuyeron al colapso de una firma de abogados de prestigio internacional, que dejó a miles de personas sin trabajo y a muchos acreedores con millones de dólares sin cobrar".

La firma Dewey & LeBoeuf fue creada en octubre de 2007 y, en el momento de mayor expansión, llegó a tener 1300 socios y empleados en la oficina de Manhattan y otros 3000 alrededor del mundo.