La Justicia también es mujer
Por Jimena de la Torre (*)

Por tercera vez consecutiva y con cierta sensación de déjà vu, el pasado 1° de marzo en el discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso Nacional, presenciamos los intentos de un Presidente dependiente de impulsar iniciativas para intervenir abusivamente sobre la Justicia Independiente. Nuestro jefe de Estado sigue escondiendo sus oscuras intenciones de colonizar la justicia con proyectos de reforma del Poder Judicial y del Ministerio Público Fiscal, escondiendo ambos sendos caballos de troya. Los intentos se vieron frustrados por una oposición activa y la mirada de ciudadanos alertas. En la actualidad, el primero de estos proyectos perdió estado parlamentario, y no se vislumbra que el segundo llegue a buen puerto. Tampoco pudo imponer a Daniel Rafecas como Procurador General ni remover al actual, el Dr. Casal, y fue admirable el respaldo de la sociedad civil en defensa de los Camaristas Bruglia y Bertuzzi que mantienen hasta hoy sus cargos, ya que el kirchnerismo no ha logrado sumar la suficiente cantidad de votos en el Consejo de la Magistratura para aprobar las ternas de candidatos en el plenario.

 

Hoy ese Consejo de la Magistratura debe recuperar su equilibrio gracias al fallo de la Corte Suprema del pasado diciembre: los jueces de la Corte exhortaron al Congreso a que sancione una nueva ley en un plazo razonable para garantizar el equilibrio entre los estamentos que conforman el Consejo de la Magistratura. Y, hasta que ello no suceda, fijó un plazo de 120 días para que sea integrado con los 20 miembros previstos por las leyes 24.937 y 24.939, en donde el Presidente de la Corte Suprema de Justicia debe actuar en simultáneo como Presidente del Consejo.

 

Hubiera sido interesante retratar la reacción de la Vicepresidente al leer la decisión del más Alto Tribunal. Si hasta ahora, la destitución de jueces “incómodos” estaba trabada, con la nueva conformación del Consejo de la Magistratura, sus sueños de dominación sobre la justicia  quedan definitivamente frustrados. La frustración de Cristina Fernandez de Kirchner explica cómo, sin ningún pudor, el kirchnerismo impulsa marchas exigiendo la renuncia de los jueces de la Corte mientras el Presidente insiste en modificar el funcionamiento y la integración de la Corte Suprema de Justicia. No es más que un intento de vengar a su jefa.

 

Hoy tenemos la oportunidad de frenar al kirchnerismo y su autoritarismo hegemónico con una defensa inexpugnable. La oposición debe enfocar sus esfuerzos en el Congreso para lograr sancionar una ley que garantice un Consejo de la Magistratura donde ningún grupo de integrantes  prevalezca sobre otro. Y, en lo inmediato, devolver la proporción de representación femenina profesional que contemplan las leyes vigentes. La imagen de la Justicia es una mujer con los ojos vendados. Tal vez porque la femineidad tenga rasgos especiales de sensibilidad y equidad: la naturaleza nos hace madres desde cierta potestad genética pero jamás podríamos serlo sin un varón para engendrar la semilla de la vida. Los abogados tenemos próximamente la oportunidad de reparar el cupo femenino en la integración del Consejo de la Magistratura.

 

Aún cuando la Corte no ha dicho nada al respecto, en dicha ley también se debe recuperar la conformación del primigenio Jurado de Enjuiciamiento que demostró ser mucho más independiente y eficaz que el actual. Esto es fundamental porque no debemos olvidar que si bien el Consejo de la Magistratura inicia el procedimiento de remoción de jueces, ordena la suspensión y formula la acusación, es el Jury quien tiene a cargo su juzgamiento.

 

Mientras esperamos la sanción de esta ley, los ciudadanos debemos demandar que todas las partes involucradas en el proceso pongan su mejor esfuerzo para cumplir en tiempo y forma con el fallo de la Corte. Las sentencias deben ser cumplidas si queremos instituciones fuertes. El próximo 16 de abril los abogados deberemos elegir a 2 representantes colegas mujeres para integrar el Consejo de la Magistratura. El objetivo es robustecer el Poder Judicial y trabajar para garantizar su independencia, y así tal vez, los ciudadanos tengamos finalmente un servicio de justicia más  eficiente y eficaz. De nosotros depende.

 

 

Citas

(*) Jimena de la Torre es abogada especializada en impuestos y política fiscal, Miembro fundador de la agrupación Abogados en Acción y Presidente de Bases Republicanas.

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