El estudio jurídico familiar ha sido el modelo más común durante muchas décadas en nuestro mercado legal, y en Latinoamérica en general, y sigue siendo el más usado para estudios de tamaño pequeño. En esencia lo que distingue a los estudios familiares es que sus miembros han sido elegidos sobre todo por el vínculo de familia con los socios fundadores o alguna relación de amistad donde la confianza personal sea el elemento sobresaliente por sobre aspectos exclusivamente profesionales.
Estas firmas generalmente dependieron de uno o más socios fundadores destacados, que eran capaces de conseguir los clientes y con ello daban trabajo a los demás abogados que trabajaban allí. A veces surgía algún sucesor con características parecidas, pero no era indispensable. El resultado en muchos casos ha sido que esas firmas duraron del tiempo que sus mismos fundadores tuvieron la capacidad de mantenerse activos y exitosos. Son modelos muy personalizados, donde los socios principales manejan y deciden todo, con escasa participación de los demás.
Este modelo funcionó bien en un mercado escasamente competitivo, donde los clientes se basaban en relaciones personales de amistad y confianza con su abogado, y raramente cambiaban de estudio jurídico. Era un “mercado de oferta” controlado por los proveedores, o sea los abogados.
Es importante recalcar que la “empresa familiar” es un modelo que ha sido usado -y lo sigue siendo- en muchos ámbitos del mundo económico con mucho éxito. Algunos análisis incluso indican que la empresa familiar puede ser más exitosa que la más habitual que cotiza en bolsa, por estar aquellas más orientadas al largo plazo y realizar inversiones sin esperar una ganancia inmediata. Pero para ver si el modelo familiar es funcional para una industria u otra, es necesario entender las características propias de cada una. Veamos entonces algunos aspectos centrales de la profesión legal en la actualidad, para luego hacer un análisis de la firma familiar.
La industrial legal: condiciones estructurales y estratégicas
Los servicios profesionales, dentro de los cuales se encuentran los abogados presentan algunos desafíos estructurales propios para poder funcionar como organizaciones. Ellos son:
Además de estas cuestiones estructurales, que existen siempre con motivo de la naturaleza del servicio legal y el abogado, existen otras estratégicas que han venido a cambiar las condiciones de competitividad de los mercados en el mundo (aunque aún parcialmente en nuestra región). Veamos.
El estudio familiar frente a los desafíos estructurales y estratégicos. La “tormenta perfecta”.
La convergencia de los factores estructurales y estratégicos producen una suerte de “tormenta perfecta” para los abogados, poco proclives a adaptarse a circunstancias donde pierden o limitan su autonomía o control.
La firma familiar ha tenido siempre, como un elemento distintivo, su gran flexibilidad e informalidad en forma de funcionar. El talento de sus socios principales ha sido quien define el éxito o fracaso de su gestión. El aspecto familiar tiende a compensar la cuestión de falta de confianza, pero a costa muchas veces del impacto sobre la calidad profesional. Abogados talentosos pero fuera del círculo familiar pueden no tener lugar en el proyecto. Ello ahuyentará a los mejores. De nuevo, en un mercado poco exigente, ese lujo podía darse, pero es cada vez más difícil.
Y tampoco es que las cuestiones dentro de las familias siempre se solucionan fácilmente. Los socios mayores, muchas veces fundadores, no están dispuestos a soltar o cambiar las condiciones del manejo de las firmas. Cuando los familiares más jóvenes son talentosos, también resienten de esa situación, y muchas veces terminan partiendo para costas más atractivas donde tienen más futuro. Nuevamente los socios principales terminan quedando con los familiares menos capaces, con los efectos negativos para el estudio, los clientes y ellos mismos.
Sólo en prácticas legales muy específicas y normalmente alejadas del mundo empresario, este modelo tradicional sigue funcionando. Pero aquellos estudios que trabajan con empresas, ya sean grandes, medianas o pequeñas, sufrirán antes o después el impacto de la competencia por los clientes y el talento.
¿Qué medidas deberían tomar los socios de estudio que quieren enfrentar una transición del modelo familiar a uno más profesional e institucional?
Conclusiones
Las firmas familiares están en un proceso inevitable de reducción de influencia en los mercados más modernos. Sus fundamentos basados en vínculos familiares más que profesionales tiene el inconveniente de dificultar la adaptación a sistemas más eficientes y competitivos.
Los líderes de firmas familiares con éxito deben entender que el cambio será necesario, a menos que su mercado esté más protegido y los cambios referidos no vayan a afectarlos en el futuro previsible. Sin embargo, en este mundo en cambio permanente, es difícil asegurar que lo que hoy damos por seguro no cambiará en un futuro no tan lejano. Lo más atinado, incluyendo en beneficio de las generaciones futuras que el modelo familiar pretende proteger, es comenzar el cambio a modelos más profesionales y eficientes.
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