Minería y su rol en la Transición Energética -Potencial y trabas-
Por Tomás Pérez Alati & Nicanor Berola
Pérez Alati, Grondona, Benites & Arntsen

La transición energética a un mundo con menor emisión de carbono es un hecho. Tratados Internacionales, políticas públicas, medidas de ESG (Environmental, Social & Governance) de compañías líderes del mundo, ins1trumentos financieros y decisiones del management de las empresas globales, están marcando la agenda de los próximos 30 años, y aquellos actores que sean reticentes al cambio caerán por el propio peso de este movimiento. Para poner en perspectiva, incluso ExxonMobil –la mayor compañía petrolera del hemisferio Oeste- ha establecido metas de carbono zero para el 2050. Se le suman compañías de reconocimiento mundial como Shell, Total Energy, Engie y más. 

 

MINERÍA

 

La Minería juega un rol fundamental en esta transición, siendo que el mundo exige, y se inclina, a un mundo mucho más electrificado. Los compromisos de transformación de transporte terrestre, la masificación de medios electrónicos de comunicación y el ascenso del confort de la vida humana –que indefectiblemente conlleva un mayor consumo eléctrico- exigen la utilización de minerales. Cobre, oro, plata, hierro, níquel, zinc, rodio, paladio, magnesio, cobalto, y así podemos seguir, son algunos de los minerales que utilizan por ejemplo los celulares que a diario utilizamos. Aluminio, cobre y plata utilizan los paneles solares que inyectan energía verde al sistema eléctrico. El Litio es utilizado por autos eléctricos que para 2050 deberán reemplazar en un 50% a los actuales impulsados por combustibles fósiles, según lo que ha establecido la Unión Europea en su territorio. Por citar un ejemplo, Tesla, la empresa automotriz del magnate Elon Musk, que viene creciendo constantemente año tras año, ha alcanzado un récord de 935.950 autos eléctricos vendidos en 2021 y promete superar dicha cantidad en el 2022 a pesar de la escasez mundial de semiconductores e insumos para la fabricación de automóviles.

 

¿Y Argentina? Argentina podría jugar un rol estratégico mundial en el proceso de des-carbonización y transición energética de las energías denominadas negras hacía energías verdes, pero es necesario el ordenamiento de la política macro para permitir el ingreso de inversión extranjera que acelere la creación y desarrollo de proyectos. Pero pongamos en perspectiva el contexto actual, el potencial por delante y las trabas vigentes.

 

La foto de hoy

 

La industria minera en Argentina es el quinto complejo exportador en Argentina, con exportaciones que en 2021 superaron los USD 3.229 millones e importaciones por USD 235 millones, arrojando un saldo superavitario de USD 3.064 millones. El oro y la plata aportaron 2.908 millones y el litio 207 millones, siendo los que mayor participación tienen en las exportaciones de minerales. La industria minera aporta más divisas al país de las que toma.

 

La industria minera aportó al Estado Argentino una suma estimada que supera los $105.000.000.000 de pesos en el 2021. A nivel federal, la recaudación se realizó mediante el Impuesto a la Ganancias, IVA, pagos de derechos de exportación, impuesto al débito y crédito y el pago de Seguridad Social; a nivel provincial, cada provincia recauda mediante el pago de Regalías mineras, aportes a fondos fiduciarios y entidades públicas y otros impuestos y tasas provinciales y municipales.

 

En cuanto al nivel de empleo, en el 2021, la industria minera contribuyó con 84.700 puestos de trabajo entre empleo directo e indirecto y contratistas, con estimaciones para el 2023 que superan los 105.000 puestos de trabajo.

 

Aumentar el potencial exportador, el ingreso de divisas y generación de empleo genuino

 

Argentina tiene un potencial enorme en la industria minera, principalmente con el crecimiento en Cobre y Litio. Proyectos como “Josemaria” de Lundin, “El Pachon” de Glencore, “Los Azules” y los proyectos “Filo del Sol”, “Chita Valley” y otros más, prometen reactivar exportaciones de cobre en Argentina, aumentando el superávit de la balanza comercial y generando nuevos puestos de trabajo. Recordamos que solo el proyecto Josemaría prevé inversiones por más USD 4.500 millones.

 

En cuanto al Litio, la expectativa es aún mayor. El litio se utiliza en una gran variedad de aplicaciones, como la producción de cerámica, vidrio, aluminio y usos farmacéuticos, pero siendo el uso en baterías de iones de litio el que ha promovido la dinámica de la industria del litio en los últimos años. Impulsado por el rápido crecimiento del mercado de vehículos híbridos y eléctricos y las necesidades de almacenamiento de energía de las fuentes de generación de energía renovable (que recordamos ambos ayudan a bajar la huella de carbono) las proyecciones de demanda de litio son prometedoras. Se espera que la demanda de litio pase de 0,5 millones de toneladas de litio en 2021 a 5,8 millones en 2040. La demanda de baterías constituye el 73% de la demanda total de litio en 2021, pero para 2040 se espera que constituya el 96% de la demanda total.

 

Recordamos que Argentina se encuentra ubicado en el famoso “Triangulo del Litio”, conformado por el norte de Chile, Bolivia y nuestro Noroeste Argentino, puntualmente Salta, Jujuy y Catamarca. Recordamos que en este Triangulo se encuentra más del 60% de las reservas mundiales de Litio. A nuestra Pampa Húmeda y Vaca Muerta se acaba de agregar otro foco de potencial exportador de categoría global. 

 

En este marco, en Argentina se encuentran produciendo dos (2) proyectos de litio liderados por las empresas Livent y Allkem, y existen otros catorce (14) proyectos avanzados con expectativas de estar produciendo entre el 2023 y 2026 pertenecientes a empresas globales como Lake Resources, Posco, Rio Tinto, Lithium South, Ganfeng, Zijin, Lithium Americas, entre otras.

 

En Argentina, se espera que la oferta total de litio extraído aumente de 34.000 toneladas en 2021 a 168.000 toneladas en 2026. Para 2040, se espera que solo el suministro de litio de Argentina represente 15% de la oferta mundial de litio. Desde 2018 a la fecha se han anunciado inversiones en litio en el país por más de USD 11.100 millones, con el reciente anuncio de Tibet Summit -capitales chinos- por USD 2.200 millones para sus proyectos en la provincia de Salta. 

 

Trabas y soluciones

 

Independientemente de los anuncios e inversiones comprometidas que hemos mencionado, la industria se encuentra actualmente preocupada por el contexto macroeconómico del país y las distintas restricciones impuestas por el cepo y el acceso a divisas. Para que Argentina pueda potenciar su industria de oro y plata ya instalada y pueda impulsar explotaciones de cobre y litio, como así también de otros minerales, es necesario sortear las distintas trabas que Argentina hoy presenta, por mencionar algunas:

 

i) Escasez e imposibilidad de adquirir insumos y repuestos importados para la producción, por demoras considerables y preocupantes en los procesos de aprobación del Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) y del Sistema de Importaciones de la República Argentina y Pagos de Servicios al Exterior (SIRASE);

 

ii) Restricciones al acceso al Mercado Único y Libre de Cambio (“MULC”), con oferta de distintos tipos de cambios legales con brechas cambiarias insostenibles;

 

iii) La obligación del exportador de liquidar sus divisas al tipo de cambio oficial mientras se encuentran restrictivas limitaciones al acceso de divisas en el MULC para la adquisición de bienes y pagos de servicios en el exterior;

 

iv) Proyectos de leyes como el de la “Ley de Humedales”, que por impericia en su redacción podrían paralizar proyectos mineros, generando consecuencias fiscales, impositivas y económicas de magnitud; y

 

v) Falta de (i) infraestructura local (rutas, caminos, abastecimiento eléctrico, etc.) para el acceso y desarrollo de las minas, y (ii) personal capacitado para trabajar en dichos proyectos.  

 

En vistas de intentar evitar que se paralice la industria por las trabas mencionadas, el Gobierno ha creado diversos Regímenes y Registros, que intentan, a modo de parche, generar incentivos y oportunidades. Son ejemplo el Decreto N° 308/2022 "Registro Optativo de Exportaciones de Cobre" - que regula ciertos beneficios en las alícuotas aplicables a los derechos de exportación de Cobre- y el Decreto N° 234/21 “Régimen de Fomento de Inversión para las Exportaciones” –que crea un Régimen especial para proyectos de inversión (destinados a la puesta en marcha de nuevos proyectos productivos en actividades foresto-industriales, mineras, hidrocarburíferas, de industrias manufactureras y agroindustriales) que superen los USD 100 millones en inversiones, otorgando la posibilidad, a dichos proyectos, de acceder al MULC en hasta el 20 % de las divisas obtenidas en las exportaciones vinculadas al proyecto, para el pago de importaciones, pago de créditos en el exterior o pago de dividendos o créditos intercompanies.

 

No hace falta irnos muy lejos para tomar experiencias exitosas en implementaciones para la promoción de exportaciones. La República hermana de Chile, con la misma cordillera, exportó en el año 2021 más de USD 53.000 millones en cobre. Argentina en el mismo período, como vimos, exportó USD 3.229 millones contabilizando todos sus minerales. Mucho terreno para trabajar.

 

Reflexiones finales

 

Al conversar con inversores extranjeros, actuales gerentes de proyectos o incluso con miembros de la CAEM (Cámara Argentina de Empresarios Mineros) hay coincidencia en que se necesita estabilidad económica y reglas de juego claras para sortear los distintos cuellos de botella que presenta la Argentina. Las medidas mencionadas anteriormente acompañan, pero ciertamente no alcanzan, es necesario soluciones integrales y marcos normativos que blinden esta industria superavitaria. El cobre y el litio son pilares fundamentales para combatir el cambio climático y acelerar la transición energética que el mundo demanda. Argentina se encuentra en una posición inmejorable, no sólo porque puede convertirse en un Player protagónico en esta lucha climática abasteciendo al mundo de tan necesarios minerales, sino que, a su vez, tiene la posibilidad de generar empleo privado genuino y de calidad, tiene la posibilidad de alentar el ingreso de divisas tan necesarias para el BCRA y tiene la posibilidad de luchar contra la pobreza que a los argentinos tanto nos aflige. No dejemos pasar esta oportunidad.

 

 

Pérez Alati, Grondona, Benites & Arntsen
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