La “Ciudad eterna” se encuentra endeudada y fuertemente comprometida ya que el parlamento italiano rechazó otorgarle una ayuda financiera especial. El alcalde Ignacio Marino amenazó suspender todos los servicios municipales –transporte, recolección de residuos-.
El déficit presupuestario que aqueja a Roma es de 816 millones de euros y, por tal motivo, podría ser puesta bajo tutela de administración. Para evitar eso, debería adoptar medidas drásticas.
La Liga Norte, partido italiano de extrema derecha, contribuyó a rechazar el texto que permitió inyectar dinero a las cajas de la administración capitalina. En él se preveía una financiación por parte del Estado como una compensación suplementaria.
De acuerdo a declaraciones del Alcalde, los autobuses no disponen ni siquiera del 10 por ciento del monto total necesario para cargar combustibles en sus depósitos durante el mes de marzo.
Marino remarcó que Roma no necesita préstamos, debido a que los 320 millones de euros bloqueados en el Parlamento son fondos de los contribuyentes romanos que el gobierno nacional debería devolver.
Si el dinero no llega, Roma no tendrá con qué pagar el salario de sus 25.000 funcionarios. Además, el denominado “shutdown” pondría en riesgo la celebración de las ceremonias de canonización de los papas Juan Pablo II y Juan XXIII.
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