Una oportunidad histórica para el Comercio Internacional Argentino
Por Jaime Sánchez de la Puente (*)

Con los tradicionales apuros de fin de año 2024, quizás pasó de largo una noticia sumamente transcendente para nuestro país, cual es la suscripción entre el Mercosur y la Unión Europea (la “UE”), del Tratado de Libre Comercio (el “Tratado”) el día 6 de diciembre pasado.

 

La trascendencia del Tratado es particularmente relevante en el actual contexto geopolítico mundial y, en particular, por el radical proteccionismo norteamericano que introdujo la flamante administración republicana, pudiendo inclinar la balanza a favor de nuestro país en lo que se refiere a la apertura de un nuevo mercado para nuestros productos.

 

La UE significa para nuestra producción nacional la apertura de un mercado de más de cuatrocientos cincuenta millones de habitantes; mientras que para la UE, el Mercosur representa uno de más de doscientos millones de habitantes.  Una característica particular del tratado es que crea una zona de libre comercio entre ambas regiones, lo cual significa una apertura comercial inédita entre ellos.

 

Sin duda el Tratado impulsará los lazos comerciales y políticos, el crecimiento económico, la competitividad y abrirá oportunidades comerciales y de inversión.  Ayudará a las pequeñas y medianas empresas a exportar más reduciendo la burocracia.  Ahorrará a las empresas de la UE aranceles por valor de 4.000 millones de euros al año.

 

Este tratado creará la mayor zona de libre comercio del mundo, eliminando más del 90% de los aranceles entre los países involucrados. Se espera que beneficie sectores estratégicos como alimentos, energía y software en el Mercosur, mientras que la UE verá ventajas en maquinaria, automóviles y productos farmacéuticos.

 

Las particulares características del tratado son las siguientes:

 

  • La creación de una zona de libre comercio.
  • Tratamiento igualitario para los productos de los países firmantes.
  • Eliminación de subsidios a productos agrícolas exportados.
  • Eliminación de impuestos y cargos a la exportación de productos luego del tercer año de vigencia del Tratado.
  • La reducción progresiva de los aranceles.
  • La eliminación de las restricciones paraarancelarias (por ejemplo, simplificación de trámites.

Además de los aspectos económicos, el acuerdo incluye compromisos ambientales, como el respeto al Acuerdo de París, la lucha contra la deforestación y estándares laborales exigentes. Sin embargo, su ratificación enfrenta desafíos políticos, especialmente por la oposición de algunos países europeos preocupados por el impacto en el sector agrícola.

 

El nuevo acuerdo mejorará el diálogo político y aumentará la cooperación en ámbitos como la migración, la economía digital, la investigación y la educación, los derechos humanos, incluidos los derechos de los pueblos indígenas, la responsabilidad social y empresarial, la protección del medio ambiente, la gobernanza de los océanos, así como la lucha contra el terrorismo, el blanqueo de capitales y la ciberdelincuencia.

 

Será más fácil para Mercosur exportar a la UE, siempre que respete las estrictas normas de la UE en materia de sostenibilidad, salud y seguridad alimentaria.

 

El acuerdo también ayudará a integrar las industrias del Mercosur en las cadenas de valor altamente innovadoras de la UE. Esto, a su vez, les ayudará a ser más competitivos. Los países del Mercosur quieren depender menos de las exportaciones de productos básicos y diversificar sus economías mediante la producción de bienes y servicios de mayor valor. El acuerdo les ayudará a hacerlo.

 

El acuerdo comercial ofrecerá más oportunidades a los ciudadanos del Mercosur para que puedan prestar sus servicios en la UE, incluso de forma temporal a través de su presencia física en los países de la UE, incluso a través de contratos comerciales o como profesionales independientes.

 

Con el Tratado, los gobiernos del Mercosur se comprometen a facilitar y simplificar los negocios en sus países mejorando el clima de negocios. Lo harán a través de procedimientos y reglamentos más previsibles y transparentes y proporcionando un mayor acceso a su mercado. Esto les ayudará a atraer más inversiones de Europa, así como del resto del mundo.

 

Tanto la UE como el Mercosur quieren dar forma a las normas del comercio mundial en consonancia con sus normas y valores compartidos de democracia y Estado de Derecho.

 

Si bien es mucho el camino aún por recorrer, ante la necesidad de aprobación por parte de los mecanismos internos de los respectivos firmantes, seguramente el impulso que la actual administración de nuestro país busca a través de a la apertura comercial y al ingreso consecuente de divisas, sumado a la imperiosa necesidad de nuevos mercados para la UE, hará que los trámites de aprobación corran para los firmantes por el carril rápido.

 

Vale la pena recordar que el proceso de negociación del tratado insumió 20 largos años.  El producto final de todo ese esfuerzo es una zona de libre comercio de características únicas en el mundo, amén del tratado de libre comercio más importante que haya firmado nuestro país.

 

 

Citas

(*) Profesión: abogado; socio del Estudio Jurídico Bazan Cambré & Orts desde el año 1991. Estudios Universitarios: Facultad de Derecho de la Universidad Católica Argentina. Abogado Terciarios: Master in Comparative Law. College of Law, University of Illinois at Urbana-Champaign. Membresías: Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Círculo Naval, Alliuris Group.

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