Por Adrián Lerer (*)
Todos sabemos que en la profesión, como en la vida, hay maestros formales y maestros informales. Son aquellos que, desinteresadamente nos enseñan. Se preocupan por dejarnos algo que sea útil.
Uno de mis maestros informales, y que siempre recuerdo, fue un agente de marcas que trabajaba "in house" en la empresa en la que aprendí el difícil arte de la abogacía interna.
Como mucha gente "de antes", apelará a frases, casi refranes, de fácil recuerdo y comprensión.
Una de ellas, que guardo y recuerdo siempre, es la que da título a esta entrada:
"Los abogados están en las empresas para ganar plata, no para ganar juicios".
Debo reconocer que tuve que pensarla bastante para entender su real dimensión.
Y desde ese día de mediados de los '90 en que se la escuché, nunca dejé de reiterármela ante cada decisión o consejo legal importante.
El ganar un pleito no es un fin en sí mismo.
Puede haber victorias pírricas, cuadritos muy lindos para enmarcar, pero inútiles para los intereses prácticos de la empresa.
Tan es así, que, paradójicamente, se puede ganar dinero aún perdiendo juicios.
El gerente legal tiene que acostumbrarse rápidamente a pensar de ese modo para poder agregar valor al negocio.
Para ello, debe templar el espíritu litigante, al que se cultiva tempranamente en las facultades de derecho. Y comprender e incorporar en su modelo mental la lógica de los negocios de la empresa a la que asesora.
Un par de ejemplos, sin juzgar cada acción desde la ética en ambos casos, contrarios en este aspecto, que he visto en la práctica:
La empresa "A" lanza al mercado un nuevo producto de consumo masivo. La empresa "B", competidora de "A", pese a saber que en un juicio así posición será rechazada, pide una medida judicial cautelar alegando infracción marcaria. Con ello, por un tiempo, entorpece la comercialización de productora de su competencia.
Por razones de mercado internacional de sus productos, una empresa debe cerrar una plantaen la que trabajan más de 200 personas. En lugar de despedir a todos alegando cierre de establecimiento por fuerza mayor, con apoyo de especialistas, se trabaja en reubicaciones en otros establecimientos de la misma empresa, así como asesorar a los que no pudieron reubicarse y a sus familias para que sean sostenibles los proyectos que encaren usando su indemnización por despido como capital semilla.
Por lo tanto, hay mucho que aprender en el pasaje de la profesión liberal al trabajo como abogado de empresas, también en este aspecto.
Han tenido casos en los que hayan tenido que refrendar la frase que motivó esta entrada?
Cuáles y con qué resultado?
(*) Abogado – UBA .Master en Dirección de Empresas - EMBA – IAE.
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