I. Introducción
El SAFT (o por sus siglas “simple agreement for future tokens” o bien “acuerdo simplificado sobre tokens futuros”) es un instrumento contractual que en la actualidad se constituye como uno de los vehículos utilizados para inversión institucional, y no tanto, en el cripto espacio.
El mismo fue generado con el objeto de ayudar a los inversores a evitar la confusión sobre la clasificación de los tokens en ICOs. Principalmente, intentar que no sean considerados securitys (o valores) según la SEC (la Securitys and Exchange Commission de los Estados Unidos) ya que ello conlleva una serie de consecuencias legales complejas (como registro, sanciones ante la falta de registración, entre otras).[1]
A través de los siguientes párrafos intentaremos establecer una breve sinopsis sobre cómo es empleado el SAFT en la actualidad.[2]
II. Naturaleza jurídica
El SAFT se constituye como un contrato de adhesión business to business (B2B) - donde una parte se obliga a entregar – a futuro y dentro de un plazo previamente determinado– una cantidad de tokens[3] de utilidad (utility tokens), a otra parte, que adquiere ese derecho a cambio de un precio pre pactado.
Y, en la práctica, se genera de forma electrónica, siendo que ambas partes lo suscriben con una firma electrónica a través de alguna plataforma que opere a modo de tercero de confianza[4] (ejemplo: Docusign).
Entonces, estamos mayormente frente a un contrato electrónico, conforme lo hemos definido oportunamente como aquel acuerdo de voluntades entre dos o más partes, quienes expresan su consentimiento de manera virtual, a través de diversos artefactos tecnológicos y del uso de redes locales o globales de comunicación, con la finalidad de obligarse y producir determinados efectos jurídicos patrimoniales, y con independencia de cualquier limite físico, geográfico o temporal.[5]
Y, dijimos, que el objeto del SAFT es la compra de tokens de utilidad relacionados a un proyecto determinado. Pues bien, vemos necesario analizar este concepto un poco mas en profundidad.
III. Sobre la adquisición de tokens mediante el SAFT
Los tokens de utilidad (utility tokens) son un subtipo de criptoactivos, erigidos sobre una determinada blockchain, generado por sujetos privados, que representan un producto o servicio con valor económico cuya función es intercambiarse o canjearse para el acceso a distintos derechos de uso sobre una determinada blockchain o plataforma Dapp.[6]
A través del utiliy token, el inversor no busca obtener un rendimiento económico futuro, sino que aquí se busca el empleo de dicho token como medio de uso para la interacción con una determinada plataforma (por ejemplo, en su gobernanza, o membresías, derecho a licencias, entre otros).
Es por lo dicho, que no se encuentran severamente regulados al no cumplir con el test de Howey.[7]
Entonces, básicamente, lo que el inversor estaría comprando mediante el empleo del SAFT es el derecho a que la empresa (startup) entregue, en un futuro, los tokens. Es decir, no se adquieren los tokens en si al momento de la firma, sino una promesa de entrega futura de una determinada cantidad de los mismos.
El contrato establece que los desarrolladores utilizaran los fondos para generar una blockchain o dapp funcional con tokens de utilidad disponibles y, una vez cumplido con esto, se entregaran esos tokens a los inversores conforme la inversión que hayan realizado al momento de celebrarse el SAFT.
IV. Funcionamiento
El SAFT operaria de la siguiente manera:
- El desarrollador de una dapp o de una blockchain crea y firma un SAFT con inversores privados que deseen financiar el proyecto. El SAFT especifica cuánto pagarán los inversores por el derecho a recolectar tokens en una fecha posterior, es decir, una vez que la blockchain o la dapp estén operativas. No se emiten tokens en este momento.
- El emisor - desarrollador utiliza los fondos recibidos para la creación o puesta en marcha de la blockchain o dapp.
- Una vez que el desarrollador ha creado la funcionalidad prometida, genera los tokens y los entrega a sus inversores. Aquí, los inversores pueden quedarse con los tokens o bien pueden venderlos para obtener una ganancia.
- Ahora que la blockchain o dapp está funcionando, los tokens pueden ser considerados tokens de utilidad para la entidad reguladora. [8]
V. Conclusiones
El SAFT fue creado como un framework para ayudar a las nuevas startups cripto a recaudar dinero sin infringir las regulaciones financieras de determinadas jurisdicciones, específicamente, las regulaciones que rigen cuando una inversión se considera un security (valor).
Recaudar fondos a través de la venta de tokens requiere más que solo construir una blockchain o una dapp. Los inversores quieren saber en qué se están metiendo, si la moneda será viable o no y si estarán protegidos legalmente.
Entonces, si bien una startup que decide recaudar dinero a través de tokens podría pasar por alto el uso de un marco formal para acceder a los mercados financieros globales, si debe cumplir con las leyes internacionales, federales y estatales correspondientes. Y una forma de cumplir con dicho acto es usando un instrumento como el SAFT.
Consideramos vital que los abogados del espacio entiendan las implicancias aparejadas, como así también, consecuencias legales, que trae el uso de SAFT como vehículo para la materialización de inversiones siendo, en la actualidad, el contrato mayormente utilizado a nivel mundial.
Citas
(*) Abogado (UNLZ). Consultor (Digita consultora especializada en transformación digital). Presidente del Instituto Argentino de Derecho Procesal Informático (IADPI). Director de la Comisión de Informática Jurídica e Inteligencia Artificial de la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA). Miembro del Foro de Derecho Procesal Electrónico (FDPE). Secretario de la Comisión de Informática del Colegio de Abogados de la Provincia de Buenos Aires (ColProBA). Presidente de la Comisión de Derecho Informático del Colegio de Abogados de Lomas de Zamora (CALZ). Docente universitario de grado y posgrado (UBA – AUSTRAL – UTDT - UNR - UNLZ).
(**) Abogado (UNMDP). Consultor (Digita consultora especializada en transformación digital). Vicepresidente del Instituto Argentino de Derecho Procesal Informático (IADPI). Miembro Académico del Foro de Derecho Procesal Electrónico (FDPE). Autor de numerosas publicación y libros vinculados a la tecnología. Director de la revista “Derecho y tecnología” de la editorial Hammurabi. Docente de grado (UADE) y posgrado (UNLZ – UCALP - entre otras), expositor en jornadas académicas en la materia. Doctorando en derecho (UNMDP).
[1] Es así que el 2 de octubre de 2017, Cooley LLP y Protocol Labs publicaron un sitio web, un github y un documento técnico (whitepaper) titulado “The SAFT Project: Toward a Compliant Token Sale Framework” donde a través del mismo se pretendió desarrollar un nuevo marco contractual que cumpla con la normativa vigente (EEUU) sobre inversiones en el cripto, es decir, para que inversores institucionales puedan participar eficazmente en las preventas o ICOs (inital coin offerings) de tokens basados en la tecnología blockchain. BENET, J. B. CLAYBURGH, J. SANTORI, M. The SAFT Project: Toward a Compliant Token Sale Framework. https://saftproject.com/static/SAFT-Project-Whitepaper.pdf
[2] Para ampliar los presentes contenidos, ver: BIELLI, G. E. – ORDOÑEZ, C. J. Capitulo: El SAFT como vehículo de inversión. Publicado en BIELLI. G.E – ORDOÑEZ, C. J. – BRANCIFORTE, F. (directores) Colección Blockchain y derecho. Thomson Reuters - La Ley. Buenos Aires. 2022. En prensa.
[3] Token es la representación digital de cualquier bien que pueda estar en el comercio, consagrándose como un nuevo término para una unidad de valor emitida por una entidad privada. Sobre este último punto es donde haremos mayor hincapié en el presente capitulo.
Así es que los tokens de Blockchain, o simplemente "tokens", son activos digitales que se utilizan en conexión con servicios, aplicaciones y comunidades descentralizadas. Bitcoin y Ethereum son los ejemplos más notables.
Pueden servir para otorgar derechos, como equivalencia de valor monetario, para ceder datos, para ceder derechos, como pago por un trabajo, como puerta para servicios, para aquello que la organización o la persona que lo crea le dé valor o utilidad. BRANCIFORTE, F. Aspectos legales: blockchain, smartcontract, criptoactivos y nuevas tecnologías. Ediciones DyD. Buenos Aires. 2021. Pag 61.
[4] Para mas sobre terceros de confianza en la contratación electronica ver: BIELLI, G. E. – ORDOÑEZ, C. J. Los terceros de confianza en la contratación electrónica. Publicado en el suplemento Legal Tech II de Thomson Reuters La Ley – Noviembre de 2019. CITA: AR/DOC/3573/2019.
[5] BIELLI, G. E. – ORDOÑEZ, C. J. Contratos electrónicos. Teoría general y cuestiones procesales. Editorial Thomson Reuters – La Ley. Buenos Aires. 2020, T. I, pág. 132.
[6] TSCHNIDER, V. G.. Derecho y criptoactivos. Editorial Thomson Reuters – La Ley. Buenos Aires. 2020. Pag 49.
[7] La prueba o test de Howey hace referencia a la jurisprudencia del Tribunal Supremo de EE.UU. para determinar si una transacción puede considerarse un “contrato de inversión” y, por lo tanto, un valor y estar sujeta a los requisitos de divulgación y registro de la Ley de Valores de 1933 y la Ley de Intercambio de Valores de 1934. El test efectivamente establece que existe un contrato de inversión si hay una “inversión de dinero en una empresa común con una expectativa razonable de beneficios que se derivarán del esfuerzo de otros”. Pues bien, a la fecha, el test de Howey es una herramienta esencial para clasificar si estamos frente a un security (sujeto al escrutinio de la SEC) o no.
[8] WALTERS, S. What are SAFT Agreements?: Complete Beginners Guide. Recuperado de https://www.coinbureau.com/education/saft-agreements/ Fecha: 12 de julio de 2018.
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