“Green LNG”: Nuevas oportunidades de competitividad para el Gas Natural
Por Marina Paradela
Lupicinio International Law Firm

Desde junio de 2019, se vienen sucediendo anuncios de prensa sobre la firma de contratos de compraventa de GNL “verde” o “neutro en carbono” entre vendedores globales y compradores de Asia y Pacífico, el mayor mercado importador de GNL. Es el caso de las entregas en Taiwán, Japón, China y Corea del Sur anunciadas por Shell, en las cuales se utilizaron créditos de carbono “basados en la naturaleza” para compensar todas las emisiones de dióxido de carbono (CO2) generadas durante la exploración y producción del gas natural. Los créditos fueron adquiridos a la cartera global de proyectos basados en la naturaleza de Shell, incluyendo proyectos de restauración, reforestación y conservación en Indonesia, Perú y Ghana. Un esquema similar anunció el trader JERA Global Markets para una operación de venta de GNL producido en Abu Dhabi y entregado en la India.

 

Siendo el combustible fósil con menos emisiones asociadas a su uso, en los últimos años el gas natural parece haberse afianzado como combustible alternativo de “transición” en el camino que irá desde las fuentes de energía más intensas en carbono, como el carbón o el petróleo, hacia energías no emisoras como las renovables. En una economía cada vez más electrificada, el cambio del carbón al gas como combustible para la generación eléctrica explica en gran parte que la demanda de gas natural siga creciendo a nivel global y se proyecte en crecimiento constante al menos hasta 2030 o aún hasta 2040 según el escenario (1), a diferencia del carbón y del petróleo.

 

Sin embargo, el gas natural no está exento de los condicionamientos políticos, regulatorios y sociales de los otros combustibles fósiles y la eliminación de emisiones parece inevitable para garantizarle su papel como combustible en la transición energética. En ese contexto, está surgiendo el concepto de GNL “verde” o “neutro en carbono”, con emisiones netas cero, es decir
GNL cuyas emisiones de GEI asociadas con la cadena de producción de gas natural, licuefacción, transporte y regasificación han sido eliminadas o compensadas con emisiones negativas.
Aunque las operaciones comerciales de GNL “verde” todavía son escasas con respecto al volumen de GNL negociado a nivel mundial, existen factores regulatorios, sociales y comerciales que están impulsando su surgimiento y permiten anticipar una futura expansión de este tipo de producto.

 

En lo que hace a los factores regulatorios, hay que destacar que los principales países de producción y destino del GNL se han fijado objetivos muy ambiciosos de reducción de emisiones y
es previsible que desarrollen normativa cada vez más exigente para su cumplimiento, que alcance de manera directa a las emisiones del gas natural. Japón y Corea del Sur, primeros importadores mundiales de GNL, declararon la “emergencia climática” y están elaborando distintos planes concretos de descarbonización para industria y energía. Otros grandes mercados importadores, como la Unión Europea y China, ya imponen límites a la cantidad de gases de efecto invernadero (GEI) (2) que pueden emitir grandes consumidores de gas natural, como las generadoras eléctricas, mediante regímenes de comercio de derechos de emisión (3). Dando un paso más allá, la Unión Europea está analizando instrumentos de política para reducir los GEI del sector del gas de manera directa, en el marco de un paquete legislativo que se propondría el próximo año. Una de las opciones sería la introducción de certificados “verdes” para cargos de GNL, lo que impondrá a los exportadores globales de GNL, como Estados Unidos, Qatar y Rusia, la obligación de reducir su huella de carbono si quieren acceder a ese mercado.

 

Al mismo tiempo, los cambios en la percepción social acerca de los riesgos climáticos también ejercen fuerte presión sobre las empresas e inversores, que de manera creciente suscriben
iniciativas y principios de adhesión voluntaria para la reducción de sus emisiones de GEI como parte de su responsabilidad social corporativa, más allá del cumplimiento normativo. Un ejemplo
son los Principios Rectores del Metano (“Methane Guiding Principles”) (4) firmados por empresas y organismos internacionales asociados, con la finalidad de reducir las emisiones de metano en la cadena de suministro del gas natural. Otro ejemplo son los seis Principios de Inversión Responsable (“Principles of Responsible Investment” PRI) (5) elaborados por inversores institucionales bajo auspicios de las Naciones Unidas como guía para incorporar principios medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ESG) en las inversiones, con particular énfasis en las de petróleo y gas.

 

Pero además de los condicionamientos normativos y sociales, también existen oportunidades de mercado asociadas a este nuevo producto, que los actores en el sector del GNL pueden
aprovechar. Así, hay iniciativas para el uso de GNL “verde” como combustible de barcos (bunkering), dentro del marco de las medidas sobre límites de emisiones recientemente aprobadas
por la Organización Marítima Internacional (“International Maritime Organization” IMO) (6) , transporte pesado por camiones en reemplazo de diésel o nafta, o producción de hidrógeno “azul” para insumo industrial, entre muchas otras. Ya están surgiendo proveedores de "servicios de gestión de carbono", que ofrecen servicios de cálculo de compensaciones y compraventa de créditos, permitiendo al cliente decidir si compra gas natural total o parcialmente neutro en carbono.

 

A medida que estas tendencias se consolidan y expanden, la fuerza del mercado acabará penalizando económicamente los cargos de GNL no descarbonizado frente al GNL “verde” para
reflejar la distribución de costos de descarbonización entre comprador y vendedor, es decir una prima de precio para un producto diferenciado compatible con ESG.

 

Definición de GNL “Verde”
GNL “neutro en carbono” o “verde” no significa que no hayan existido emisiones durante su ciclo de vida (“lifecycle emissions”) desde la producción del gas natural hasta la regasificación, sino que esas emisiones fueron “netas cero”, entendidas como un estado en el cual la adición total de GEI a la atmósfera es cero, porque todas las actividades emisoras han cesado, todas las tecnologías emisoras han sido reemplazadas por tecnología de cero emisiones, o las emisiones restantes se compensan con una cantidad igual de emisiones negativas por haber eliminado GEI de la atmósfera. Es decir que para llegar al GNL “verde” existe la posibilidad tanto de reducir las emisiones mediante el reemplazo de tecnologías, como de compensarlas mediante créditos de
reducción de emisiones. La medida en que se recurra a una u otra dependen de una serie de factores, que serán diferentes y tendrán distinta incidencia en cada caso.

 

Medición de Emisiones
Una cuestión fundamental es determinar la cantidad de emisiones de GEI a lo largo de toda la cadena de valor del GNL, que puede ser muy diferente para cada cargo según las particularidades
de producción del gas natural, distancia y tipo de transporte hasta planta de licuefacción, el proceso de licuefacción empleado, distancia y tipo de transporte marítimo y el proceso de regasificación. Así, por ejemplo, a partir de observaciones satelitales se puede estimar que la  intensidad de metano de la producción del Permian en Estados Unidos es casi 20 veces mayor que los suministros de Rusia y 6,5 veces mayor que los de Argelia.

 

Llevar a cabo mediciones reales no es sencillo, ya que a las complejidades técnicas puede sumarse la falta de información disponible. Por otra parte, todavía no existe consenso general
sobre las metodologías a ser empleadas para la cuantificación en cada uno de esos eslabones del ciclo de vida, ni para su posterior monitoreo, reporte y supervisión (“monitoring, reporting and
supervision” MRS), por lo que las partes involucradas tienen que ponerse de acuerdo al respecto.

 

Eventualmente, pueden adoptar estimaciones estandarizadas, como los Factores de Conversión de GEI del Gobierno del Reino Unido (“UK Government GHG Conversion Factors”) (7) o la
Calculadora de Equivalencias de Gases de Efecto Invernadero de la Agencia de Protección Medioambiental de los Estados Unidos (“Environmental Protection Agency” EPA) (8).

 

Eliminación y Reducción de Emisiones
Una vez determinada la cantidad de emisiones de GEI que se producen en el ciclo de vida del GNL, las empresas operadoras de cada segmento pueden acometer distintas estrategias para
eliminarlas o al menos reducirlas, que básicamente consisten en el reemplazo de tecnología con emisiones por otras “limpias”. Esas opciones incluyen el uso de energía renovable para alimentar las instalaciones de producción upstream y las plantas de licuefacción en lugar de turbinas de gas u otros combustibles fósiles, el uso de biogás para materias primas, o la implementación de tecnologías de captura, almacenamiento y utilización de carbono (“Carbon Capture Use and Storage” CCUS) normalmente para reinyección en el yacimiento.  La decisión generalmente considera la eficiencia tecnológica y operativa de ese reemplazo y su costo.

 

En ese sentido, la industria realiza constantes inversiones en tecnología, de manera individual o en iniciativas conjuntas, para lograr ese objetivo a un costo menor. Es el caso de la Iniciativa Climática de Petróleo y Gas (“Oil and Gas Climate Initiative” OGCI) (9) , un consorcio formado por las 12 mayores compañías de hidrocarburos con el objetivo de alcanzar las emisiones netas cero en el menor tiempo posible a través de distintas acciones, incluyendo un programa de financiación de proyectos tecnológicos. Otro ejemplo es la reciente asociación entre Total y Siemens para realizar estudios conjuntos sobre nuevos diseños en plantas de licuefacción dirigidos a reducir la huella de carbono y otras emisiones asociadas, con el objetivo final de producir GNL descarbonizado o “verde” (10).

 

Sin embargo, puede suceder que las partes no tengan el control sobre todas las operaciones en la cadena de producción del GNL. Muchos productores de GNL no poseen ni controlan las
operaciones de producción del gas natural, por lo que no pueden reducir por sí mismos las emisiones de GEI del segmento upstream.  En ese caso, deberán acordar con el productor la
implementación de medidas de reducción o al menos las metodologías de monitoreo, reporte y supervisión (“monitoring, reporting and supervision” MRS) para poder acreditar las emisiones en
ese segmento.

 

Mecanismos de Compensación de Emisiones
Dadas las dificultades técnicas y las inversiones necesarias para eliminar las emisiones en la cadena de producción y transporte, es probable que siempre subsistan emisiones, de modo que
para lograr un GNL totalmente "neutro en carbono" habrá que compensarlas. La cantidad de emisiones que no ha podido ser evitada o reducida (residual) será la base para calcular la compensación a través de créditos de reducción de emisiones (los llamados carbon offsets, carbon credits o carbon offset credits), cada uno correspondiente a una tonelada métrica de CO2
equivalente (mtCO2e) evitada o retirada de la atmósfera gracias a proyectos de reducción de emisiones, como reforestación, conservación o restauración de espacios naturales, inversión en
energías renovables, eficiencia energética, entre otros.

 

En principio, las compensaciones se pueden generar o comprar en cualquier punto de la cadena de valor, por productores upstream, vendedores, compradores o usuarios finales. Cada uno de
estos actores puede acometer proyectos independientes que generen créditos de carbono y acreditarlos contra el cargo de GNL “verde”, o acudir a los mercados de créditos de carbono para
adquirirlos de terceros. Existen distintos mercados de créditos de carbono disponibles, tanto de cumplimiento regulado como voluntarios. Los más difundidos son los siguientes:

 

Cumplimiento regulado: Reducciones Certificadas de Emisiones (“Certified Emission Reductions” CER) del Mecanismo de Desarrollo Limpio (“Clean Development Mechanism”) del Protocolo de Kioto

 

Los CER son los créditos más ampliamente negociados, certificados por la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y generados a través de proyectos de reducción de emisiones comprendidos en el marco de los Mecanismos de Desarrollo Limpio MDL (“Clean Development Mechanism” CDM) del Protocolo de Kioto. El mecanismo de los CER permite que los proyectos de reducción de emisiones en los países en desarrollo obtengan créditos certificados que pueden utilizarse para compensar el aumento de las emisiones en los países
desarrollados y acreditarse como cumplimiento de los objetivos de reducción de emisiones comprometidos.

 

Los CER pueden ser comercializados y cotizan en mercados financieros como el ICE 11 , de modo que los productores de GNL pueden compensar sus emisiones de GEI no solo de manera directa generando sus propios certificados, es decir participando en actividades que compensan las emisiones de GEI como la reforestación o la inversión en energía renovable, sino también de
manera indirecta comprando certificados que han sido generados y puestos en el mercado por terceros.

 

En el futuro, el MDL deberá ser sustituido progresivamente por el Mecanismo de Desarrollo Sostenible MDS (“Sustainable Development Mechanism” SDM) del artículo 6.4 del Acuerdo de
París, que establece una plataforma centralizada y global para el comercio de créditos de carbono estandarizados.

 

Voluntarios: Reducción de Emisiones Verificada (“Verified Emission Reduction” VER) por normas internacionales de compensación de carbono

 

Las VER son reducciones de las emisiones de GEI de un proyecto auditadas, es decir verificadas, de forma independiente por terceros expertos (auditores), calificados bajo normas internacionales de certificación. Las normas de reducción de emisiones verificadas más comunes son “Verified Carbon Standard” (VCS), “Climate Action Reserve” (CAR), “Gold Standard” y “American Carbon Registry” (ACR). Existe un activo mercado extrabursátil de estos certificados, que pueden ser negociados libremente entre partes, con numerosos agentes que ofrecen servicios tanto para la expedición como para la comercialización.

 

Futuro del GNL “Verde”

 

El previsible desarrollo de normativa de reducción de emisiones, junto con el crecimiento de mercados globales de créditos de carbono más sólidos, estimulará la expansión del GNL “neutro
en carbono”. Sin embargo, para consolidarse como producto diferenciado y uniforme, de amplia aceptación y liquidez de mercado, el GNL “verde” necesitará también que se resuelvan y
consoliden aspectos que le son propios.

 

En principio, será necesario desarrollar y adoptar normas MRV universalmente aceptadas para cuantificar las emisiones y reducciones de GEI de cada segmento de producción, a ser certificadas por auditores externos calificados, para dar más transparencia y trazabilidad a las operaciones.

 

Solo así los inversores institucionales y las instituciones financieras podrán sentirse cómodos con las metodologías de evaluación y reporte en aspectos de ESG para tomar decisiones de inversión en proyectos de GNL.

 

Adicionalmente, el volumen de tráfico debe llevar a desarrollar prácticas comerciales y contractuales consistentes, que deberán reflejarse en los futuros contratos de compraventa y
transporte de GNL, en aspectos como atribución de responsabilidades a cada participante en la cadena de valor, (por ejemplo, si los vendedores de GNL son responsables de las emisiones
upstream y downstream, o simplemente las emisiones asociadas con la licuefacción), garantías de cumplimiento, mecanismos de precios, nacimiento y aplicación de “benchmarks”, verificación de calidades del GNL entregado, estándares de conducta de operadores y otras normas, prácticas y directrices reconocidas por la industria y las distintas organizaciones nacionales, internacionales y sectoriales, como IMO, que puedan tener incidencia en los distintos eslabones de la cadena.

 

Estos aspectos serán determinantes para establecer el papel que el GNL puede jugar en los futuros mercados energéticos, cada vez más condicionados por los objetivos climáticos.

 

 

Citas

1. Gas demand by region and scenario, 2018-2040 – Charts – Data &; Statistics - IEA.
2. GEI incluye gran diversidad de gases, como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxido nitroso (N2O), hidrofluorocarburos (HFCs), perfluorocarburos (PFCs), hexafluoruro de azufre (SF6) o trifluoruro de nitrógeno (NF3). Por su volumen e importancia, el dióxido de carbono es la unidad de referencia, CO2 equivalente (CO2e), para calcular el potencial de calentamiento global (Global Warming Potential, GWP) de las emisiones de cada GEI. Para un listado de GEI y su potencial de calentamiento global, véase: Global Warming Potentials (IPCC Fourth Assessment Report) | UNFCCC.
3. Régimen de comercio de derechos de emisión de la UE (RCDE UE) | Acción por el Clima (europa.eu)
4. Methane Guiding Principles
5. About the PRI | Other | PRI (unpri.org)
6. International Maritime Orgnization Home Page (imo.org)
7. Government conversion factors for company reporting of greenhouse gas emissions - GOV.UK (www.gov.uk)
8. Greenhouse Gases Equivalencies Calculator - Calculations and References | Energy and the Environment | US EPA
9. OGCI | Oil & Gas Climate Initiative | A Catalyst for Change (oilandgasclimateinitiative.com)
10. Siemens partners with Total to advance concepts for low-emissions LNG production | Press | Company | Siemens4
11. CER Futures | ICE (theice.com)

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